1.05.2002
/ Ante el espectacular ascenso de Jean-Marie Le Pen en las elecciones
francesas, Nevipens Romaní publica la intervención en el
Parlamento Europeo de Juan de Dios Ramírez-Heredia,, Presidente
de la Unión Romaní, en uno de sus frecuentes choques con
Le Pen durante su etapa como eurodiputado
Seños Presidente:
Mi voto contribuirá a que se levante la inmunidad parlamentaria del
señor Le Pen. Y conmigo, señor Presidente, votarán
con el corazón miles, millones de gitanos europeos descendientes
de las víctimas que fueron objeto del odio y la violencia nazi
hace medio siglo.
Yo voto, señor Presidente, para que la justicia tenga la oportunidad
de castigar a Le Pen por trivializar el recuerdo de aquella tragedia,
por minorizar el genocidio que tantas vidas costó, por jugar con
la pena, las lágrimas y la desesperación de tantas familias
inocentes diezmadas por el odio racista que con tanta frialdad el señor
Le Pen parece justificar.
Pero yo añado señor Presidente, desde mi escaño del
Parlamento Europeo, mi condena más firme al Señor Le Pen.
Le condeno y le maldigo. Que caigan sobre su conciencia el recuerdo de
aquellas víctimas inocentes. Que caigan sobre su alma las lágrimas
de tantos niños huérfanos. Que le arañen en las entrañas
los lamentos de las madres a quienes les robaron sus hijos para hacer
con ellos crueles experimentos. Que se le aparezcan por doquier las sombras
de los ancianos que terminaron en los hornos crematorios solo por ser
viejos. Y que la maldición de mi pueblo, el pueblo gitano, a quien
la sombra negra del nazismo robó más de quinientas mil vidas
le acompañe durante todos los días de su vida.
Señor Presidente, no se interpreten mis palabras como una negación
al derecho que asiste al señor Le Pen para manifestarse como le
venga en gana. Aprendí, hace muchos años ya, el mensaje
de Voltaire cuando sentenció: "Me opondré a tus ideas
hasta la muerte, pero con el mismo afán defenderé el derecho
que tienes a expresarlas". Manifiéstese el señor Le
Pen como quiera, diga lo que se le antoje, ladre como los lobos en las
noches de luna llena, anunciando discriminaciones, persecuciones, llanto
y lágrimas de los más débiles, pero sepa el señor
Le Pen, y quienes como él piensan, que aquí encontrarán
siempre a un grupo de hombres y mujeres que no aceptarán sus incitaciones
al odio racial, a la marginación de las minorías.
Cuando Le Pen dice que a causa de la desertización y de la demografía
los habitantes del tercer mundo se lanzarán a la conquista de Europa,
¿qué pretende imbuir en la mente de los sencillos europeos?
Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la
luz. Le Pen sabe muy bien -es viejo lobo- cuando debe lanzar sus aullidos
para asustar a la ciudadanía y conseguir, mediante el miedo y la
amenaza, que prosperen sus tesis trasnochadas y fascistas.
Hoy, posiblemente, se escapará de las manos de la justicia francesa,
pero no escapará de la condena y el desprecio que por él
sientes todos los demócratas de Europa. Muchas gracias, señor
Presidente.
JUAN DE DIOS RAMÍREZ-HEREDIA. |