Recomendaciones del Parlamento de Unión Romaní Internacional (URI), del 22-28 de Febrero 2008, Murska Sobota, Eslovenia |
7ª Sesión Plenaria En el reciente encuentro de la Unión Romaní Internacional (URI), se trataron los puntos más relevantes relacionados con la actual situación de los romà en Europa y se decidió exponer las siguientes recomendaciones: Comunidades gitanas en Kosovo
Comunidades gitanas en Serbia
El romanò como lengua europea y en la Tecnología de la Información
Educación para niños y jóvenes gitanos
Otros ámbitos: Salud, Vivienda, Empleo, Medios de Comunicación
Stanislaw Stankiewicz – Presidente de la Unión Romaní Internacional
UNIÓN ROMANÍ INTERNACIONAL
22-24 de Febrero de 2008 RESOLUCIÓN En Europa, existen entre ocho y doce millones de gitanos. Hay más gitanos que ciudadanos de muchos países que actualmente pertenecen a la Unión Europea. El número de romà es cinco veces más grande que el de eslovenos, y el doble que los daneses o finlandeses! Mucha gente emigró hacia Europa durante siglos. Los últimos en llegar fueron los eslavos, los búlgaros, los húngaros, y todavía los romà, que llegaron antes que los Magyar y aún se los considera de alguna manera como ajenos a Europa. El hecho es que cuando los gitanos llegaron, muchos de los países que ahora forman parte de la Unión Europea no existían. Eran parte de otros Imperios o Reinos como el Bizantino y el posterior Imperio Otomano, o simplemente no estaban todavía en ningún lugar. En realidad, el concepto de nación simplemente no existió en su actual significado. En los más de mil años de historia de los gitanos en Europa, esta comunidad nunca buscó o intentó crear su propio país. Aportaron tanto, que quizá la historia de Europa hubiera sido distinta... Los gitanos son europeos, europeos en el sentido anterior de lo que significa Europa hoy, como en casa por toda Europa. Los gitanos están repartidos por todos los países, y constituyen una parte integral de la cultura europea. Su participación al conjunto de la cultura europea no se puede ignorar, y su integración y vinculación a Europa es un hecho. Ellos son europeos, y europeos permanecerán. El romanò, la lengua de los gitanos, es parte integrante de la cultura romà, y como tal es una de las primeras lenguas transnacionales de Europa. Hay más gente que hable romanò que muchas de las lenguas oficiales de Europa.
¿EL PROBLEMA ROMÀ? El miedo a una migración masiva de gitanos es fruto del temor a una idea equivocada de que todos los romà son travellers. Tan solo una pequeña minoría de los gitanos en su totalidad siempre estuvo viajando. La mayoría de los gitanos, una vez llegaron a Europa, se asentaron y muchos permanecieron en el mismo sitio y el mismo país durante siglos. Actualmente, se oye decir que existe el “problema romà”, un problema que a menudo se asocia al tema social. Pero, ¿cuáles son las raíces de estas declaraciones? En realidad, el problema es la creación de naciones en Europa. Estas naciones, especialmente las que se crearon hacia finales del siglo XIX y principios del XX, intentaron crearse en las premisas de una nación. Una nación, una lengua, una cultura. Y las minorías de toda Europa no encajaron en este proyecto de nación. Y no tan solo se aplica a los gitanos, también sucede lo mismo con otras minorías étnicas y culturales como los turcos en los Balcanes o los judíos de toda Europa. La cuestión es que, en tales naciones, no hay sitio para otras culturas. Los últimos avances en la antigua Yugoslavia, por ejemplo en Bosnia y Kosovo, demostraron que todavía se expulsaba a los gitanos. Kosovo es particularmente un ejemplo extremo, porque los gitanos de Kosovo estuvieron realmente integrados en la sociedad; eran doctores, jueces y abogados, granjeros, y en general unidos a los albaneses. Pero, a pesar de esta integración, basada en una ideología nacionalista, fueron obligados a dejar su país. Todo el mundo tiene claro que esto es contrario al espíritu de la comunidad europea. Todos somos europeos y estamos como en casa en Europa. La cuestión es que los gitanos son ahora la minoría cultural y étnica más extensa de la Unión Europea, y todavía siguen siendo habituales las discriminaciones y los prejuicios tanto en los países de la nueva Unión Europea como en los países del este. El hecho de que estos prejuicios estén a veces profundamente arraigados se puede contemplar en los últimos sucesos que tuvieron lugar en Italia, en que se atribuyó un asesinato a un gitano (aunque no lo era realmente) que desató una ola de artículos en la prensa. El temor a que los romà pudieran hacer uso del derecho a viajar y establecerse en cualquier país de la Unión Europea, derecho que disponen todos los ciudadanos europeos, ha sido utilizado por numerosos políticos populistas. La cuestión es que no hay más gente a parte de los romà que migren dentro de Europa. Se podría decir que si un millón de rumanos pudieran escoger en qué país europeo quieren vivir, no habría ni más ni menos que el 10-15% de gitanos entre ellos, el mismo porcentaje que en el mismo país.
EL FUTURO Los gitanos son ciudadanos orgullosos de su país, y europeos en su cultura y en sus corazones. Desgraciadamente, si las políticas y la actitud general de la población no cambia, estarán cada vez más marginados. La lista de políticas fracasadas que los estados europeos han intentado durante siglos es tan larga como descorazonadora: limpieza étnica, inmigración forzada a las colonias, asimilación forzosa, esclavitud (solo en Rumania), discriminación pública. Todavía aún estas políticas no han podido cambiar el hecho de que los gitanos estén aquí, y continúan siendo parte de Europa. En el siglo XXI, es hora de reconsiderar estas políticas y cambiarlas. La realidad es que los países con menos persecución histórica de gitanos son los que el “problema gitano” también es el menos importante. La integración y el diálogo son claves. La integración y la aceptación de que los gitanos tienen una cultura, un sitio en Europa, y sin dar importancia al país del que provengan, son lo más importante. Desde Unión Romaní Internacional, estamos satisfechos de ver que el gobierno de Eslovenia cita el diálogo intercultural como uno de los puntos clave para su presidencia en la UE. Este diálogo no debería olvidar a los gitanos, para que haya diálogo intercultural éste debería empezar desde el patio trasero de cada uno, en el corazón de Europa. Estamos convencidos que esta presidencia no lo olvidará. Un paso al que daremos realmente la bienvenida es el reconocimiento oficial del romanò como lengua oficial. Esto sería una buena señal de que Europa, en su totalidad, está finalmente preparada para afrontar su historia y sus demonios, y está lista para aceptar que los gitanos también son europeos.
LOS PROBLEMAS No se puede negar que hay cuestiones y problemas. Es cierto, hay gitanos que mendigan y roban, pero ¿no se puede decir lo mismo de cualquier población de Europa? Efectivamente, cuando los gitanos roban, la población en general se conforma con la visión que ya tiene de ellos. ¿No hay ahí una forma de culpabilidad colectiva que está en juego? Si no se actúa, Europa creerá que ciertamente todos los gitanos somos delincuentes. Entonces habrá un auténtico problema gitano. Pero todavía estamos a tiempo para arreglar la situación y darle la vuelta. La integración y la educación son claves. Sin integración y aceptación por parte de la población mayoritaria no podrá haber un descenso de la discriminación incesante que uno sufre a menudo por ser gitano. Los culpables no son los romà sino más bien el resto de la población. La educación también es un tema importante. Si los gitanos están impedidos de acceder a las escuelas, o como mínimo se encuentran en una posición en que la discriminación es tan fuerte que muy pocos se atreven a continuar con sus estudios, Europa tendrá un problema. Hasta ahora, en muchos países los gitanos se destinaban a escuelas especiales, de modo que se impedía el acceso a más estudios. En este ámbito, los países europeos han fracasado, ellos son los responsables de ofrecer una buena educación. Aunque existen leyes, las europeas y las de cada país, se percibe a los gitanos como extraterrestres y, como tales, esto a menudo implica la exclusión. La discriminación que sufren en todos los niveles demuestra que en realidad, las convenciones europeas, como la de los niños por ejemplo, se violan diariamente. En la mayoría de los países europeos la policía establece un perfil determinado de los gitanos y no los considera europeos. En Kosovo o en Bosnia, las convenciones europeas o internacionales han sido ignoradas por todos los partidos y la UE ha hecho la vista gorda. Los gitanos fueron víctimas de estos conflictos, y la pasividad europea en estas cuestiones lo ha empeorado. En estos países, de hecho, se hizo una limpieza étnica de romà y no se recuerda nada de mil años de historia. En muchos países excomunistas, la situación legal de pobreza no se ha resuelto por completo y muchos gitanos no pueden demostrar la propiedad de sus casas u obtener nuevos terrenos para construirse ellos mismos un hogar.
¿QUÉ SE PUEDE Y QUÉ SE DEBE HACER? En tanto que gitanos, hemos visto cómo fracasaban muchos programas y muchas políticas. Desgraciadamente, muy pocas de estas iniciativas han demostrado ser ejercicios de pretextos... entonces, ¿qué se puede y qué se debe hacer? Como ya se ha dicho, el reconocimiento oficial del idioma romaní –romanò- sería un gran signo de esperanza y una señal de que por fin, Europa está preparada para aceptar su minoría más extensa. Cualquier ayuda a escala europea que promueva esta lengua y cultura será más que bienvenida! La integración y la educación son los dos elementos clave. La integración requiere información, requiere la voluntad en todos los ámbitos para cambiar las actitudes de la población en general frente a los romà. Y debería quedar claro que todo el mundo tiene interés. Hay que favorecer la educación. Una de las responsabilidades esenciales del estado es ayudar a los más perjudicados para conseguir una educación decente. Entonces, ¿por qué se hace esto para los gitanos? Para conseguir nuevas políticas, para mostrar resultados concretos, se necesita la implicación activa de la comunidad gitana. Demasiado a menudo, las políticas gitanas han sido paternalistas. Si moldeáramos estas políticas y si fuéramos compañeros, acogeríamos una participación más amplia de gitanos. Desde Unión Romaní Internacional, estamos preparados para participar activamente en este proceso. Reclamamos avances concretos para resolver los problemas de limpieza étnica, la situación de los gitanos en Kosovo y Bosnia, y potencialmente en otros países. Sin el paraguas de la Unión Europea, no es posible una política y una ayuda consistente para la comunidad romaní. Los gitanos se extienden por todo el territorio europeo. Algunos de los principales problemas a los que se enfrentan son los mismos que en todos los países. Se requiere una Institución Europea para que dé el impulso necesario para cambiar las políticas. Trabajemos juntos, tanto en el ámbito estatal como en el europeo, para garantizar la aplicación de las resoluciones del Parlamento Europeo en relación con los gitanos (por ejemplo, abril 2005, mayo 2006 para las mujeres), para cambiar las actitudes, para trabajar por una vida mejor, para cambiar las políticas y crear una Europa mejor para todos. Europa y sus Estados miembros deberían declarar su compromiso en este proyecto, un proyecto para cambiar la sociedad, para integrar a los gitanos, un pueblo que también es europeo. Stahiro-Stanislaw Stankiewicz - Presidente de Unión Romaní Internacional |