Hacen falta pocos comentarios para comprobar la gravedad de la medida adoptada por la dirección de Correos al establecer las nuevas tarifas para el año 2002.

Es urgente que el Gobierno tome cartas en el asunto. Algunas ONGs, como la UNION ROMANI, basan en gran medida su acción social en la lucha contra el racismo, usando para ello los medios escritos. Estamos convencidos de que mientras la sociedad no gane esa batalla en los medios de comunicación, y por lo tanto en la opinión pública, de muy poco servirán los programas de todo tipo que se financian con fondos nacionales o europeos.

Al racismo hay que plantarle cara desde la información veraz. Hay que destruir mitos y estereotipos. Y sobre nosotros, los gitanos, pesan esos mitos y esos estereotipos tanto como la misma marginación que sufrimos en buena parte de Europa.

Pedimos al Gobierno que aborde esta cuestión de forma urgente. Que establezca las medidas y los controles que estime necesarios para que tan solo puedan beneficiarse de las tarifas reducidas aquellas organizaciones que acrediten la función social que desempeñan y la carencia de medios económicos para hacer frente a las nuevas tarifas.

Lo que no debe ser es que rija la misma tarifa para una publicación como NEVIPENS ROMANI que se distribuye gratuitamente entre los sectores de mayor conflictividad potencial de la sociedad española, y cualquier otra publicación cuya finalidad principal, a parte de la de informar, sea –cosa por otra parte legítima– ganar dinero para sus accionistas.