Acoso Policial en Eslováquia

     16-29.03.2004/ Terrible represión policial a las manifestaciones de los gitanos

La tarde noche del martes 24 de febrero de 2004, el gobierno eslovaco ordenó la mayor movilización de la policía y de las fuerzas armadas desde 1989 para solucionar los crecientes altercados protagonizados por los romà en varias comunidades del centro y este de Eslovaquia. Aunque las cifras varían según las fuentes, según las informaciones disponibles el 26 de febrero, en los territorios de Kosice, Presov y Banska-Bystrica se movilizaron cerca de 1.600 policías, 650 miembros del ejército y 250 soldados habían sido puestos sobre aviso. Según los medios de comunicación nacionales, el ministro de Interior, Vladimir Palko, declaró la tarde del 24 de febrero que “a todos los miembros de la policía se les ha suspendido las vacaciones hasta próximo aviso. En juego está el mayor compromiso de las fuerzas policiales desde 1989. [...] Por primera vez desde 1989, ayer se desplegaron y utilizaron cañones de agua.” Durante esa semana, la prensa eslovaca estuvo copada de titulares como “¡Esto es la guerra!”.
   El uso de las fuerzas armadas es resultado de una serie de altercados protagonizados por miembros de la comunidad gitana de Eslovaquia y que se fueron sucediendo con mayor intensidad durante el mes de febrero, y durante el cual grupos de gitanos saquearon y causaron grandes desperfectos en tiendas de alimentación. Los altercados se iniciaron a raíz de los cambios en la estructura del sistema de bienestar social desde principios de 2004, que comportaron recortes en las ayudas a las personas que requieren subsidios sociales. A muchos romà les han afectado especialmente los cambios en la legislación sobre bienestar social a causa de las provisiones que recortan las ayudas a las familias con más de cuatro hijos. Al parecer, estas provisiones se adoptaron específicamente para recortar el número de gitanos que reciben ayudas del sistema de bienestar social. El fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad es consecuencia de los llamamientos por parte de importantes activistas gitanos a manifestarse el 25 de febrero contra los cambios en el sistema de bienestar social. Estas protestas se cancelaron la tarde del 24 de febrero ante los temores a que se produjesen actos violentos. En los pocos municipios donde sí se realizaron protestas, se produjeron de forma pacífica.
   El estallido de altercados por parte de los gitanos y las consiguientes medidas de emergencia tomadas por el gobierno eslovaco deben considerarse como un claro indicador del total fracaso de la política del gobierno eslovaco con relación a los romà.
   A pesar de los altercados provocados por los gitanos en Eslovaquia durante el mes de febrero, ni el gobierno eslovaco ni otros oficiales han tratado suficientemente los graves temas de racismo, discriminación racial y sistemática violación de los derechos humanos. Aunque el gobierno anunció medidas dirigidas a mejorar el impacto de los cambios en el sistema de bienestar social, las respuestas del gobierno central y de los gobiernos regionales destacan por centrarse en los castigos colectivos a los gitanos, por culparlos de su propia situación y por centrarse en temas relacionados con la imagen de Eslovaquia en el extranjero.
   La mañana del 25 febrero, tras varios días negándose a visitar a las comunidades afectadas, el Primer Ministro, Mikulas Dzurinda, se desplazó finalmente al este de Eslovaquia, donde declaró: “Este estado defenderá a los ciudadanos sanos y su propiedad”. A continuación acusó a los romà de “especular” con el sistema de bienestar social en lugar de trabajar.
   Las respuestas de los oficiales públicos y las fuerzas de seguridad a los altercados han sido, sobre todo, castigar a los gitanos. En Trebisov, por ejemplo, según informaciones oficiales, unos 400 gitanos de una población total de 5.000 provocaron disturbios a última hora de la tarde del 23 de febrero. Según las investigaciones del European Roma Rights Center (ERRC) realizadas junto con una de sus organizaciones socias, Center for Roma Rights Slovakia (CRRS), unos 240 policías llevaron a cabo una redada en la comunidad gitana de esta localidad a primera hora de la mañana, prolongándose durante 12 horas. Durante esta redada los policías: asaltaron indiscriminadamente las casas de varios gitanos sin presentar ningún tipo de autorización, y a veces incluso entraron dando patadas a las puertas; golpearon con porras y patearon a un buen número de gitanos (sobre todo a hombres) tanto en sus casas como al aire libre en el asentamiento o mientras estaban detenidos; a muchos gitanos, incluso a menores, les punzaron con aguijadas eléctricas en la cabeza, brazos, pecho y piernas. Al menos 28 personas fueron detenidas y la mayoría continuaban arrestadas en el mediodía del 25 de febrero. Además del gran número de adultos que afirmaron haber recibido malos tratos por parte de la policía durante la redada del 24 de febrero (y que en muchos casos presentaban claros moratones supuestamente causados por el uso de porras por parte de los policías), el ERRC y el CRRS también entrevistaron a:

   - D.N:, de 16 años, un joven gitano disminuido psíquico que, según su propio testimonio, había sido golpeado con porras tanto en su propia casa como en público y había recibido descargas eléctricas en los brazos, en la frente y en el estómago. D.N. también estuvo detenido durante aproximadamente dos horas. Durante su detención le maltrataron y le obligaron a firmar un documento que ni leyó ni le fue leído, ignorando así el contenido de lo que había firmado, antes de ser puesto en libertad.

   - A.B., una niña gitana de 14 años a quien, al parecer, los policías golpearon con una porra en la espalda.

   - J.K., un joven gitano de 16 años, que fue golpeado por la policía con una porra en el estómago y los costados hasta que empezó a vomitar.

   Varios testigos oculares entrevistados por el ERRC y el CRRS afirmaron que durante la redada los policías estaban borrachos y muchos declararon que habían utilizado un lenguaje muy ofensivo.
   El ERRC y el CRRS presentaron verbalmente esta información al Director de la Policía del Distrito de Trebisov, Jozef Mlynarik, durante una reunión celebrada el 25 de febrero, y le pidieron que iniciase una investigación sobre la actuación de los miembros de la policía por los claros indicios de haber violado su autoridad. Mlynarik, sin embargo, rehusó iniciar tal investigación.
   Finalmente y, al parecer, en respuesta a las críticas internacionales a los antecedentes de Eslovaquia con relación a los derechos humanos de los romà, los medios de comunicación eslovacos informaron en la mañana del 26 de febrero que el gobierno había anunciado su intención de gastar 50 millones de coronas eslovacas (cerca de 1.250.000 euros) en una campaña de imagen para mejorar la reputación de Eslovaquia fuera de sus fronteras.
   Hay claros indicios de que, en las últimas semanas, las ya de por sí frágiles relaciones étnicas en Eslovaquia se han deteriorado enormemente, y el sentimiento antigitano se encuentra ahora en niveles altamente peligrosos. La intención y la calidad de las respuestas del gobierno importan ahora más que nunca. El gobierno eslovaco debe implementar medidas en todos los ámbitos para superar las diferencias entre los eslovacos gitanos y los no gitanos y disminuir el alto nivel de antigitanismo que predomina entre la sociedad en general y en la administración pública.

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