¿Periodistas contra el racismo? 2011

En las investigaciones del CIS, cuando se les  pregunta a los españoles qué grupo social es el que más rechazo les produce, la mayoría responde sin titubear: los gitanos. Estos datos nos desalientan año tras año, y desde la Unión Romaní no dejamos de plantearnos cómo se podría cambiar esta realidad. Y sabemos que  los medios de comunicación juegan un papel indispensable para acabar con este rechazo, o por el contrario, reafirmarlo.

Los medios tienen un enorme poder en la conformación de la opinión pública. Son ellos quienes crean las tendencias, las necesidades, y quienes generan la actualidad y la agenda informativa. Ellos deciden lo que es importante y lo que no lo es. Ellos conducen a la gloria y al abismo a las personas con una virulencia que a veces sorprende.

Es por ello que su influencia sobre la creación de los estereotipos y los prejuicios es determinante. La banalización de la realidad que viven cientos de miles de gitanos también se ve afectada por la labor periodística. La imagen sesgada del gitano, encasillado como delincuente o como flamenco, se ha generado en parte porque los medios han invisibilizado a un gran segmento de nuestro pueblo, justamente a aquellos que no se ajustan a los estereotipos de lo que debe ser un gitano.

Los gitanos hemos sido históricamente un pueblo perseguido y que ha contado con un halo de misterio que ha generado tanto rechazo como fascinación. Los medios siguen ese patrón. A veces se acercan a nosotros como si fuésemos ejemplares de otros tiempos, personajes en peligro de extinción. En estos casos, el trato suele caer en el paternalismo, en la generalización y en la distorsión de algunos hechos para darle más morbo al asunto.

Por otro lado también existe un ensañamiento continuo por parte de muchos periodistas que no han conseguido entender algo tan básico como que una persona no representa a todo un pueblo, y que todavía juegan con la marginación y la miseria como moneda de cambio para asegurarse lectores o audiencia. En la gran mayoría de los temas negativos, vemos que la palabra gitano se repite innecesariamente con demasiada frecuencia. Y el goteo informativo de esas informaciones negativas hace mella en el imaginario colectivo que la sociedad mayoritaria tiene del pueblo gitano. Es injustificable que tanta gente siga sintiendo un racismo visceral contra el pueblo gitano. La ignorancia y el desconocimiento son el arma con la que juegan los racistas. Y la prensa las utiliza muy a menudo.

Es por ello que ¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el pueblo gitano llega a su novena edición. Después de tantas horas de dedicación, analizando informaciones, extrayendo datos, redactando y corrigiendo, nos felicitamos de que una vez más nuestro trabajo, arduo en extremo, ponga de manifiesto un escenario informativo injusto e injustificable. Sin embargo, es noble reconocer que estudio tras estudio, observamos cómo poco a poco la prensa es más sensible a tratar con menor discriminación a los gitanos, aunque quede todavía un largo camino por recorrer hasta conseguir que el racismo se erradique totalmente de los medios españoles.
Sabemos que conocernos es la mejor forma de combatir el racismo y el estereotipo. Y por eso, con este estudio, pretendemos que los periodistas se acerquen a nosotros con una mirada limpia, vacía de connotaciones. El periodismo, perdido en estos años convulsos en los que las tendencias informativas adquieren formatos cada vez menos convencionales, debe seguir apostando por un rigor del que carecen algunos profesionales. La Unión Romaní seguirá trabajando hasta que el pueblo gitano se trate con igualdad y con imparcialidad en los medios.

Contexto histórico

Para hablar de los gitanos con mayor profundidad y rigurosidad, los periodistas españoles deberían conocer mejor nuestra realidad, nuestra historia y nuestra cultura. De esta forma, los estereotipos con los que nos tratan a menudo desaparecerían.

Para empezar, la formación académica española no da ni una sola pincelada acerca de quiénes somos los gitanos, y eso, teniendo en cuenta que la población gitana en España asciende a más de 600.000 personas −lo que representa un 0,2% del total de la población, según estimaciones aproximadas−, no deja de ser explicativo del desconocimiento generalizado que se tiene de nuestro pueblo. Por ello, el papel de los medios de comunicación podría ser muy importante para acercar a ambas culturas, la paya y la gitana, pero muchas veces los periodistas caen en la trampa del morbo, donde priman el prejuicio y el estereotipo a la hora de informar sobre nosotros.

Se calcula que existen más de 14 millones de gitanos repartidos en diferentes países del mundo, y, de ellos, diez millones son europeos. Y decimos que son europeos porque muchos payos aún piensan que el gitano es extranjero en su propio país. La identidad de nuestro pueblo es gitana, pero también es española para quienes hemos nacido aquí, y es rumana para quienes nacieron en el país balcánico. Todo gitano se siente tan de su país o europeo como el que más, porque hace siglos que habitamos en estas tierras, que ya son nuestra tierra.

Para todo aquel que lo desconozca, sin duda le resultará apasionante saber que el pueblo rrom es originario del Punjab, una región situada en el noroeste de la India. Los primeros movimientos migratorios que barajan los investigadores sitúan el siglo IX como momento en el que el pueblo gitano empezó su peregrinaje por toda Asia, dejando la India debido a las invasiones violentas a las que se estaba viendo sometido ese país. Los gitanos cruzaron durante siglos el continente asiático, y llegaron a Europa, exactamente a Grecia, a principios del siglo XIV. Desde allí se expandieron por muchos países del continente. A pesar de la separación, los gitanos mantuvieron como nexo común muchas costumbres, y el idioma gitano, el rromanò.

En España, el primer documento que atestigua la llegada de los primeros gitanos a la Península Ibérica data del año 1425. Se trata de un salvoconducto que otorgó Juan II de Aragón a Juan y Tomás, que hacían llamarse “Condes de Egipto Menor”, para cruzar la península en peregrinación a Santiago de Compostela. De ese archivo histórico proviene el pensamiento erróneo, que perduró durante muchos siglos,  que confería a los gitanos una procedencia egipcia, lugar del que proviene también la palabra gitano (de “egiptano”).

Desde su llegada a España, el pueblo gitano padeció innumerables persecuciones, ya que las autoridades de la época veían en los gitanos, la mayoría de ellos nómadas por aquellos entonces, a un pueblo que vivía sin yugos jerárquicos, ni eclesiásticos, para el que no existían fronteras ni convenciones sociales que sí marcaban a través del miedo a la población mayoritaria. Un ejemplo atroz de la caza a la que se vieron sometidos los gitanos es la Pragmática de Medina del Campo en 1499, promulgada por los Reyes Católicos y por la cual se amparaba legalmente la captura y encarcelación de los gitanos, simplemente por pertenecer a esta etnia. Después de esta pragmática se dictaron muchas más, haciendo de la represión un instrumento constante con el que estigmatizar a los rromà.

En Europa muchos de nuestros hermanos padecieron suertes parecidas, pero sin duda alguna la cúspide de la locura racista llegó durante el régimen nazi de Adolf Hitler, en el que se asesinó a más de medio millón de gitanos en los campos de exterminio, unos hechos que no encontraron denuncia en los juicios de Nuremberg.

Quizá conociendo la terrible historia que ha padecido nuestro pueblo, se pueda entender mejor la marginación y la exclusión social que afecta a algunos gitanos. Todos los actos tienen sus repercusiones, y los gitanos fueron apartados durante siglos del progreso y de la normalización, y ahora estamos desandando un camino que duró demasiado tiempo.

Metodología

Un estudio de estas características no podría llevarse a la práctica sin seguir una metodología de trabajo preestablecida y rigurosa, teniendo en cuenta la cantidad de material sobre el pueblo gitano que hemos analizado, concretamente 3005 noticias. Por ello, el grupo de profesionales que hemos aunado esfuerzos para sacar este proyecto adelante, ha tratado toda esta información con plena objetividad, para dotar a ¿Periodistas contra el racismo? de carácter científico.

Algunos de los parámetros utilizados en nuestra investigación son lo que se han venido desarrollando desde el inicio de este estudio, en el año 1995. Otros han ido cambiando a lo largo de los años tras detectar nuevas tendencias en los medios y para dotar al estudio de un mayor dinamismo, tratando siempre de hacer de este proyecto un material de estudio indispensable para los periodistas, tanto en ámbitos académicos y profesionales, así como para todas aquellas personas que desean acabar con las actitudes racistas en los medios de comunicación.

A efectos prácticos, las 3005 noticias examinadas han sido publicadas por la prensa escrita y digital de las 17 comunidades autónomas del Epaña, junto con Ceuta y Melilla. Estos textos han pasado un proceso de catalogación que los ha dividido en varios apartados, de los que después hemos extraído las cifras y porcentajes que exponemos en este estudio. Para resumir, citamos a continuación qué elementos de cada texto hemos investigado:

Datos generales, como el nombre de la publicación, la localidad, provincia, y comunidad autónoma en la que se encuentra el medio, su fecha de divulgación, el titular de la noticia y el autor.

Modalidad del texto: información u opinión.

Género periodístico del texto: noticia, reportaje, artículo, crítica, entrevista, cartas al director, fotonoticia, editorial o tira cómica.

Elementos gráficos de los que se acompañó el texto: fotografías; gráfico y dibujo.

Fuentes de la información; en este apartado hemos analizado si los escritos venían contrastados con el testimonio de los propios gitanos.

Tema al que hace referencia el escrito. Hemos dividido las informaciones en los siguientes temas:  agresiones, asesinatos, asociacionismo, cárceles, conflictos, convivencia, cultura gitana, cursos y talleres, delincuencia, drogas, economía, educación, estudios, formación, homicidios, infancia y juventud, jornadas, justicia, lengua, ley gitana, medios de comunicación, mujer, mundo cultural, música y danza, policía, política, programas, religión, sanidad e higiene, sociedad, sucesos, trabajo, venta ambulante o vivienda. Es importante aclarar que una misma información podía ser incluida en más de un tema.

Portada: analizamos si la información apareció en la primera página del medio de comunicación.

Extensión de la información; hemos dividido las redacciones en cuatro posibles extensiones: referencia, breve, media página y página entera o más.

Valoración de la información para determinar el tratamiento que han hecho los periodistas de cada texto. Este es quizá el apartado más importante de nuestro estudio, y para ello hemos clasificado las redacciones en positivas, negativas o neutras. Y no hemos evaluado la información de la noticia en sí, si no cómo se trató periodísticamente hablando. La valoración la ha realizado un equipo de investigadores gitanos, ya que creíamos indispensable que fuéramos los propios rromà quienes analizásemos el tratamiento de las informaciones que de nosotros se publican. Además, hemos propiciado que este grupo fuese reducido y que trabajasen en continua comunicación para evitar de esta forma la divergencia de opiniones en cuanto al tratamiento de los hechos.

Para realizar la valoración, nos hemos basado en los cuatro puntos que vertebran los códigos deontológicos de los colegios de periodistas y federaciones de periodistas a nivel internacional en cuanto a las minorías étnicas. Estos puntos son:

– No incluir el grupo étnico, color de piel, religión o cultura si no es estrictamente necesario para comprender la noticia.

– Evitar las generalizaciones y la simplificación, para no caer en el estereotipo.

– No potenciar aspectos negativos ni sensacionalistas de las informaciones y evitar así el  morbo periodístico.

– Buscar fuentes de información para contrastar las noticias, especialmente las institucionales, y potenciar las informaciones que provienen de las propias minorías.

Precedentes

¿Periodistas contra el racismo? fue un proyecto que se inició entre los años 1995 y 1996 y nació con el objetivo de combatir y denunciar el racismo en los medios de comunicación, puesto que los propios gitanos somos conscientes de que la imagen que se transmite de nosotros en la prensa es crucial para conformar la opinión pública sobre nuestro pueblo. Por ello, lo que se diga en los medios de comunicación puede cambiar o  reafirmar lo que el resto de la sociedad opina sobre nosotros, promoviendo, por un lado la convivencia y la inclusión o por otro, los pensamientos discriminatorios.

Es por ello que desde la Unión Romaní creemos necesario ser nosotros mismos los impulsores de las medidas para que los medios de comunicación se alejen de los prejuicios y apuesten por la convivencia, tal y como promueven los códigos deontológicos de los colegios de periodistas de todo el mundo. La realidad es otra, y por eso, después de ocho estudios, a día de hoy sigue siendo necesario el presente análisis, que es el noveno que realizamos.

Los estudios anteriores comprendieron los siguientes periodos de tiempo: el primero analizó los años 1995-1996; el segundo se centró únicamente en 1997; el tercero volvió a comprender dos años, 1998-1999; también se analizaron las informaciones aparecidas en el período de 2000 a 2001; posteriormente siguieron los estudios del 2002 y del 2007. A continuación volvimos a estudiar dos años consecutivos, 2008-2009 y el estudio que precede al presente fue el del año 2010. Vamos a citar los datos más interesantes de todos los estudios anteriores, para poder conformar una tendencia de lo que se ha ido analizando hasta la fecha.

Año 1995-1996

En el primer ¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el pueblo gitano, se analizaron 7430 informaciones. La valoración de las informaciones fue desigual: el 31,10% del total de los textos se valoraron como negativos, mientras que los positivos representaron el 61,15% del total. La neutralidad se consiguió en el 7,75% de los casos. Si analizamos este tratamiento por comunidades vemos que Extremadura fue la región donde se redactaron los escritos más positivos, mientras que Baleares imperó en cuanto a los textos negativos. Los periodistas del País Vasco fueron quienes más neutralmente trataron la información sobre gitanos. En cuanto al índice de publicaciones, Madrid y Andalucía, en primer y segundo lugar, fueron las comunidades que más información divulgaron sobre gitanos. Los medios de comunicación escritos de Canarias fueron los que menos lo hicieron.

Durante ese período de tiempo los temas que más interesaron a los periodistas españoles fueron cultura, vivienda, convivencia y asociacionismo. El primero y el cuarto recibieron una valoración positiva, mientras que el segundo y el tercero recibieron un tratamiento negativo. Lengua y ley gitana fueron los temas que menos interés despertaron.

Año 1997

Durante 1997 el número de noticias se redujo a 3669, ya que ese año fue estudiado de forma individual. En ese estudio, el tratamiento de la información cambió respecto al primero, dando un buen giro hacia la objetividad, puesto que la neutralidad supuso el 60,55% del total, mientras que los textos negativos y positivos representaron el 21,19% y el 18,24% respectivamente. En cuanto a la valoración cualitativa por autonomías, Extremadura fue nuevamente la comunidad que mayor número de informaciones publicó de forma positiva, frente a Cantabria, que encabezó la tabla de los textos negativos.

Andalucía, en primer lugar, y Madrid y Cataluña, en segundo y tercero, fueron las comunidades donde mayor número de informaciones se contabilizaron. La Rioja fue la región con menos textos.

Los temas que mayor cobertura tuvieron en los medios de prensa escrita fueron folclore, convivencia, vivienda y cultura. En cambio, venta ambulante, estudios, cárceles y agresiones, fueron los que menos aparecieron.

Año 1998-1999

En el tercer estudio se analizaron 7286 textos. Esta vez, la mayoría de los textos aparecieron en Madrid, Andalucía y Cataluña, mientras que, de nuevo, La Rioja fue la comunidad que menos escritos publicó. El tratamiento del mensaje fue esta vez parecido al del año anterior: 59,85% de neutralidad, mientras que los textos positivos supusieron el 22,35% y los negativos el 17,80%. Durante aquel año, los periodistas que más favorablemente trataron al pueblo gitano en sus textos fueron los de Aragón, mientras que los de Baleares fueron los que peor nos trataron. La neutralidad imperó en Cantabria.

Convivencia fue el tema más tratado durante ese periodo de tiempo. Este estudio recogió por primera vez un dato muy interesante e indispensable en cuanto al buen uso del periodismo: la consulta de las fuentes gitanas. Durante ese periodo de tiempo, vemos que sólo en el 13% de los casos se contrastó la información con la parte gitana implicada en la noticia.

Año 2000-2001

En este periodo se analizaron hasta 7991 textos relacionados con los gitanos. Andalucía, Cataluña y Castilla y León fueron las autonomías donde más escritos se publicaron, mientras que Melilla fue el lugar con menor índice de textos. La neutralidad fue dominante en ambos años, con un porcentaje del 77 y el 78%.  Los textos negativos representaron el 9,25%, ascendiendo al 17,46% en 2001, mientras que los positivos se situaron en el 12,19 en el primer año y en el 5,33% en el segundo.

En el año 2000, Melilla, Murcia y Cantabria destacaron en cuanto a sus redacciones positivas, negativas y neutras, respectivamente, mientras que en el año 2001, y en este mismo orden, lo hicieron Baleares, Galicia y Navarra.
Las fuentes gitanas sólo se consultaron en ambos años en el 15% de los casos. Convivencia y asociacionismo fueron los temas más tratados en la prensa durante esos dos años.

Año 2002

Posteriormente se elaboró el estudio del año 2002. Durante esos doce meses, aparecieron en la prensa escrita española un total de 3794 informaciones que hacían referencia a la comunidad gitana. Andalucía, Cataluña y Madrid volvían a ser las comunidades que más informaciones publicaron sobre gitanos. La Rioja y Cantabria ocuparon el otro lado de la tabla. Los textos negativos alcanzaron el 18,89% del total, mientras que los positivos y los neutros supusieron el 8,01% y el 73,12% respectivamente. En cuanto a las comunidades, fue Castilla-La Mancha la que dominó en el índice de neutralidad, mientras que los periodistas extremeños fueron los más positivos a la hora de hablar sobre gitanos. Canarias y País Vasco pusieron la nota negativa, ya que la mitad de sus escritos durante 2002 fueron negativos. Los datos acerca de la consulta de las fuentes siguen siendo similares a los de otros años: no se consultaron en el 84,61% de los casos. Los temas más tratados fueron otra vez convivencia y asociacionismo.

Año 2007

Fueron un total de 2844 las informaciones analizadas en 2007 que hacían referencia a la comunidad gitana. Andalucía, en primer lugar, seguida por Madrid y Galicia, fueron las comunidades que más informaciones, publicaron sobre gitanos. Ceuta fue el lugar donde menos se informó sobre nuestro pueblo. Su tratamiento fue en general bastante neutro, con un 69,30% del total, mientras que el 18,25% fue positivo y el 12,45% fue negativo. En cuanto a la valoración por comunidades, Ceuta, Castilla-La Mancha y Baleares dominaron, respectivamente, en los textos neutros, positivos y negativos.

El 26,97% de los periodistas sí consultaron fuentes gitanas, lo que representa un incremento en este índice que tanto valor tiene. La venta ambulante y la vivienda fueron los dos temas sobre los que más noticias se difundieron.

Año 2008-2009

Durante estos dos años se estudiaron un total de 7733 noticias. De la misma manera que en los estudios anteriores, Madrid, Andalucía y Galicia fueron las comunidades donde se publicaron la mayoría de los textos relacionados con la comunidad gitana. Ceuta y Melilla se sitúan al final de esta tabla.

En lo que se refiere a la valoración, la prensa española fue mayoritariamente neutral, con un 75, 36% de los textos así calificados, mientras que los textos negativos representaron el 11,73% y los positivos el 12,91%. En la valoración autonómica destacan Ceuta y Melilla en cuanto a los textos positivos de ambos años, Comunidad Valenciana (2008) y Baleares (2009) en los negativos y Extremadura (2008) y Navarra (2009) en los positivos.
En 2008, conflictos fue el tema más tratado, mientras que en 2009 fue vivienda lo que más atención acaparó en los medios de comunicación. En ambos años, los porcentajes en cuanto a la consulta de las fuentes fueron ínfimos: 9,51% en el 2008 y 5,79% en el 2009.

Año 2010

En nuestro anterior estudio valoramos 3018 informaciones. Madrid, Andalucía y Galicia fueron, en este orden, las comunidades que más redacciones sobre gitanos publicaron. La neutralidad bajó al 65,28% del total, mientras que el índice de textos negativos subió al 14,91% y el de los positivos también alcanzó el 19,81%. La neutralidad destacó en Canarias, la negatividad en la Comunidad Valenciana y en cuanto a los textos favorables, fue Andalucía la que mayor número de redacciones positivas divulgó.

Sociedad, convivencia y política fueron los temas sobre los que más se habló durante 2010 en la prensa española, mientras que el dato que hace referencia a la consulta de las fuentes fue absolutamente desastroso, ya que sólo el 2,20% de los textos sobre gitanos habían contado con la versión gitana para su correcta interpretación de los hechos.

Tendencias de los últimos años
Si hacemos un análisis de todos los datos que hemos estudiado desde el año 1995, cuando se inició este proyecto (aun teniendo en cuenta que durante cinco años no se realizó), podemos extraer algunas conclusiones comunes, a “grosso modo”, en las que se pueden identificar algunas tendencias. Por un lado, el dato más sombrío de todos es el de la consulta de las fuentes gitanas, puesto que, desde el año 1998, cuando empezó a analizarse esta cuestión, ha ido disminuyendo año tras año el contraste periodístico de la información, llegando en 2010 a un 2,20%. Esta cifra evidencia que la imagen que se ofreció de los gitanos en los medios de comunicación era parcial y poco rigurosa, de forma que los lectores podían formarse una opinión sobre la comunidad gitana muy poco fiel a la realidad. Además, los textos acusaban el desconocimiento, la poca profundidad y el exceso de morbosidad.

Por otra parte, encontramos un dato revelador, un síntoma de que las cosas se empiezan a hacer mejor, y de que nuestro trabajo está echando raíces: la negatividad de las informaciones, aunque con leves variaciones, ha ido bajando constantemente, con algunos repuntes, pero sin ser demasiado representativos. Si al principio de este estudio las cifras desfavorables alcanzaban más del 30%, ahora mismo el porcentaje de negatividad en estos últimos años oscila entre el 11 y el 15%, aproximadamente. Aunque todavía es un dato que queremos combatir, es de todas formas una buena noticia mencionar que cada vez los periodistas nos tratan con mayor respeto y objetividad en las informaciones que redactan.