13.02.2015 - OPINIÓN

La discriminación gitana en Mediaset. Fakali contra ‘Los Gipsy Kings’

Por Federación de Mujeres Gitanas y Universitarias, Fakali


¿En qué te conviertes cuándo te tragas la telebasura? Ilustración realizada por FAKALI

La Federación de Mujeres Gitanas y Universitarias, FAKALI, quiere expresar su más absoluta indignación por la emisión por parte de Cuatro de 'Los Gipsy Kings', un docu-reality que, en teoría, trata de mostrar el día a día de algunas familias gitanas y que se ha destapado, simplemente, como la evolución del denostado 'Palabra de gitano'. Un execrable formato televisivo, fundamentado en el estereotipo y el prejuicio, con el que se produjo un daño irreparable a la comunidad gitana que, parece ser, no fue suficiente.

Lejos de rectificar, Mediaset vuelve a las andadas. Detrás de su nuevo 'producto basura' vuelve a estar La Competencia, una productora brillante en la rentabilización del morbo y la espectacularización, aunque sea a costa de la dignidad de la comunidad gitana de este país, obligatoriamente identificada por un pernicioso y productivo proceso de generalización -por desgracia existen multitud de antecedentes que demuestran que lo que hace o dice un gitano a nivel particular se extiende y se hace atribuible al resto de la comunidad- con alguna de las cuatro familias retratadas y vinculadas a la fama, el dinero, el mercadillo y el flamenco.

¿De verdad es esta la imagen real de las familias gitanas? Decididamente, no. Pero esta distorsionada representación se ajusta a los parámetros de negocio y, sin duda, a los orgánicos de una cadena controlada por Silvio Berlusconi, un controvertido personaje conocido entre muchos y polémicos aspectos por su inclinación a la implantación y el desarrollo de políticas racistas.

Y 'Los Gipsy Kings' se enmarca dentro de ellas. Porque con este producto sensacionalista y perverso se incentiva el racismo y la discriminación desde el mismo instante en que se presenta al "otro", al gitano, como un forastero, un ser raro, extravagante, estrafalario, derrochador o folclórico. En definitiva, antagónico a la realidad española.

La principal causa del rechazo social que padece la población gitana se fundamenta en el pensamiento estereotipado y prejuicioso que propaga la imagen que los medios de comunicación ofrecen de ella. Y en este caso no puede ser más abominable. En su informe de situación 2013, la OSCE-OIDDH recomienda “alentar a los medios a presentar una imagen equilibrada de la comunidad gitana y a mostrar aspectos positivos que dejen de estereotipar a los gitanos y hagan lo posible para no incitar tensión entre los diferentes grupos étnicos”. No interesa mostrar a los gitanos y gitanas estudiantes o trabajadores, por ejemplo. Es más rentable hacerlo desde la perspectiva de la frivolidad y la superficialidad para que los supuestos día a día de estas familias se concreten en ostentación, despilfarro, fiestas y vida alegre con un resultado grosero, chabacano, insultante y hasta vergonzante.

Nos presentan como una cultura ajena a la realidad social, acentuando que las diferencias culturales son un gran problema, pues los elementos diferenciales que se han presentado son la ostentación, la frivolidad, el fuerte machismo contra la mujer o la ausencia de valores éticos y morales. Con la etnización de uno de sus miembros -detenido en el año 2012 acusado de usura, secuestro y atraco- nos condenan a la perpetuación de la imagen esencializada de todos los gitanos y las gitanas que luchamos día a día contra ello. Generando, además, marcadores de fronteras entre la ciudadanía.

Cuando una comunidad como la gitana ha sido y sigue siendo el caldo de cultivo donde se depositan todo tipo de argumentos negativos, que históricamente ha sido perseguida y que se halla en una constante situación de vulnerabilidad, no puede justificarse desde ningún punto de vista la emisión de este tipo programas amparados el derecho a la libertad de expresión -Directiva 2000/43/CE del Consejo de Europa, de 29 de junio de 2000 relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato de las personas independientemente de su origen racial o étnico- cuando ni siquiera la cultura gitana es reconocida institucionalmente por el Estado ni tampoco aparecen en los libros de texto para contrastar otras fuentes oficiales del conocimiento académico. Y mucho menos cuando se le visibiliza como un sesgo sometido, además, a un malicioso procedimiento de guionización con fines básicamente lucrativos que obvian directivas y recomendaciones europeas.

Por todo, FAKALI manifiesta su más absoluto rechazo al docu-reality que se emite los domingos en la cadena Cuatro en horario ‘prime time’ y su intención de emplear todos los métodos legales para la movilización de la opinión pública, en general, y el asociacionismo gitano, en particular, contra este programa en la certeza de que su continuidad en antena no reportará ningún beneficio para erradicar la fuerte discriminación de la comunidad romaní en nuestra sociedad y su necesaria y justa incorporación a la igualdad y convivencia de los pueblos. Antes al contrario: la manera de presentar a los gitanos y gitanas que participan en la serie ahonda en los estereotipos y en la diferencia intentando excluir a los y las protagonistas del resto de la sociedad española.

 

(FAKALI)

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