Dios mío, Dios mío ¿Dónde vamos a llegar? |
21.07.2008 / El dolor que provoca ver las horribles fotografías de lo sucedido es brutal. Los cuerpos de las dos niñas están inhertes sobre la arena, semicubiertos y la gente sigue tomando el sol a su alrededor. Vergüenza y asco es lo que se siente al ver a esas personas que ni dirigen una sola mirada a esa tragedia. Vergüenza y asco por pensar que el ser humano pueda llegar a ese grado de individualidad, a ese grado de indiferencia. Los que ese día se encontraban en la playa no son personas, no pueden serlo, ese grado de frialdad no es humano. Para más información visite la página de EveryOne Group
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