27.10.2008

Viktória Mohacsi y el Grupo EveryOne han viajado por la Italia del odio racial recopilando pruebas y testimonios de una persecución

Del 17 al 20 de octubre de 2008, la parlamentaria europea Viktória Mohacsi –húngara de origen gitano– inspeccionó algunos de los asentamientos gitanos de Italia, acompañada por una delegación de especialistas en la investigación de episodios de intolerancia contra los gitanos y por un equipo de documentalistas húngaros, encargado de filmar la vida en el interior de los asentamientos y los testimonios de las víctimas del odio y la violencia racial.

Roberto Malini, Dario Picciau, Matteo Pegoraro y Nico Grancea del Grupo EveryOne, trabajaron codo con codo con Viktória Mohacsi para ayudarla a profundizar en el fenómeno del racismo en Italia mediante una visita a los inhóspitos lugares en estado ruinoso en que las familias gitanas –víctimas de la discriminación y asediadas por las autoridades locales– se han visto obligadas a refugiarse.

La delegación pudo comprobar por sí misma la situación que el Grupo EveryOne ya había denunciado y que había sido publicada en el periódico El País y reconocida públicamente por el Ministro del Interior: los gitanos que se habían refugiado en Italia como medida de supervivencia han sido expulsados a causa las medidas persecutorias instauradas por el gobierno central de Italia y llevadas a cabo en todo el país por las autoridades locales.
Evacuación de campamentos, sustracción de niños “a causa de la ausencia de una dirección permanente y medios de sustento”, amenazas, violencia, incitación al odio racial, propaganda mediática, apoyo tácito de grupos racistas, abusos policiales y judiciales, invención de historias para criminalizar a ciudadanos de etnia gitana: instrumentos que han llevado a una trágica purga étnica bajo la mirada de la Unión Europea, que ha reaccionado tímidamente a través de resoluciones (documentos inútiles, ya que se trata de “pautas” y no obligaciones dirigidas a los Estados Miembros que incumplen las regulaciones de la UE), advertencias y blandos comunicados antirracistas.

Si en la primavera de 2007 había entre 40 y 45.000 gitanos provenientes de Rumania en Italia, a finales de julio de 2008 quedaban 5.000 y actualmente hay poco más de 3.000: familias que se encuentran en un estado de salud y de pobreza tan precario y desesperado que son incapaces de regresar a Rumania o de huir hacia España, Francia y otros países que, al menos en parte, respetan las leyes de la UE sobre la libre circulación de los ciudadanos de los Estados Miembros y la desegregación.     
Viktória Mohacsi y sus colaboradores visitaron los lugares donde viven los últimos gitanos rumanos que quedan en Italia, algunas comunidades italianas y algunos asentamientos de familias gitanas originarias de la antigua Yugoslavia.

Desde Padua hasta Boloña, desde Pesaro hasta Florencia y desde Sesto San Giovanni hasta Milán, la delegación ha recopilado información sobre las condiciones de los “nómadas” en Italia, ha entrevistado a decenas de testimonios de la persecución y ha filmado los lugares en los cuales la población gitana convive con los ratones, los parásitos y la desesperación.

El grupo EveryOne está realizando un informe con fotografías, para narrar a la UE las fases de este dramático viaje por Italia llevado a cabo por una valiente parlamentaria europea que combate desde hace quince años contra la tragedia del racismo que está aniquilando a su gente.Son etapas de un itinerario de civilización, un itinerario difícil, lleno de riesgos, que congrega a un reducido grupo de personas: un puñado de “ciudadanos justos” que, afortunadamente, aumenta día a día y quienes cada día –corriendo graves peligros– continúan recordándole a Europa que “unión” significa fraternidad y que la cultura del odio racial sólo puede llevar al horror y las divisiones sin fin: un espectro real del fracaso moral, civil y real de la Unión Europea.

 

(Grupo Everyone)

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