El Presidente de la Unión Romaní intervino en el pleno de la Conferencia Mundial Contra el Racismo que se inauguró el 31 de agosto en Durban ante 17 jefes de estado

La intervención de RAMÍREZ-HEREDIA fue contestada por Fidel Castro quien se manifestó impresionado por la denuncia realizada


    3.9.2001 / El presidente de la UNIÓN ROMANÍ, Juan de Dios Ramírez-Heredia, intervino el pasado 31 de agosto en el Pleno de la Conferencia Mundial contra el Racismo que se está celebrando en Durban  (Sudáfrica) con la asistencia de 17 Jefes de Estado, entre los que figuran el presidente de Cuba Fidel Castro y el Presidente de la Autoridad palestina, Yaser Arafat. La Conferencia cuenta con la participación de más de 130 países que han enviado sus delegaciones encabezadas, la mayoría de ellas, por ministros de sus respectivos gobiernos. La delegación Española está presidida por el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio, y la Secretaria General de Asuntos Sociales, Concepción Dancausa.
   Ramírez-Heredia, que forma parte de la Delegación Española, centró su intervención en los siguientes puntos. Primero: Ningún pueblo puede manifestar mejor que el pueblo gitano su carácter de pueblo transnacional. Más de doce millones de gitanos viven esparcidos por todo el mundo y todos tienen conciencia de pertenecer a una misma comunidad. Hoy, que tanto se habla de globalización y de eliminación  de fronteras como uno de los grandes avances de la humanidad, el pueblo gitano da ejemplo al mundo demostrando que esos principios los asumió hace muchos siglos, dando ejemplo a la humanidad de lo absurdo que es poner fronteras artificiales cuando se reclama para el género humano la conciencia de que todos pertenecemos a la misma familia. Reclamó para todos los gitanos el respeto que como pueblo y minoría étnica merece, al tiempo que denunció las crueles persecuciones que todavía hoy padecen los gitanos en muchos lugares de Europa.
   En segundo lugar se refirió al genocidio que tantas víctimas costó al pueblo gitano durante la Segunda Guerra Mundial. Más de 500.000 gitanos fueron víctimas del horror nazi y del odio racista en las cámaras de gas y en los campos de concentración alemanes. Ramírez-Heredia reclamó para los gitanos la misma atención que se solicita para otros pueblos que igualmente fueron víctimas de la persecución y el exterminio.
   En tercer lugar se refirió a la situación de los gitanos en la antigua Yugoslavia. Puso de manifiesto la extrema situación por la que atraviesan hoy los gitanos de Macedonia temerosos de que también contra ellos se cometa el genocidio que ya sufrieron sus hermanos gitanos de Kosovo o de Serbia. Centenares de miles de gitanos yugoslavos han tenido que dejar sus hogares perseguidos por la intolerancia de unos y de otros. Juan de Dios Ramírez-Heredia reclamó para ellos la atención de la comunidad internacional por tratarse un pueblo manifiestamente indefenso ante los organismos internacionales. Ramírez-Heredia fue muy aplaudido por la mayoría de los delegados presentes en la Conferencia.
  
Posteriormente tomó la palabra el presidente de Cuba, Fidel Castro, quien se manifestó impresionado por las palabras de Juan de Dios Ramírez-Heredia. Dijo el dirigente cubano que la denuncia que había oído debía ser atendida por la Conferencia y que el recuerdo de las víctimas gitanas, tanto del holocausto como de las persecuciones actuales, debían conmocionar las conciencias de todas las personas de buena voluntad.

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