16.2.2003
/ El éxodo de los gitanos hacia países de la Europa
occidental es una amenaza para la decisión de suspender los visados
para los ciudadanos romà, afirmó recientemente el presidente
de la reunión parlamentaria del Consejo de Europa, Peter Schieder,
en un discurso previo a la reunión del pleno de las dos cámaras
del Parlamento.
"Tenemos que apreciar el hecho de que las autoridades
tienen la determinación de afrontar la situación antes de
dañar la imagen y el estatuto del país pero alguna solución
a largo plazo tiene que encontrarse para convencer a la población
que deje de emigrar", dijo Schieder. Se refirió también
a la necesidad de realizar ciertas inversiones que incluyeran la financiación
para mejorar el acceso a la educación y a la formación profesional,
al empleo, a la seguridad social, así como también crear
condiciones de habitabilidad decentes. Para conseguir todo esto, Rumania
recibe y continuará recibiendo la asistencia de las instituciones
europeas, añadió.
Responsabilidad común
"Juntos tenemos la responsabilidad de construir
en todos nuestros países una sociedad en la cual todos los ciudadanos,
sin importar las opiniones políticas, la religión, la etnia
o la orientación sexual puedan sentirse aceptados, bienvenidos
y seguros" apuntó Schieder.
Por su parte, el ministro de Agricultura de Rumania, Ilie Sirbu, anunció
que se ofrecerían tierras de cultivo a las familias gitanas que
desearan tenerlas durante un periodo de tiempo, de acuerdo con la estrategia
de mejora de las condiciones del pueblo gitano. En un principio, las tierras
estarían arrendadas por un periodo de cinco años, tiempo
en el que los romà estarían obligados a trabajarlas pero
sin cobro alguno de impuestos.
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