1.03.2002 / Antonio José Ortega Heredia, primer concejal gitano de La Línea de la Concepción.
Antonio José Ortega Heredia tomó posesión de su acta de concejal en una sesión plenaria de carácter extraordinario, tras el fallecimiento de Celestino Prieto y la renuncia de su antecesora en la lista con la que el GIL concurrió a las elecciones municipales, Belén Rodríguez Brioso.
Antonio Heredia juró su cargo y se comprometió a cumplir fielmente sus obligaciones como miembro de la Corporación municipal. "También me comprometo a guardar y hacer guardar la Constitución como arma fundamental del Estado", declaró.
El presidente accidental de la Corporación, Carlos Ruiz Calama, le impuso a continuación la medalla de concejal tras lo cual, los asistentes al pleno y todos los concejales irrumpieron en fuertes aplausos.
Previamente, el secretario del Ayuntamiento dio lectura a un escrito por el que Heredia solicita la baja del grupo GIL y su pase al grupo mixto. Seguidamente, la concejal socialista Juana María Lasry le dio la bienvenida y lo felicitó públicamente "porque desde el grupo socialista estamos completamente seguros de que ello redundará en beneficio de la comunidad gitana de la ciudad".
Asociacionismo
Antonio Heredia tiene 28 años, está casado y su profesión inicial fue la de comerciante. Hace ya varios años y, de forma paralela a esta actividad, comenzó a colaborar como voluntario con asociaciones y a representar a la comunidad gitana, e incluso llegó a ejercer como monitor de prevención del absentismo escolar con alumnos y alumnas del colegio público García Lorca.
Antonio que, en una impresión inicial y siempre subjetiva, parece una persona tranquila y seria pero cordial, afirma que se arrepiente de no haber continuado con sus estudios al terminar el bachillerato, y que le hubiese gustado cursar Trabajo Social. Sin embargo, eso no ha impedido que hoy sea concejal y que se haya convertido en el espejo donde se miran muchos ciudadanos gitanos del municipio de La Línea.
Con la creación de esta Concejalía, ¿se desvincula un poco la parcela de Minorías Étnicas de la de Asuntos Sociales?
No exactamente. Al obtener este cargo, se continúa el contacto con Asuntos Sociales, ya que se utilizarán las mismas instalaciones, y se seguirán las líneas de trabajo marcadas por esta Concejalía, ya que creemos que es la mejor forma de conseguir buenos resultados.
¿Cuáles son los objetivos inmediatos de su Concejalía?
Bueno, los objetivos han sido marcados junto a Gabriel Gonzálvez, concejal de Asuntos Sociales, y son, básicamente, el Centro Sociocultural Gitano Linense y actuaciones de planificación familiar con mujeres gitanas. En este sentido, a finales de febrero hemos comenzado a repartir unos folletos con un vocabulario muy accesible.
¿Cómo se siente en su nuevo cargo de concejal?
Como miembro de la comunidad gitana, siento un doble orgullo. Como linense por ser concejal de mi pueblo, y como gitano por ser representante de esta comunidad de más de cuatro mil personas, que exigen soluciones y recursos. La verdad es que es un peso muy fuerte, que espero poder asumir.
¿Cuál ha sido la reacción de la comunidad gitana ante su nombramiento?
Durante estos días, he visitado diversas zonas de la ciudad, y todos hemos coincidido en afirmar que mi nombramiento es un hecho histórico.
¿Están los gitanos linenses integrados en la sociedad?
Bueno. Yo, particularmente, no defiendo la idea de una nación gitana. En primer lugar, somos linenses, que además pertenecemos a la etnia gitana, no somos algo aislado. Si buscamos la integración en la sociedad, debemos estar orgullosos de ser linenses y españoles.
En este sentido, buena parte de los gitanos linenses están integrados, aunque sí es cierto que hay sectores más desfavorecidos dentro de la comunidad gitana que adolecen de esta integración. Además, la integración no significa, en ningún momento, la pérdida de las costumbres de una comunidad, ya que ambas cosas son compatibles.
¿En qué otras comunidades se centran el departamento y la Concejalía de Minorías Étnicas?
Bueno, aparte de la comunidad gitana, que es la más amplia, yo destacaría la comunidad de senegaleses, que está compuesta por unas 50 o 60 personas, bien organizadas en la Asociación África Horizonte. Junto a ellos, también es importante la comunidad de mujeres magrebíes, casadas la mayoría con linenses, y que suelen acudir a Asuntos Sociales solicitando diversas ayudas y recursos, que apenas distan de los que cualquier ciudadano o ciudadana de La Línea podría solicitar en cualquier momento.
¿Consideras que en esta ciudad hay problemas de racismo y xenofobia?
Desde mi punto de vista, no hay excesivos brotes de racismo, porque La Línea siempre ha sido un pueblo solidario y hospitalario, aunque aún se mantienen ciertos tópicos y estereotipos que no en nada favorecen la integración.
¿Somos racistas, Antonio?
Bueno, nadie va a decir nunca que es racista, pero los tópicos y los estereotipos afloran en cualquier momento en la calle o en cualquier conversación o comentario. A este respecto, desde la Oferta Educativa Municipal, intentamos explicar a los niños y niñas otras culturas y costumbres, con el fin de poder atajar el racismo y la xenofobia desde la base. Aún así, hay mucho trabajo por hacer, trabajo en el que los medios de comunicación pueden jugar un papel básico en la destrucción de estereotipos. Tenemos que aprender a convivir con personas de otras procedencias y etnias. En este sentido, lo único que hay que hacer es promover actuaciones para acostumbrarnos a la nueva situación que se avecina próximamente. |