03.06.2009

Rebecca Covaciu, la niña gitana ganadora de un premio UNICEF, no encuentra vecinos que la acojan en su “Querida Europa”

Rebecca Covaciu es una niña rumana gitana que ha pasado la mitad de su vida en la calle. En estos últimos años, ha dormido en una furgoneta, en una chabola o al raso. Su desesperada situación la ha llevado al extremo de tener que mendigar junto a sus padres por España e Italia. También ha sido víctima de las agresiones de la policía italiana, de desalojos forzosos y ha oído bajo una manta cómo su padre era apaleado por defenderla.

Sin embargo, la suya no es una historia común, puesto que esta pequeña niña ha resistido y ha logrado conmocionar a toda Italia con su sencilla carta: “Querida Europa” y con una serie de dibujos, Los ratones y las estrellas, en los que demuestra su talento. Rebecca ha querido luchar contra las injusticias de las que ha sido víctima con su única arma: su arte.

El EveryOne Group se hizo cargo de las necesidades básicas de los Covaciu y presentó sus trabajos al premio de la UNICEF. Entre 150 candidatos, Rebecca ganó el premio y se convirtió en una artista reconocida. Los medios la convirtieron por un día en “la pequeña Ana Frank del pueblo gitano”. Sus dibujos viajaron a la exposición colectiva Psique y cadenas, inaugurada el Día del Holocausto en Nápoles y fueron recibidos como testimonio contra la segregación racial en el Museo de Arte Contemporáneo Hilo de Hawai.      

La ayuda prestada por este grupo durante los dos últimos años fue únicamente gracias a sus iniciativas privadas. Recientemente presentaron el caso de Rebecca al presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, y al subsecretario de Asuntos Internos, Alfredo Mantovano, de los cuales se obtuvo la promesa oficial de proporcionar un alojamiento adecuado para la familia y un trabajo para el padre, Stelian Covaciu.

Durante un encuentro que tuvo lugar en Montecitorio, Gianfranco Fini manifestó el siguiente compromiso: “Rebecca es un símbolo, un ejemplo de coraje y ya ha sufrido suficientes abusos. Prometo que el estado italiano proporcionará alojamiento a esta familia y les incluirá en sus programas de integración”. Lamentablemente, este compromiso, al igual que todos los relacionados con los gitanos de Italia, no se han cumplido.

En la actualidad, Rebeca y su familia se encuentran nuevamente sin un hogar. Después de haberlo intentado por todas las vías, ni las instituciones, ni las asociaciones, ni los particulares están dispuestos a ayudarles. Las leyes y los decretos son cada vez más restrictivos y persecutorios con los gitanos en Italia. Actualmente es casi imposible encontrar un alojamiento, como se ha hecho durante los dos últimos años.

Mientras se echaba de casa a la familia, algunos vecinos comentaban: “¡Fuera de aquí, gitanos! ¡En Italia no hay sitio para vosotros!”. ¡Qué triste, porque los niños asistían a escuelas públicas y Rebecca era una de las mejores de su clase! Todos los gitanos rumanos se están marchando de Italia. Los que se quedan lo hacen por obligación, ya sea porque no tienen dinero para renovar sus documentos o porque no pueden comprar los billetes para regresar a Rumania.

Día tras día, en Italia, los romà sufren desalojos despiadados, amenazas, abusos y violencia física. Las niñas y las mujeres, después de los desalojos de los asentamientos, son maltratadas o violadas mientras sus familiares están en las comisarías de policía esperando a que se “verifique su situación”. Los gitanos enfermos ya no tienen energías para volver a Rumania para morir allí. Muchas mujeres embarazadas pierden a sus hijos.

Los niveles de racismo han llegado a tal extremo que ni esta niña ni su familia están a salvo en Italia. No podemos permitir que sigan viviendo allí, pero desgraciadamente en Rumania no les queda nada y las promesas hechas por el presidente de la Cámara de los Diputados y por el subsecretario de Asuntos Internos no han sido ni respetadas, ni cumplidas. Por todo lo expuesto anteriormente, creemos conveniente realizar un llamamiento para que el caso de esta niña no sea uno de tantos y para que la difusión de esta información pueda conllevar alguna solución palpable para Rebecca y su familia. 

 

(Información suministrada por Dario Picciau del EveryOne Group)

 

Nosotros, desde España, añadimos nuestra voz a este grito angustiado y preguntamos: ¿Se le ocurre a alguien alguna solución, aunque sea momentánea, a este sangrante caso?

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