Especuladores tratan de usar gitanos de
O Vao para forzar la venta de fincas

      16.09.2008 / Detrás del rechazo a las familias gitanas de O Vao se esconden, en muchos casos, intereses inmobiliarios. Tras el racismo y la xenofobia de los que se manifiestan contra los chabolistas está el miedo de que sus casas y fincas pierdan valor en el mercado.
      Para evitarlo, constructores y vecinos están dispuestos, incluso, a pagar. El caso de Vilarchán, la localidad de Ponte Caldelas donde se trató de instalar una familia de O Vao, es el más significativo. Sus habitantes aportaron 2.000 euros cada uno para mejorar la oferta que los gitanos habían hecho por la vivienda.
      Cuando alguien compra, es que alguien vende, y los especuladores han descubierto que la amenaza de la llegada de chabolistas despierta los intereses de compra de los propietarios de alrededor, que están dispuestos a adquirir los terrenos por encima de su valor real con tal de impedir que se asienten los gitanos.
      Ayer, Sinaí Giménez desveló la operación que el dueño de una parcela de 7.000 metros cuadrados en el litoral de Poio pretendía realizar utilizando a las familias del poblado de O Vao. Su intención era forzar a los constructores de una urbanización cercana a comprarle su finca para evitar el asentamiento de gitanos.
      Según explicó el presidente de la asociación Pueblo Gitano «me ofrecieron 100.000 euros a cambio de que yo anunciase que las familias de O Vao iban a ser realojadas en ese terreno. Si los promotores acaban comprando la parcela, yo obtendría la comisión». «Por supuesto, yo me negué rotundamente a hacer semejante cosa», aseguró el líder gitano.
      Sinaí Giménez censuró la maniobra especulativa porque consiste «en utilizar a los gitanos, y mi objetivo como presidente de Pueblo Gitano es luchar por que no se utilice al pueblo gitano, que tantas veces ha sido utilizado por los demás».

Una caravana pagada
La compra de la casa de Vilarchán o las maniobras del propietario de Poio, con comisiones de por medio, no son las únicas operaciones económicas que se han llevado a cabo en la comarca de Pontevedra motivadas por el rechazo a la presencia de familias chabolistas.
      En el municipio de Barro, la Comunidad de Montes y el Ayuntamiento estuvieron dispuestos a comprar, a partes iguales, una caravana para que una familia procedente del asentamiento de O Vao abandonase una vivienda que ocupaban en la parroquia de Agudelo.

Jaime Velázquez (La Voz de Galicia)

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