13.06.2008 / En Rumania, según un estudio, el 60% de los gitanos entrevistados declararon que algún miembro de su familia se fue a dormir con hambre en los 30 días anteriores a la consulta. Más del 50% de los niños no tienen ropa de abrigo en el invierno y la mitad vive en un hogar carente de recursos para comprar zapatos para todos los miembros de la familia.
La misma investigación indica que sólo 17% de los hogares gitanos tienen suministro de gas y apenas 14% agua corriente. Alrededor del 40 % de los gitanos entrevistados carecen de títulos de propiedad sobre las tierras en las que construyeron sus refugios.
Según el Instituto para la Investigación de la Calidad de Vida, con sede en Bucarest, el 47 % de los gitanos en condición de trabajar tenían un empleo en 2007, una mejora significativa respecto de años anteriores.
Sin embargo, en general, se trata de trabajos informales, temporales (apenas de sólo un día), no calificados, que requieren gran esfuerzo físico y están estigmatizados como "ocupaciones inferiores".
Apenas el 9% de los gitanos entrevistados para el estudio habían terminado la escuela secundaria, mientras que sólo el 2 % tenían un título universitario.
En algunas regiones, hasta el 10 % de los gitanos carecen de documentos de identidad válidos, dijo a IPS Andreea Socaciu, de la Asociación para las Sociedades Comunitarias, lo cual constituye un problema para acceder a la educación, los trabajos y la asistencia social.
Socaciu, quien trabaja en un programa destinado a ayudar a los gitanos a obtener documentación legal, señaló que "en algunas zonas retrocedimos a la Edad Media.
Familias enteras viven en un espacio de 20 metros cuadrados, en una sola habitación, sin servicios. Los niños se ven forzados a abandonar la escuela, por lo que está en riesgo la calificación de la futura fuerza laboral".
(de Unam) |