29.01.2010 Estamos emitiendo un llamamiento de socorro desesperado para que la Unión Europea y las Naciones Unidas intervengan y salven a los gitanos de Italia de la persecución étnica |
Las autoridades de Milán han demolido los 80 refugios provisionales en los que vivía una comunidad rromà y, con ellos, también han arrasado con sus enseres personales, tales como ropa de invierno, estufas y medicamentos básicos. Este desalojo forzoso tuvo lugar en la via Sant’Arialdo, cerca de la abadía de Chiaravalle, en un Milán que el autor de este texto no reconoce como la ciudad que admiró durante décadas por su solidaridad y su mente abierta. Unos 150 ciudadanos gitanos, entre ellos niños, embarazadas y ancianos enfermos, fueron expulsados y obligados a errar sin destino fijo. Una mujer que vive en la zona y que ayudaba a menudo a estas familias comentó: “Es como si hubiéramos vuelto a la época de Hitler. Afortunadamente, muchas de las familias empezaron a marcharse del campamento en cuanto detectaron que la policía patrullaba de manera habitual por la zona. De esta manera, evitaron que les acusaran de ocupación ilegal y no tuvieron que pasar por la humillación que supone ser considerado sospechoso únicamente por su origen étnico. Desgraciadamente, sus hogares y sus refugios de madera y cartones ya no existen”. Noventa y cinco gitanos rumanos fueron acusados de ocupación ilegal y se enfrentan a una expulsión masiva, puesto que las autoridades les han ordenado abandonar la ciudad; hecho que nos recuerda el modo en que los gitanos eran expulsados hace siglos y en los años previos al holocausto. El pogromo del 21 de enero (¿Cómo, si no, podemos llamar a la destrucción en pleno invierno de ochenta refugios prefabricados que albergaban a cientos de seres humanos que vivían en extrema pobreza y en condiciones insalubres?) y la expulsión masiva (¿Cómo, si no, podemos llamar a la expulsión forzosa e ilegal de familias inocentes de la ciudad en la que han vivido durante años sin que se les ofrezca ninguna ayuda social o alojamiento alternativo?) son la enésima violación de los derechos humanos que ocurre en Italia. 150 personas vulnerables con una salud pésima se encuentran vagando en busca de un nuevo refugio para no morir de hambre, frío, infecciones o por la violencia racista. La operación policial fue llevada a cabo bajo orden de las autoridades locales y fue iniciada por el alcalde adjunto, Ricardo De Corato, político responsable de otras numerosas medidas persecutorias contra los rromà y otros inmigrantes. Para esta operación fue necesario un desplegamiento policial de 102 hombres. De Corato expresó su satisfacción ante esta crisis humanitaria provocada deliberadamente y ha anunciado el desalojo de otro asentamiento de Milán, el de Via Vaiano Valle. Pero la lista es larga, ya que más de 7.000 personas han sido desalojadas de manera forzosa de los asentamientos de Milán y no se les ha ofrecido ninguna solución alternativa. Desgraciadamente, tanto el equipo de la alcaldesa, Letizia Moratti, como la oposición de centroizquierda, tienen ideologías intolerantes y antigitanas. Como resultado, las operaciones policiales tienen el beneplácito de todos los partidos políticos, de las asociaciones gubernamentales y de los asesores de las autoridades locales. Al mismo tiempo, los activistas que intentan detener, de manera pacífica, los brutales desalojos, están siendo intimidados y amenazados por estas instituciones. El EveryOne Group, después de conocer las terribles consecuencias de la operación policial, ha presentado un informe completo de este trágico episodio ante la Comisión Europea, el Consejo Europeo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Comité para la Erradicación de la Discriminación Racial y el Tribunal Internacional de la Haya. Estas operaciones hacen que Europa retroceda a la era de la persecución étnica y las leyes raciales. El EveryOne Group hace un llamamiento para que se actúe de manera inmediata, cosa que será más efectiva que una resolución o una carta de advertencia que no tienen peso legal y las instituciones italianas han ignorado y se han burlado de ellas en el pasado. El EveryOne Group, junto con el comité contra la intolerancia “Sa Phrala”, la asociación para la cultura humana “Watching the Sky” y las 586 organizaciones antirracistas que forman la red “United”, emitimos un llamamiento de socorro desesperado en el que pedimos a las autoridades internacionales que ayuden a los rromà perseguidos que están siendo expulsados en masa de Milán e Italia. Debemos actuar de manera inmediata ya que en los últimos dos años la comunidad gitana se ha visto reducida de 180.000 personas a 40.000. Esta cifra incluye a los gitanos italianos y a los que huyeron de la ex Yugoslavia, de los que la policía está elaborando un registro, y que están siendo encerrados en guetos con vigilancia continua y leyes étnicas específicas. Estamos hablando de seres humanos que están siendo cazados, sometidos a violencia racista, excluidos del empleo y de programas de integración y abandonados a su suerte en unas pésimas condiciones sanitarias y sociales.
(Roberto Malini; EveryOne Group - Traducción de Sylvia Palacios Álvarez) |