La fiesta de la identidad gitana

     1-15.05.2004 / La visita al Parlament y la Ceremonia del Río marcan el Día Internacional del Pueblo Gitano

El pasado día 8 de abril se celebró, por segundo año consecutivo, el Día Internacional del Pueblo Gitano en Cataluña, en un intento por consolidar esta efeméride entre la población gitana catalana y la sociedad en general. Los actos, organizados por la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña, la Fundació Pere Closa y la Unión Romaní, empezaron en el Parlament de Catalunya, en el que los representantes de la comunidad gitana fueron recibidos por el vicepresidente segundo del hemiciclo, el convergente Ramon Camp.
   Además de Camp, a la cita asistieron unos 70 representantes de la comunidad gitana, la presidenta de la Comisión parlamentaria de Política Social, Carme Capdevila (ERC), y los diputados Esteve Vilanova (CiU), Mohamed Chaib (PSC) y Carme Porta (ERC).
   En su intervención, Camp pidió a los gitanos que no fueran “ajenos” al Estatut en nombre de todos los grupos de la Cámara, les invitó a continuar “fieles a las tradiciones” y afirmó que “el respeto a la diferencia no significa uniformidad”, ya que “todos deben ser aceptados desde la propia identidad”. Además, les agradeció “el trabajo hecho por Cataluña”.
   Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña (Fagic), Manuel Heredia, expresó su confianza en el Parlament para impulsar el Plan Interdepartamental de Atención al Pueblo Gitano surgido de la Conselleria de Benestar i Família, tras el documento parlamentario de reconocimiento de esta comunidad que se hizo en el año 2001.
   El presidente de la Fundació Pere Closa, Domingo Jiménez, aludió también al citado plan y señaló otros aspectos que deben marcar el futuro del pueblo gitano en Cataluña, como son “la presencia de la cultura gitana en las escuelas catalanas y la difusión de la realidad histórica, lingüística, política y cultural gitana en la sociedad”.
   Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la Unión Romaní, se refirió a las necesidades del pueblo gitano en su conjunto e hizo un énfasis especial en la situación de los gitanos de Kosovo, “que viven una auténtica tragedia”. También recordó que antes del desmembramiento de la antigua Yugoslavia había en este país 1.200.000 gitanos, mientras que actualmente apenas quedan unos 400.000, porque la mayoría han tenido que huir y exiliarse a otros países. “Espero que los ojos del mundo se fijen en ellos”, insistió Juan de Dios Ramírez-Heredia, quien considera que “el pueblo gitano pasa por un mal momento y nadie habla de ello”. Igualmente, también evocó al medio millón de gitanos asesinados en los campos de concentración durante el holocausto nazi, tragedia que narra el ‘Gelem, Gelem', himno del pueblo gitano.
   Antes de finalizar la visita al Parlament, un grupo de gitanos búlgaros interpretó una versión de este himno, que fue reconocido como tal en el Primer Congreso Mundial Gitano celebrado en Londres el año 1971, con el objetivo de reivindicar el mantenimiento de su identidad colectiva.

La Ceremonia del Río
   Tras la recepción en el Parlament de Catalunya, los representantes de la comunidad gitana se dirigieron hacia Les Arenes, una zona de descanso cercana a la localidad de Castellar del Vallès, por donde discurre el río Ripoll. Éste era el escenario elegido para llevar a cabo la celebración conocida como ‘La Ceremonia del Río'.
   En esta ocasión la meteorología jugó una mala pasada a la organización, ya que una persistente lluvia acompañó a los participantes durante todo el acto.
   Sin embargo, esto no consiguió deslucir una ceremonia cargada de una mágica simbología común para el pueblo gitano de todo el mundo, ya que ese día, en las orillas de los principales ríos del planeta, tenía lugar la misma celebración. El Danubio, el Támesis, el Río de la Plata o el Ganges son sólo algunos ejemplos de la dimensión internacional que tiene este acontecimiento.
   La Ceremonia del Río empezó cuando las mujeres gitanas depositaron pétalos de flores en el agua del río Ripoll, símbolo del éxodo vivido por el pueblo gitano desde su salida de la India hace ya más de mil años. Los gitanos, igual que el agua del río, han ido pasando de país en país hasta estar presentes en todo el mundo, sin entender de fronteras y manteniendo su propia identidad.
   A continuación, los hombres hicieron flotar pequeñas velas encendidas en recuerdo de sus antepasados y de las víctimas gitanas a lo largo de la historia, especialmente del medio millón de gitanos asesinados durante el régimen nazi y de los muertos en las últimas guerras de la antigua Yugoslavia.
   Para terminar con las celebraciones conmemorativas del Día Internacional del Pueblo Gitano en Cataluña, tuvo lugar una gran comida conjunta en la que se pudo degustar un potaje gitano al ritmo de los acordes musicales de un grupo de gitanos búlgaros que amenizó la jornada.

Núria Tomàs Castelltort

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