07.09.2010 - GALICIA

El colectivo gitano reclama a Mar una cooperativa para faenar con legalidad

Alegan que unas 500 familias dependen del marisqueo en Galicia y más de un centenar solo en la ría de Ferrol

 

Una sociedad propia es lo que el pasado mes de agosto demandó el colectivo gitano a la Consellería do Mar para abandonar el furtivismo en los bancos marisqueros de Galicia. La titular de esa área del Gobierno autonómico, Rosa Quintana, se reunió en Ferrol con responsables de la Asociación del Pueblo Gitano para, como informó a su término el presidente de la entidad, Sinaí Jiménez, limpiar el nombre de las más de cien familias de ese colectivo que marisquean en la ría local sin permiso y a quienes «se les llama furtivos» a pesar, alega, de que «llevan más de cuarenta años viviendo de eso».

«El tema está copado por las cofradías -argumentó Jiménez-, y tienen que darse cuenta de que son gente que tiene que comer todos los días». Por eso puso encima de la mesa una posible solución: constituir una cooperativa que entre en el reparto de zonas de marisqueo y que venda sus capturas a la cofradía para comercializarlas por la vía regular, es decir, pasando por lonja.

Claro que la constitución de esa sociedad no sería fácil y la Asociación del Pueblo Gitano se ofrece a realizar todas las gestiones, además de tramitar las pertinentes «ayudas autonómicas, por ser un colectivo en riesgo de exclusión social». Y es que, apuntó Sinaí Jiménez, «es mejor que la gente trabaje a que se gane la vida de forma ilegal».

Al respecto, la conselleira Rosa Quintana afirmó que desde Mar abrirán vías de diálogo con las cofradías para negociar el que podría ser un freno a ese tipo de furtivismo. Una problemática que, a juicio de Jiménez, afecta a unas quinientas familias repartidas por las rías gallegas. Aunque el modelo propuesto se ensayaría solo en la ría de Ferrol, al ser el grupo más numeroso, y después sería exportado.

La cofradía ferrolana no ve la situación desde la misma óptica. El patrón mayor, José Luis Estévez, no confía en «separar» a ese colectivo en una sociedad propia. Al contrario, les abre la puerta a integrarse en el pósito una vez que la ría empiece a mostrar síntomas de mejoría y se vayan abriendo bancos de marisqueo ahora catalogados como zonas C.

 

(La Voz de Galicia; L.A. Núñez / R. Iglesias)

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