27.12.2012

Tres Diputados gitanos elegidos para el Parlamento de Rumanía

Nicolae Paun, Madalin Voicu y Damian Draghici siempre manifestaron, durante la campaña electoral, su condición de gitanos

 

Estos tres representantes gitanos salieron elegidos en las elecciones generales celebradas el pasado 9 de diciembre. George Lacatus nos proporciona la siguiente información de cada uno de ellos.



Nicolae Paun obtuvo su cuarto mandato como representante de los gitanos en el parlamento. Desde el año 2000 y hasta la fecha, Nicolae Paun presentó diez iniciativas legislativas. De estas diez, sólo una fue aprobada por el Parlamento rumano, que se comprometió a dar su apoyo para lograr la emancipación de los gitanos rumanos. Es el presidente del Partido Rromà Pro Europa, que le propuso como candidato en las últimas elecciones.

 

 



Madalin Voicu es el diputado gitano que lleva más tiempo en el Parlamento rumano. Es diputado desde 1996 y acaba de ser elegido para su quinto mandato parlamentario. Todos estos mandatos los logró como miembro del Partido Socialdemócrata, el partido más grande de Rumania. Madalin Voicu es hijo del famoso violinista Ion Voicu. De profesión es inspector.

 

 

 

 



Damian Draghici es el gitano elegido más recientemente en el Parlamento rumano. Anteriormente fue el Consejero de Estado para los Asuntos de los Rromà del Primer Ministro Victor Ponta. Damian Draghici es conocido en Rumanía y en el extranjero por su gran talento musical y por ser el único rumano que ha ganado un Grammy. Durante los últimos años, dirigió la Fundación Bright Light, una organización que aboga por la integración de los gitanos rumanos.

 

 


Se da la circunstancia de que estos hombres, que nunca han negado su condición de gitanos, manifiestan que en el Parlamento rumano hay muchos más Diputados que son gitanos pero que lo ocultan.

Nosotros, los gitanos y gitanas españoles, hacemos un llamamiento a nuestros hermanos gitanos rumanos para que den la cara. Es hora de dar un paso adelante y de proclamar con orgullo y valentía que son gitanos. Sobre todo deben hacerlo quienes ostentan el máximo honor a que puede aspirar cualquier ciudadano en democracia: ser representante de la soberanía popular elegidos democráticamente por el pueblo.

Durante algún tiempo también pasó algo parecido en España, especialmente en Andalucía, territorio español donde viven la mitad de los 700.000 gitanos españoles. Hemos conocido a importantes personalidades de la vida pública y a profesionales de alta cualificación que nos han confesado privadamente que tenían un padre, una madre o unos abuelos gitanos, pero que no lo decían abiertamente por temor a padecer algún tipo de marginación. Nosotros respetamos esa decisión pero igualmente proclamamos que es precisamente ahora, cuando nuestro pueblo está padeciendo los mayores ataques desde la represión nazi, cuando hay que dar la cara proclamando con naturalidad nuestro orgullo de ser gitanos y españoles.

 

Juan de Dios Ramírez-Heredia

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