El Parlamento Europeo celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano

     11.04.2008 / El Presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Pöttering, envió un mensaje a los gitanos europeos y delegó en el vicepresidente del Parlamento, el Diputado Miguel Ángel Martinez, que le representará y dirigiera la palabra a los asistentes.
Reproducimos, seguidamente, ambas intervenciones:

Bruselas, 7 de abril de 2008

Señoras y señores, queridas amigas, queridos amigos:

     El Presidente del Parlamento, Hans-Gert Pöttering, me ha pedido que le represente en esta magnífica ocasión. Lo haré leyendo primero un texto que el Presidente me ha pedido que les traslade a Uds. y, a continuación, añadiré unas cuantas palabras de mi propia cosecha.

     Este es, por lo tanto, el mensaje de nuestro amigo Pöttering:

 

Mensaje para el concierto de Vaya con Dios
7 de Abril de 2008

Me gustaría agradecer a Vaya con Dios y a Dani Klein por estar hoy aquí presentes en el Parlamento Europeo y participar en este concierto para la ocasión del Día Internacional del Pueblo Gitano. También me gustaría agradecer a Els de Groen, miembro del Parlamento Europeo, por su colaboración en la organización de este evento, así como al Vice-Presidente Miguel Ángel Martínez por aceptar muy amablemente el tener que remplazarme. Me hubiera encantado poder asistir con vosotros a este acontecimiento tan especial pero desgraciadamente no ha sido posible debido a una visita oficial a Irlanda justo el mismo día.
     Me gustaría expresar mi gratitud y admiración a Vaya con Dios y a Dani Klein por su compromiso a la causa del pueblo gitano. La Unión Europea está muy involucrada en mejorar la situación de la comunidad gitana y, en general, de todas aquellas víctimas de la discriminación. El trabajo que estáis llevando a cabo es muy apreciable y vuestra contribución a infundir esperanza sobre la situación ampremiante que sufren los gitanos es muy importante.
     La protección de los derechos de los grupos minoritarios, especialmente los del pueblo gitano, es una de las prioridades del Parlamento de Europa. Me gustaría puntualizar que el Parlamento Europeo está trabajando intensamente en este tema y continuaremos haciéndolo. Las resoluciones que se han adoptado para la comunidad gitana han sido cruciales para tirar adelante la petición para que se cumplan los derechos de los gitanos.
     Muchos miembros de esta comunidad viven en medio de una terrible pobreza. Demasiados gitanos son víctimas de la discriminación en su día a día. Esto es inaceptable e incompatible con nuestros principios y valores fundamentales.
     La cultura del pueblo gitano es un elemento importante y que llena de color nuestro patrimonio común europeo, y espero que la música de Dani Klein (Vaya con Dios) sea una prueba de cómo el arte encuentra inspiración en la diversidad cultural que nuestra Unión comparte.
     Les deseo a todos lo mejor para este concierto y para sus proyectos de fututro.

 

     Y ahora, leídas las palabras de Hans-Gert Pöttering, permítanme que añada algún comentario mío, en mi condición de Vicepresidente de la Eurocámara, en mi condición de militante socialista y de luchador por la libertad y amigo del pueblo gitano, cuya fiesta estamos conmemorando con este encuentro. Y lo primero es por lo tanto agradecer al Presidente del Parlamento Europeo la oportunidad que me ha ofrecido para dirigir la palabra a tan numerosa y distinguida audiencia, y en tan importante reunión. Es por lo tanto en nombre de todo el Parlamento Europeo como me dirijo a Uds. No es que quede mucho por decir, tras el mensaje que les he leído del Presidente de la Eurocámara, pero me complace reiterar nuestro agradecimiento a la Sra. Els de Groen, al Open Society Institute que generosamente ha financiado la logística del concierto y, sobre todo naturalmente a los amigos del grupo Vaya con Dios y a Dani Klein que desinteresadamente van a cantar y a tocar esta noche, como parte de su movilización en favor de la causa del pueblo gitano. Mi agradecimiento va también a Amnistía Internacional, que coopera con nosotros en este acto, siempre con su conocida eficacia y conciencia libertaria.
     Sí que me place añadir a lo dicho por Hans-Gert Pöttering, que este encuentro no es sólo un gesto para celebrar el día Internacional del Pueblo Gitano. Es eso, ciertamente, pero es mucho más. Es, acaso sobre todo, un acto para reiterar con toda convicción un compromiso. Me refiero al compromiso de nuestra coherencia con una serie de valores que se supone identifican al proyecto de construcción europea: valores como la igualdad, la libertad, el respeto, la protección de los derechos humanos y la defensa también de los derechos de las minorías. Esa coherencia la proclamamos hoy trasladando todos esos valores a la situación que vive el pueblo gitano.
     No podemos ignorar que se trata de uno de los pueblos que más han sido y siguen siendo víctimas de discriminación y de represión también en algunos de nuestros propios territorios; en varios Estados miembros de la Unión Europea. Nuestro compromiso de coherencia se dirige a ese pueblo y a sus representantes, presentes aquí entre nosotros. Pero es un compromiso de coherencia que también se dirige, acaso principalmente, hacia nosotros mismos. Es un compromiso que, por lo demás, parte del reconocimiento de que el pueblo gitano ha resistido a lo largo de la Historia, heroicamente, y ha conseguido preservar en gran medida su estilo de vida y su cultura. Además, en su generosidad ejemplar, ha dado a nuestros respectivos pueblos mucho de uno y de otra. Excuso decirles que en pocos países como en España, la cultura y el folklore gitanos se han convertido en contribuciones esenciales de lo que es hoy la cultura y el folklore españoles.
     Reconozcamos también que estas contribuciones de gitanos y gitanas han sido bien mal pagadas, aunque algún progreso puede identificarse en tiempos más recientes, también por la actuación del Parlamento Europeo, como lo recordaba Hans-Gert Pöttering en su mensaje a nuestro encuentro.
     En ese progreso ha jugado un papel muy determinante un hombre al que quiero, ya para ir terminando, rendir merecido homenaje. Me refiero a Juan de Dios Ramírez-Heredia, mi amigo y mi hermano, que fuera el primer gitano que ocupara un escaño de diputado en las Cortes Generales de mi país, cuando yo ocupé el mío, en las primeras elecciones democráticas celebradas en España en 1977, tras cuarenta años de dictadura. Juan de Dios sería luego el primer gitano en ocupar otro escaño, esta vez en el Parlamento Europeo. En una y otra Cámaras iba a ser determinante para generalizar la conciencia de la injusticia con que el pueblo gitano venía siendo tratado desde tiempos inmemoriales, y para dejar claro que la hora era llegada de hacer justicia y acabar también con algo incompatible con la modernidad y los valores de progreso con los que se identifica la Europa comunitaria. Permítanme destacar dos lecciones que aprendí de Juan de Dios Heredia por las que hasta hoy, más de treinta años después, le estoy enormemente agradecido.
     Primero, mi amigo me enseñó que, en toda una serie de valores, de los que yo había hecho razón de ser de mi vida, había una dimensión nueva: se podía ir más allá de lo que yo había imaginado. En simbiosis con los gitanos discriminados y oprimidos, pude entender que la libertad era más ancha de lo que yo había nunca pensado. Y la solidaridad, más ambiciosa; la generosidad más sincera e ilimitada. La segunda enseñanza de Juan de Dios, iba dirigida a nosotros -el mundo de los payos- y a la vez a su propio pueblo. A este último le dijo que no esperase de nadie que no fuera él mismo, que le sacaran de su marginalidad y de su miseria -de su sufrimiento, en definitiva-; le explicó a sus hermanos y hermanas que su emancipación tenía que ser, ante todo, cosa suya; que nadie regalaba nada en esta materia. Y a los demás nos señaló nuestro papel y nuestro terreno: el de escucharles a ellos, sin darles limosnas, ni marcarles camino: el de acompañarles por el camino de la justicia. Eso es, amigos y amigas lo que estamos haciendo hoy y lo que vamos a seguir haciendo, sin duda con más inspiración y convicción gracias a la fuerza del concierto de Dani Klein y de Vaya con Dios: acompañar al pueblo gitano en sus reivindicaciones que hacemos nuestras.
     Terminaré con un comentario más ligero, antes de dar la palabra a Natalia Alonso de Amnistía Internacional y pasar luego a presentar a Dani Klein y a Vaya con Dios. Mi reflexión final es para recordar dos canciones que se funden y son mojones indelebles de mi juventud, una y otra cantadas por miles de jóvenes de mi generación. Una, la que reúne todo lo que hoy aquí estamos proclamando con nuestro compromiso y nuestra confianza en nuestra capacidad de cambiar las cosas a mejor: "We shall overcome". Y otra, la que da su nombre al Grupo que va a conmovernos con su música: "Vaya con Dios". Algo que cantamos sobre todo en España y en América Latina durante décadas. Con ella aprendí yo a bailar bolero y aprendí a "hacer caritas" como en mi país llamábamos al "cheek to cheek". Un bolero cuya música y letra voy a tener el atrevimiento de tararear para terminar mis palabras:

La alborada al despertar feliz te espera,
y en tu corazón yo voy a donde quieras,
Vaya con Dios, mi vida... Vaya con Dios, mi amor.

Señoras y señores, gracias por su atención y por su paciencia al escucharme. ¡Salud y libertad!

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