03.07.2008 / Propinan una brutal paliza a una niña gitana de doce años y a su hermano, también menor de edad, que corrió a auxiliarla.
A través del grupo Everyone hemos tenido conocimiento del último ataque racista que han sufrido los gitanos en Italia, concretamente en Milán donde dos personas le han propinado una brutal paliza a una niña gitana de doce años y a su hermano, también menor de edad, que corrió a auxiliarla.
Este espantoso e injustificado ataque nos obliga a denunciar públicamente esta terrible agresión. Los ciudadanos deben reaccionar y comprender que no se puede estigmatizar a un pueblo, que no se puede atacar en plena calle a una niña simplemente por ser gitana. Para actuar así hay que tener mucho odio dentro.
La comunidad gitana no es el enemigo. No nos dejemos engañar por el Gobierno Italiano que quiere usarnos para expulsar a todos los inmigrantes y que eso, además, sea lícito.
Todos los seres humanos tenemos unos derechos reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tenemos derecho a no ser discriminados por nuestra raza, sexo o religión. Tenemos derecho a la vida y a la integridad moral. Tenemos derecho a vivir y, según el Acuerdo de Shenguen, también tenemos derecho a circular y residir libremente por los Estados firmantes. En Italia estos derechos son vulnerados reiteradamente.
En Italia los gitanos viven hacinados en asentamientos en los extrarradios de las grandes ciudades. Su situación actual es crítica. Además de ser víctimas de registros nocturnos, detenciones ilegales y violencia racista practicada por la policía, por las autoridades y hasta por la misma sociedad civil. La última novedad es que se va a crear un registro de huellas dactilares de ciudadanos gitanos. Incluidos los menores de edad.
La controversia que ha generado esta medida era de esperar. El ministro Maroni la justifica aclarando que será un censo para tener constancia del número de inmigrantes que se amontonan en los ya citados asentamientos. Por otro lado, esto servirá para quitar la patria potestad de los padres que tengan a sus hijos en situación irregular.
La dirección de la política italiana de estos últimos tiempos nos lleva, como mínimo, a sospechar de estas medidas. Un censo... ¿para que? ¿Únicamente es para tener constancia del número de gente que malvive en esa zona? No lo creemos.
Estas últimas medidas nos recuerdan más a las adoptadas por Alemania durante el gobierno de Hitler. Nos parecen igual de discriminatorias por no hablar de lo denigrantes que son para los mismos gitanos que tienen que ver como se les trata de criminales por el simple hecho de ser pobres y “no tener papeples”
En Unión Romaní nos sentimos indignados y a su vez apenados por comprobar que una parte de la sociedad no quiere aprender de los errores del pasado.
¡Basta ya de discriminar a los más pobres!, ¡Basta de marginar a los más indefensos!, ¡Basta de permitir que las autoridades apliquen políticas xenófobas y racistas contra otros ciudadanos por el solo hecho de haber nacido en un sitio diferente¡ y ¡Basta ya de la impunidad con que actúan quienes aplican esta política miserable y vergonzosa!
Condenamos el ataque sufrido por la pequeña Rebecca Covaciu y su hermano y pedimos justicia. Y de igual forma condenamos todos lo ataques, físicos y morales, que están sufriendo nuestros hermanos, los gitanos en Italia.
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