29.09.2008

Mario Maya dice adiós

Con pena, con gran pena damos esta noticia que nunca querríamos haber dado. Ha muerto un artista, un gran artista, de esos que no se repiten, de los que nunca se podrán imitar. En un triste día para el flamenco, para los gitanos, y para el arte, murió Mario Maya a los 71 años de edad.

El bailaor, coreógrafo y compositor, falleció el sábado 27 en su domicilio de Sevilla, tras una larga enfermedad que tan sólo sus allegados conocían. Murió rodeado de los suyos, y durante la tarde del sábado, sevillanos y amigos del bailaor pudieron despedirse de él en la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Sevilla. Ayer domingo se celebró su funeral en el cementerio hispalense de San Fernanado.

Mario Maya, padre de la también bailaora Belén Maya, ha sido una de las figuras más emblemáticas dentro del baile flamenco. Su magia en los escenarios ha sido reconocida en muchas ocasiones con premios y distinciones dignas de los grandes artistas. En el año 1986 recibió la Medalla de Oro de Andalucía, y en 1992 el Ministerio de Cultura le otorgó el Premio Nacional de Danza, en reconocimiento a una vida dedicada con absoluta pasión al flamenco, entre otros muchos galardones.

Aunque el artista nació en Córdoba, en 1937, fue en el Sacromonte granadino donde empezó su carrera bailando para los turistas. Poco después, empezó a acompañar a Manolo Caracol y se integró en el ballet español de Pilar López. Tras su estadía en Nueva York, donde conquistó a crítica y público, regresó a España y creó algunas de las obras por las que siempre le recordaremos. Con sus espectáculos “Ceremonial” (1974), “Camelamos Naquerar” (1976), “Ay! Jondo” (1977), “Amargo” (1986) y “El amor brujo” (1987), uno de sus espectáculos más conocidos, recorrió España y el mundo, y fue uno de los artistas que mejor promovió el flamenco como una Arte mayor y univesal.

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