02.09.2009

Ansia de integración

por Marcos Santiago

De los rumanos brilla lo malo. Noticias feas se publican todos los días. Sin embargo os puedo asegurar que no he leído absolutamente nada sobre un grupo de inmigrantes del este que parecen responder a esa imagen negativa decorada de prejuicios que suelen acompañar a la pobreza pero que deberían ser calificados como verdaderos ejemplos de heroísmo social frente a la crisis reinante.

Héroes que pasan diariamente por nuestra vera y que miramos con cierto orgullo, e incluso a veces con desprecio porque nos muestran que el que no trabaja es porque no está preparado para todo,  y estoy seguro que a estas alturas de la columna no sabe usted que quienes me refiero. ¡Será posible! No se apure que se lo digo ahora mismo: hoy  felicito a todas esas parejas de inmigrantes del este de Europa, que todos los días de Sol a Sol, a temperaturas infernales, recogen chatarra honradamente con esos carros que ellos mismos fabrican de sumiers de alambre y ruedas de bicicleta. Son admirables. Es fascinante como esos matrimonios de todas las edades, con visible alegría y buena disposición, sin tener para nada caras de amargados, tiran de esos carros con paso firme y rápido y 45 grados del sol acompañándoles muchas horas.

¿Existe algún ejemplo más noble de ansia de no tener que delinquir para comer? Le ruego que cuando los diablos de la xenofobia intenten apoderarse de sus pensamientos, que se serene usted al paso de estas pateras del asfalto que no paran de trabajar sin quitarle el puesto a nadie y recapacite. Eso sí, creo que podrían avanzar en la tecnología del carro y empalmarle una buena sombrilla.

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