13.10.2010

¡Viva la Europa de la Ilustración!

Por Juan José Millás


El presidente francés, Nicolás Sarkozy, junto al presidente de Rumanía, Traian Basescu (AGENCIAS)

Observen ese gesto de huelecacas, de indignación, de asco; esa expresión de dignidad ofendida, de cólera reprimida, de jactancia desordenada; esa mueca de superioridad paciente, de condescendencia política, de contención diplomática… ¿Qué puede haberle hecho el político de la derecha al de la izquierda para provocar ese mohín de repulsa infinita? Nada, no le ha hecho nada, créanme. Quiere decirse que o está trucada la foto o estaba trucada la realidad. Quien de verdad tenía razones para el disgusto era el presidente de Rumanía, cuyos ciudadanos habían sido tratados por Sarkozy como ganado vacuno. No todos, claro, sólo los gitanos, porque el odio, como las balas, necesita una diana a la que agujerear. Ahí estaba la diana: los gitanos. Por fin un chivo expiatorio, una etnia sobre la que proyectar nuestras insuficiencias, nuestros miedos, nuestros malestares. Ya volvían las encuestas a asegurar que Sarkozy medía 1,80.

 

(El País)

Volver