26.05.2009

Mujeres Calí

Por Sarah Carmona

Escribir sobre la condición de la mujer gitana es algo que cada una de las gitanas involucradas en el movimiento asociativo gitano ha hecho por lo menos una vez. Es, por lo tanto, un tema un poco recurrente. Parece que todo se haya dicho al respecto: mujer gitana transmisora de cultura y garante de las tradiciones en el hogar; mujer gitana: motor de cambio; mujer gitana en la universidad, en la familia, en la venta, etc…

Pero me parece que siempre se ha tratado el tema con una visión un tanto simplista o simplificadora. Con un pudor, o tal vez sea mejor dicho, un freno característico, para nada característica de nuestro pueblo, pero sí de una etapa en la reivindicación de una causa. Como si estuviésemos aún en esta fase de promoción de lo que somos de cara a un auditorio que no pertenece a nuestro grupo. A fin de cuentas, y con palabras un poco más crudas, como si tuviésemos que vender la moto.

Creo que nunca he escuchado o leído algo de parte de un gitano o una gitana sobre este tema que no fuese apológico e unísono. Yo la primera.

Sin embargo, desde que vivo fuera de España y lejos de Francia, en un país totalmente ajeno a las reivindicaciones gitanas, me doy cuenta de que si las exigencias de un colectivo no se ven acompañadas de objetividad, autocrítica y apertura de mente hacia problemáticas que no son exclusivamente relacionadas con el colectivo al cual pertenecemos, no tenemos credibilidad y no se nos escucha.

Es tan simple como que a los que sólo hablan de sus problemas y no dejan de quejarse creyendo que son el ombligo del mundo nadie les hace caso, ni en una familia, ni en un barrio, y menos en una estructura más grande y sobre todo plural.

Muchas veces me he parado a pensar como el Tío Juan de Dios Ramírez-Heredia había conseguido para nuestro pueblo lo que nadie en ningún lugar del mundo pudo hacer. Y me di cuenta que una de las grandes diferencias que tenía de cara a los demás protagonistas europeos del movimiento gitano, era que no se había dedicado exclusivamente a luchar para su pueblo, ya que se hizo también estandarte de causas ajenas a la problemática gitana y esto al más alto nivel de la esfera institucional europea, como para los discapacitados por ejemplo. Y a mi entender es esto lo que le ha dado tanto crédito de cara a los gadyè.

Para volver al tema de las mujeres gitanas, creo que ya es tiempo de hablar de la complejidad de lo que significa ser mujer y gitana. De por sí, todavía en nuestra sociedad, ser mujer sigue siendo bastante complicado, un tanto esquizofrénico. Pero ser mujer y gitana a fin de cuentas es algo tan amplio como el ser humano. Se puede ser mujer gitana ama de casa, mujer gitana trabajadora, empresaria, mujer gitana en busca de trabajo, mujer gitana universitaria, mujer gitana maltratada (también existe), mujer gitana artista, mujer gitana en su sitio, fuera de su sitio, mujer gitana cristiana, católica, agnóstica, mujer gitana casada  a los 15 (cada vez hay más), mujeres gitanas esperando a tener una buena situación para pasar del pedido a la boda, mujeres gitanas con zarcillos, sin zarcillos, mujer gitana que sabe bailar por rumba y otra que no, mujer gitana que se desliga las trompas de Falopio porque lo preconiza el pastor, mujer gitana que colecciona romances…Pero también se puede ser mujer gitana con mata de pelo negro y aroma a azahar, mujer gitana rubia de bote y bolso Armani, mujer gitana chabolera y mujer gitana hija del anticuario del Rastro que mueve fortuna…Y si necesitáis más se puede ser mujer gitana Cali, Manouch, Lovari, Sinti, Rom, Kalderach…un sinfín de mujeres todas  diferentes y todas gitanas…
Basta ya de caricaturas…nadie es quién para decir cuál de esas gitanas es más gitana que la otra, más aún en una época en que los referentes gitanos se desvanecen como el humo.

¿Pesimista? ¡No! Enfadada. Enfadada al ver como en un sub colectivo, el de las mujeres gitanas, que debería ser solidario, primero por ser gitana y después por ser mujer, los rabillos del los ojos se levantan cuando se acerca una prima que no entra en la casilla a las cuales pertenecen.

Enfadada también de ver como las mujeres gitanas, que antes de ser gitanas son mujeres y deberían como tal ser mas sensibles que los varones, no se han interesado aún, cuando se mueven en esferas de poderes (hay esferas de poderes por todos los lados, en casa, en el corrillo del bloque de pisos, en el ayuntamiento, en las asociaciones…), a otras cosas que no sean su propio universo de gitana.

El mundo es amplio, las desgracias por todos los lados. Se lucha en todos los rincones del planeta. Las mujeres son las principales víctimas y también los mejores remedios.

El gitano centrismo no lleva a ninguna parte y no nos favorece a nosotros los gitanos en el año 2009.

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