23.11.2017 - OPINIÓN

Los lugares no tienen la culpa de sus destinos, pero son los destinos de muchas culpas

Por Diego Fernández Jiménez

En respuesta al artículo publicado por Juan de Dios Ramírez-Heredia ‘El día 9 de noviembre, un día histórico por partida doble’

 

Que magnífico artículo pleno de información valiosa ¡Enhorabuena hermano! Es estupendo que estés escribiendo esta parte de la historia vista por un eurodiputado gitano español. Los recuerdos forman parte de nuestra historia y los llevamos con nosotros a cada cambio de casa, como ese libro de poemas aprendido de memoria que no queremos que se pierda pero que no necesitamos porque lo sabemos.

En estos días en que populistas ligeros de equipaje e independentistas con cargas excesivas se alían para poner fin a la idea de España está bien traído el recuerdo de Cecilia y la caída del muro unidos por la emblemática fecha del 9 de Noviembre.

Siempre me he preguntado si el muro de Berlín se cayó o lo derribamos. Hace años mientras paseaba por el puente Glienicke, ya sabes, el puente de los espías sobre el río Havel que inmediatamente fue abierto el 10 de Noviembre, pensé que los lugares no tienen la culpa de sus destinos, pero son los destinos de muchas culpas. La puerta de Brandenburgo hoy es una postal simbólica, pero durante muchos años fue la puerta de la cárcel para muchas personas. La famosa casa Wansee, tan cerca de allí donde se adoptó la solución final, es solo un palacio, pero durante mucho tiempo fue el refugio de nazis fanáticos que se reunían para acordar muertes. Incluso en España, el edificio en Puerta del Sol sede la comunidad por donde paso casi cada día, fue el lugar preferido de represión de la dictadura, sede de la Dirección General de Seguridad. El muro lo derribamos, a trozos, muchos años antes de que cayera definitivamente. Lo derribó Pink Floyd con su célebre canción, y Konrad Adenauer, Jean Monet, Churchill, Schuman… y tantos otros que creyeron en una Europa unida y fuerte. Aquellos años merecen ser contados por quienes estaban allí y conmemorarlos con un ramito de violetas.

 

Diego Fernández Jiménez

Abogado

Director del Instituto de Cultura Gitana

 

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