03.11.2008

OBAMA

por Agustín Vega Cortés

No sabemos lo que pasará en las próximas elecciones de EE.UU. Las últimas encuestas dan una ventaja de más de 10 punto a Obama, y todo el mundo está de acuerdo en que si fuera blanco su victoria estaría talmente asegurada a estas alturas. Sin embargo, se teme el “efecto Bradley”, así llamado por lo ocurrido en el año 1982, cuando el político negro, y alcalde de Los Ángeles, Tom Bradley, perdió las elecciones para gobernador de California frente a al candidato blanco, George Deukmejian , a pesar de que las encuestas le daban una ventaja de 7 puntos. Los estudios sociológicos que se realizaron con posterioridad, parece que demostraron que existía un voto racista que las encuestan no eran capaz de detectar, y que, al final, decantaron la balanza a favor del candidato blanco.

Sinceramente, yo estoy casi seguro de que en esta ocasión no ocurrirá, y que la casa blanca, será ocupada, por primera vez en la historia, por una familia negra y no precisamente para limpiar. Pero si al final no fuera así, solo el hecho de que Obama haya sido el candidato elegido por el partido demócrata después de unas primarias tan participativas y tan ilusionantes como las que tuvieron lugar hace unos meses en EE.UU., constituye un hecho histórico de tal trascendencia, que ni siquiera la improbable victoria de McCain, debería hacernos perder la esperanza de que, a través de los procesos democráticos, cuando estos son verdaderos y no solo formales, se pueden alcanzar transformaciones sociales y políticas muy profundas que nos hagan ver el futuro con ilusión.

Hace tan solo unas cuantas décadas, en algunos Estados de Norteamérica, los negros no podían subir a los mismo autobuses que los blancos, ni entrar en los mismos restaurantes ni acudir a las mismas escuelas, y el Ku Kux Klan, aún los podía asesinar impunemente en nombre de la supremacía de la raza blanca. Hoy, un negro puede ser el próximo presidente de ese país. ¿No es eso un motivo suficiente para ser optimista y renovar el compromiso de lucha contra el racismo, contra cualquier tipo de discriminación por razones étnicas y por el respeto de los derechos de todas las minorías, de todas las personas? Naturalmente que lo es, y quizás sea aún más importante como una motivación para que las personas que pertenecemos a grupos minoritarios tan desfavorecidos, tan marginados y tan poco tenidos en cuenta como los gitanos, tengamos confianza en el valor del esfuerzo y del compromiso personal, en la importancia de la formación, de la caulificacion profesional y cultural. Tenemos que entender que una persona competente, formada e informada, tiene una mayor capacidad para decidir sobre su propia vida y para disfrutar con plenitud y libertad los valores verdaderos de su cultura, sabiendo discernir entre lo esencial y lo espurio, entre lo auténtico y lo falso.

El fenómeno Obama es, en ese sentido una llamada a la conciencia de todos nosotros para que nos esforcemos más en superar las dificultades de tipo económico, social y cultural que nos impiden alcanzar la igualdad real en la sociedad. Ya sabemos que los prejuicios y las actitudes racistas, se levantan ante las minorías culturales como un muro infranqueable que dificultad enormemente alcanzar cualquier objetivo, y que una persona que pertenezca a un grupo discriminado tiene que hacer un doble esfuerzo para alcanzar la misma meta que otra, pero esa injusticia, contra la que debemos luchar con todas nuestras fuerzas, no puede convertirse ni en una dificultad invencible ni en una excusa ante nosotros mismos para resignarnos a ocupar los espacios sociales y económicos más bajos de. No es cierto que a los racistas les molestemos por ser pobres e ignorantes, les molestamos mucho más si somos personas competentes e instruidas.

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