02.12.2014

Music4Rom: Tendiendo puentes a través de la música gitana


Momento final del concierto que cerró la Master Class, con Paco Suárez en el centro / U. R.

No hay nada más puro y alejado de estereotipos ni contaminaciones que la música. Cuando suena una melodía, un canto, un ritmo, no importa saber de dónde viene, de quién procede, ni hacia dónde va. La música es un océano interminable que todo lo llena, también las incomprensiones, también los miedos a la diferencia.

A través de la música se han expresado todas las culturas del mundo, todas han recurrido a su idioma para reconocerse y mezclarse sin miedo. Todas han hecho de ella un puente que cruzaba fronteras y guerras. La música siempre estuvo por encima de todo.

Y sin duda, uno de los pueblos que mejor ha vivido este sentir ha sido el gitano. A los rromà, a lo largo de siglos y siglos, entre viajes, incomprensiones, pobreza y hambre, les latía en lo más profundo de su ser una pulsión continua que hacía que sus vidas se ennoblecieran día a día. No era otra cosa que música lo que corría por sus venas, y eso lo saben todos los gitanos del mundo, que viven a través de la música su historia.

Aun así, siendo avanzados de este arte que todo lo conecta, la comunidad gitana europea es estigmatizada y perseguida. Discriminada por su origen, maltratada por su idiosincrasia.


Dos de los artistas españoles escuchan las explicaciones del barítono Jorge Chaminé / U. R.

Es por ello que un grupo de organizaciones que llevan en su ADN la música y la lucha contra el racismo imperante pensó que un buen proyecto que quisiese fomentar la igualdad de trato hacia la comunidad gitana debería pasar por la música. Y así nació Music4Rom, un proyecto cofinanciado por la Comisión Europea y ocho asociaciones de diversos países europeos, entre ellas la Unión Romaní, que pretende utilizar la música para promocionar la cultura gitana y para promover el reconocimiento de su aportación en la cultura musical europea. Esta iniciativa impulsa los valores gitanos con el objetivo de tender puentes interculturales, fomentar la inclusión social y educar a niños a través de la música.

Para empezar a alcanzar estos objetivos, las asociaciones que llevan a cabo Music4Rom han desarrollado una estrategia de acciones y actividades innovadoras. Hasta el momento, puesto que es un proyecto aún en marcha al que le falta un año de andadura, las iniciativas realizadas están funcionando y dando sus primeros frutos. Una de ellas tuvo lugar entre el 20 y el 26 de octubre en París. Allí se reunieron para realizar una Master Class 16 jóvenes músicos de alto nivel de diferentes países, –ocho gitanos y ocho gadyè–, que compartieron una formación con siete músicos y artistas de renombre internacional, entre ellos el director de la European Romani Symphonic Orchestra, Paco Suárez, el barítono francés Jorge Chaminé, el violinista Carlo Dumont o el acordeonista Roberto de Brasov.


El acordeonista Roberto de Brasov acompaña al címbalo a un participante / U. R.

Durante una semana, artistas y maestros se reunieron cada día en la Cité Universitaire Internationale de París, y de sus encuentros fueron surgiendo caminos musicales comunes que evidenciaron las influencias de la música gitana en la música clásica europea. Todo ello se plasmó en un concierto final celebrado en el Colegio de España de la capital francesa.

Desde España viajaron cuatro jóvenes artistas: los pianistas Álvaro Mur Rodríguez y Jesús Heredia Carroza, el percusionista Pedro Manuel Navarro Grimaldi “Perico” y el guitarrista Óscar José Soriano Llopart. Todos coinciden en que esta oportunidad les ha enriquecido a nivel profesional, pero sobre todo personal. “Antes de haber comenzado el viaje no podía imaginar que esta experiencia hubiera podido ser tan importante para mí”, opina Álvaro Mur Rodríguez. El joven pianista, que no es gitano, reconoce que este viaje le ha hecho aprender de personas muy diferentes y de la cultura gitana, “esta última me ha sorprendido y cautivado enormemente. Me fascina el enorme sentido musical y el amor que tienen los gitanos por la música”, dice.

Por su parte, Jesús Heredia, se queda de esta experiencia el “haber podido mostrar mi música y explicar mi visión sobre los gitanos y la misma. Una visión que habla sobre el arte inmaterial, el único arte que podíamos llevar ‘en la mochila’ sin que nos pesara, que podíamos transportar directamente en el corazón”.

 

Falta de reconocimiento a la música gitana

Sin embargo, algo en lo que todos coinciden también es que la música gitana no goza del reconocimiento que debería. Alguien que sabe mucho de esto es Paco Suárez, quien lleva años investigando la influencia de la música romaní en la música clásica. El compositor es rotundo: “Quiero demostrar que los gitanos somos parte importante en la construcción del acervo cultural y musical de Europa, quiero demostrarlo y quiero que se nos reconozca. Los gitanos siempre somos aplaudidos en los escenarios, pero nunca somos reconocidos como los autores de esas músicas, y ésta va a ser mi misión”.


Dos de los alumnos, durante su actuación / U. R.

El director de la European Romani Symphonic Orchestra, la primera orquestra sinfónica gitana, quiere que se reconozca “que las Danzas húngaras que compuso Brahms no eran originarias de su mente, sino que fueron producto de la imitación y de la influencia recibida de sus vecinos gitanos. También que las maravillosas Rapsodias húngaras de Franz Liszt son producto de la inspiración que recibió de los gitanos húngaros y que los Lied de Schubert están basados en lo que recibió de los gitanos nómadas con los que se fue a vivir”. “Hubo un periodo en Europa en que casi toda la música estaba llena de melodías, acordes y ritmos gitanos”, señala, no sin citar la aportación de Manuel de Falla, Joaquín Turina o Enrique Granados en el caso español y en relación con el flamenco.

Para Paco Suárez, la falta de reconocimiento de estas claras aportaciones gitanas a la música es debida al “racismo cultural que intenta despojarnos de todo mérito y de todas las aportaciones que hacemos a la sociedad”.

Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la Unión Romaní y quien también participó en la Master Class de París dando una conferencia, cree que este proyecto es una de las claves para paliar la falta de reconocimiento de la música gitana y la discriminación histórica que padece su comunidad. “Music4Rom es una plataforma para que los propios gitanos entiendan que a través de la música podemos ofrecer a la sociedad una imagen diferente de la que hasta ahora se tiene de nosotros, y para ello se utilizarían los abundantísimos recursos materiales que los gitanos tenemos en todas las latitudes”, apunta.  

Además de la Master Class, los impulsores de Músic4Rom han realizado una base de datos sobre música y músicos gitanos, y ahora mismo están trabajando en la organización de talleres musicales pedagógicos en Italia, Rumania, Eslovaquia y España a través de los cuales se desarrollará una guía metodológica dirigida a profesores. Se pretende llegar a más de 300 alumnos gitanos y gadyè, y la propuesta incluye desde aprender a tocar un instrumento hasta saber hacerlo utilizando materiales reciclados. La Unión Romaní empezará a impartir uno de estos talleres en un centro escolar de Barcelona a partir de enero.

El proyecto Music4Rom es una evidencia de que la comunidad gitana tiene valor añadido de sobra como para que empiece a reconocerse en todos los sentidos. Si la música siempre ha tendido puentes, esta vez cabe esperar que no se los lleven las aguas turbulentas de la intolerancia.

 

Silvia Rodríguez Gómez

Puedes conocer mejor este proyecto en su página web: http://www.music4rom.com/home/

También hay disponible un Canal de YouTube con música gitana de todo el mundo

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