10.08.2013 - HUNGRÍA

Los asesinos de los gitanos se enfrentan a la justicia, pero el resto de la comunidad sigue sufriendo la pobreza y la exclusión social

Tras el juicio por los asesinatos en serie de varios rromà, caso que infundió gran temor en la comunidad, la minoría más grande de Hungría sigue siendo víctima de la exclusión, las amenazas y la violencia.

El pueblo de Tatarszentgyorgy -ubicado a 60 kilómetros al sureste de Budapest- parece un lugar perfecto. Las calles bordeadas por árboles están casi desiertas. Lo único que se oye, además de la suave cascada de aspersores de riego de los jardines, son las exclamaciones de los niños que juegan en los patios traseros. Pero en los límites de la ciudad, donde se halla la entrada a una comunidad gitana, se cierne una de las sombras más oscuras de Hungría.

Erzsebet Csorba habla con calma mientras describe cómo el sonido de varios disparos la despertó en medio de una nevada noche de febrero, hace ya cuatro años. Mientras corría hacia el jardín, vio la casa de su hijo Robert en llamas, él y su nieto yacían fuera empapados en sangre.

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