- Somos un peligro porque nos ven caminar solos.
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Somos un peligro porque empezamos a tener voz propia.
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Somos un peligro porque rechazamos el paternalismo.
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Somos un peligro porque no deseamos ser tutelados cuando podemos ser independientes.
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Somos un peligro cuando nos revelamos contra la injusticia.
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Somos un peligro cuando decimos que ¡basta ya de utilizarnos como a conejillos de Indias!
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Somos un peligro cuando nos damos cuenta de la manipulación de que somos objeto.
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Somos un peligro cuando demostramos que podemos pensar y decidir por nosotros mismos.
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Somos un peligro para los que vislumbran que pronto se les acabará el chollo.
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Somos un peligro cuando manifestamos que empiezan a ser muchos los que viven a costa de los gitanos sin que los gitanos lo hayamos ni pedido ni consentido.
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Somos un peligro para quienes sólo ven en nosotros un campo de experimentación teórica.
- Somos un peligro para quienes se empeñan en publicar las llamadas “historias de vida” en las que siempre aparecemos como seres ignorantes y primitivos.
- Somos un peligro para los gadyè (los no gitanos) que quieren ser más gitanos que los propios gitanos.
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Y somos un peligro, ¡como no!, para algunos gitanos y gitanas, que aprovechándose de la ignorancia de buena parte de su pueblo, aparecen como remediadores de todos los males. ¡Gracias a Dios, éstos cada día engañan a menos gente!
Por eso nosotros, la gente de la Unión Romaní, y con nosotros la mayoría de los gitanos y gitanas honrados de este país, entendemos perfectamente que alguien pueda decir: ¡CUIDADO, GITANA O GITANO CULTO! |