16.06.2010 - ROVERETO

Reconocimiento oficial de la bandera gitana


Inauguración de la conferencia organizada por A.I.Z.O. / SERGIO ZATTA

La Asociación Italiana Zingari Oggi organizó, en Rovereto, el congreso “Rom, Sinti, Gadye: ¿culturas en diálogo?”

 

El 28 y 29 de mayo tuvo lugar en Rovereto el XXIII congreso nacional de la Asociación A.I.Z.O. rom y sinti. Durante los dos días que duró este encuentro se analizó la cultura gitana, tratando de sacar a la luz sus propias peculiaridades y los procesos de transformación que ha vivido este pueblo a lo largo de los siglos.

Se discutió, después del encuentro, sobre la cultura mayoritaria y la cultura gitana.

La sociedad moderna es presentada a menudo como una sociedad exasperadamente consumista, en fuerte contraposición con los valores tradicionales del pueblo gitano. El encuentro de estas dos culturas, bajo algunos aspectos antitéticos, creó un fuerte malestar en la sociedad gitana, que todavía está buscando un futuro digno para estructurarse en una nueva dimensión.

Se eligió la ciudad de Rovereto porqué, después de la Primera Guerra Mundial, en la colina Miravalle se instaló la gran Campana dei Caduti como símbolo imperecedero de hermandad entre los hombres y de paz entre los pueblos. Construida con el bronce de los cañones ofrecido por las naciones que participaron al primer conflicto mundial, es circundada por las banderas de 88 naciones que han expuesto su propia bandera cerca de la campana como signo de paz.

El 29 de mayo se levantó la bandera gitana, que se asentó cerca de otras pertenecientes a 88 países distintos. La petición reviste una notable importancia para el pueblo gitano, porque se trata de un pueblo no reivindicado por ningún Estado, pero que se reconoce en la voluntad de paz entre las personas y los pueblos. Exponer la bandera en la colina es además, una fuerte señal de igualdad, con la que esperamos emprender itinerarios juntos, para construir un futuro sin racismo e injusticias. En este encuentro se trató, entre otros, el tema de la identidad del pueblo gitano, la relación entre el pueblo rom y sinti y la sociedad contemporánea, con todas sus contradicciones. El hecho de que el acto transcurriese bajo la sombra de Maria Dolens, la campana dei caduti, fue de suma importancia ya que representa la célebre llamada de la paz alrededor de la cual ondean las banderas de las naciones que quieren promover un presente sin conflictos armados, fundado sobre los valores del respecto y del diálogo.

La bandera del pueblo gitano ondea, desde el  pasado 29 de mayo de 2010, en la colina Miravalle.

Esta bandera, junto con las 88 restantes que ondean en Miravalle, representan las naciones que defienden de la paz y la memoria de las tragedias provocadas por la guerra.

El pueblo gitano es un pueblo extendido más allá de los confines fijos e inmóviles de los Estados, un pueblo que ha sufrido aislamiento y discriminación, perseguido durante la Segunda Guerra Mundial con las matanzas en los campos de concentración, un pueblo que, desde siempre, ha sido un fácil chivo expiatorio de los payos, la cultura mayoritaria. El levantamiento de la bandera Gitana en la colina Miravalle adquiere un importante sentido simbólico. Hemos hablado de este tema con Alberto Robol y Gian Luca Magagni.

Los guardias saludan militarmente a la bandera gitana. Junto a ellos, Juan de Dios Ramírez-Heredia, jefe de la delegación Romaní i el senador Alberto Robol, regente de la Campana dei Caduti / SERGIO ZATTA

El color azul y el verde, el cielo y la tierra, rodean la existencia de los gitanos, relacionada tradicionalmente al tema con el movimiento migratorio y representada por una rueda roja con radios.

Desde el 29 de mayo, los símbolos presentes en la bandera han encontrado espacio de reconocimiento oficial. Junto a Maria Dolens, la Campana dei Caduti ondean ahora 89 banderas de países y pueblos. El bronce fundido de los cañones que dispararon durante la Primera Guerra Mundial resuena desde hace casi 85 años como un reclamo perenne al silencio y al dolor que derivan de la guerra y la violencia.

En estos 85 años los repiques de Maria Dolens vibraron como recuerdo de los caídos de todas las guerras, pero han empezado a sonar también por los caídos del trabajo, por las víctimas del terrorismo, y testimonian así que el empeño por la paz está estrechamente relacionado con el reconocimiento de los derechos fundamentales.

Lo afirma Alberto Robol, el regente de la La Opera Campana dei Caduti .

La Opera Campana dei Caduti se pregunta desde hace años sobre el sentido y el significado de Maria Dolens. El hecho de ser un Memorandum de Paz significa testimoniar los problemas de nuestro tiempo, expresar la importancia de la tutela de los derechos fundamentales y de los valores como el respecto, la solidariedad entre los individuos, la defensa de las minorías”.

 

¿Quién son hoy los caídos?

Los soldados caídos en todas las guerras son recordados cada día por los repiques de Maria Dolens, así como las guerras pasadas y las muchas guerras presentes.

Los caídos son también los que pierden la vida porque sus propios derechos no son tutelados, como los muertos en el trabajo, o los que son asesinados porque su propia existencia testimonia el empeño en lograr la justicia, la legalidad, la verdad: en este caso pienso además en las muchas, demasiadas víctimas del terrorismo”.

En la colina Miravalle no son presentes sólo las banderas de Estados naciones: Desde el año 2000 ondea - a pocos metros de la bandera israelí - la bandera palestina, símbolo prohibido en los Territorios Ocupados, pero que ha encontrado un espacio en Rovereto.

En el 2000 se creía que la solución “dos pueblos, dos estados” habría sido reconocida pronto: con el pasar de los años y la involución del conflicto, la bandera ha ido a representar el pueblo palestino y su compleja realidad. Pues en La Opera Campana dei Caduti surgió una reflexión sobre la importancia de asignar reconocimiento a los pueblos, no solo a los Estados, también en la colina Miravalle. Entre las palabras que acompañan los repiques de Maria Dolens se encuentra la frase “Dum aere jungo populos”, “Con el bronce del que estoy hecha, uno a los pueblos”.

La decisión de aceptar la petición del pueblo Gitano y exponer su propia bandera nace de manera natural y demuestra la voluntad de romper el aislamiento y contribuir a que se acabe la marginación de un pueblo despreciado.


Niños de la escuela elemental reciben el premio "Se fossi nati zingaro" / SERGIO ZATTA

La Asociación Italiana Zingari Oggi organizó el 28 de mayo, una cumbre para reflexionar sobre las relaciones entre Rom, Sinti y Gadyé. Gian Luca Magagni, miembro de A.I.Z.O., observó como la bandera gitana permite que la presencia de todas las banderas que ondean alrededor de la Campana dei Caduti se lea desde una nueva perspectiva.

La decisión de la Obra de acoger la petición del pueblo gitano, un pueblo que no tiene un territorio único en lo cual identificarse, evidencia el reconocimiento de la importancia de los pueblos y de las personas: los Estados están formados por pueblos. La señal fuerte está conectada con la actualidad, es una invitación a la valorización de las diversidades, las diferentes identidades que conviven en los mismos confines y que transcienden aquellos mismos confines”.

La exposición de la bandera simboliza el deseo de construir un itinerario de paz, empezando por uno de los pocos lugares donde la paz es reconocida de verdad.

El camino de la integración, de interacción entre gitanos y payos no será fácil: las premisas no son buenas. La tentación de hacer confluir los malestares de la sociedad actual sobre un chivo expiatorio fácil como la minoría gitana es todavía fuerte, y la desconfianza recíproca entre el pueblo gitano y la cultura mayoritaria resulta todavía presente.

 

El sufrimiento del Pueblo Gitano

En efecto, en el pueblo gitano se ha quedado vivo el recuerdo de la violencia padecida durante la Segunda Guerra Mundial, y sólo hace pocos meses el Parlamento Italiano se ha disculpado oficialmente por lo que pasó hace setenta años: las discriminaciones hacia los gitanos nunca se acabaron.

Este asunto se puede comprobar fácilmente si pensamos en las agresiones y los incendios en los asentamientos chabolistas que han tenido lugar en los últimos años.

La fase que estamos pasando es todavía difícil, e Italia no parece ser capaz de contestar a los retos que el proceso de integración podría evidenciar. Junto al diálogo con las instituciones (y el Consejo Provincial de Trento), el camino a recorrer por la minoría gitana es el de darse a conocer; sus tradiciones, su cultura, sus propios testimonios.

A.I.Z.O. está involucrada hace años con la promoción de encuentros y eventos en los colegios y en el territorio, también del Trentino, para que el azul y el verde de la bandera sean el mismo cielo y tierra observados y vividos por los payos. Sean el mismo para todos los seres humanos.

 

(Traducción de Mª Rosaria Antrodicchia)

16.06.2010 - ROVERETO

La campana, el cielo y la tierra


De izquierda a derecha el Diputado Servio Jovan Damianovic, Juan de Dios Ramírez-Heredia, Santino Spinelli, artista y profesor universitario, y el escritor Bajram Haliti / SERGIO ZATTA

Un momento histórico. Cerca de la Campana dei Caduti de Rovereto, al lado de las 88 banderas de Estados Naciones, aparece también la bandera del pueblo gitano.

 Un paso pequeño pero importante para el reconocimiento de los derechos de una comunidad muy a menudo discriminada.

 

Juan De Dios Ramírez Heredia, ya eurodiputado gitano y Presidente de la Unión Romaní España, describe la bandera internacional del pueblo gitano, aprobada en el Congreso mundial de los gitanos del 1971: “Dos colores horizontales, el verde la tierra y el azul del cielo, y al centro una rueda con radios rojos que se encuentra también en la bandera de la India, lugar de origen del pueblo gitano”.

Luego se vuelve hacia el paisaje de la Vallagarina, situado en la región del Trentino, que se abre detrás de sus hombros. Las montañas, ligeramente veladas por las nubles, el verde intenso de los campos y bosques, típico de la primavera avanzada. “Es casi superfluo elevar hoy, en este lugar, nuestra bandera”. Y añade: “ Parece que siempre hubiera formado parte de este paisaje”.

Desde el sábado 29 de mayo, al lado de otros 88 estandartes de los Estados Naciones presentes a la ceremonia de la Campana dei Caduti, había también la de la población rom y sinti.

Este momento tiene un gran significado sobretodo porque la bandera n. 89, la de la población gitana, es la única que simboliza un pueblo y no un Estado Nación. El pueblo gitano representa la minoría más numerosa en Europa y cuenta acerca de 11 millones de habitantes.

 


Letizia De Torre, Diputada y subsecretaria del Ministerio de Instrucción Pública / SERGIO ZATTA

Es un pueblo que, junto con otros, ha padecido el genocidio nazi-fascista, y todavía hoy se ve obligado a vivir la experiencia de la discriminación. También gracias a este pequeño paso llevado a cabo en la colina de Miravalle, después de 60 años se abre para la población gitana un probable camino de reconocimiento de sus propios derechos y de la minoría lingüística a nivel institucional.

Así pues, la Campana dei Caduti nació en el 1924, el día siguiente de la Gran Guerra, como símbolo de la condena del conflicto, de pacificación de las conciencias, de hermandad y solidariedad entre los hombres.
La actividad de la “Fondazione Campana dei Caduti”, reconocida a nivel internacional por la UNESCO, se dirige a la educación de las nuevas generaciones, a la cultura de la paz, a la no violencia y a los derechos humanos. “Este es un momento histórico, ha recordado emocionado el regente de la Fondazione, Alberto Robol - estamos en presencia de un pueblo discriminado que recibe aquí un importante reconocimiento institucional.

La Campana dei Caduti sigue siendo una llamada contra todas las guerras, símbolo vivo más que nunca, de la hermandad”.

“Al lado de nuestra bandera hay muchas más, prosigue en un discurso muy intenso Juan De Dios Ramírez Heredia después de haber entregado la bandera al Regente Robol - muchas de estas representan Estados potentes, con su propio territorio, su propio Parlamento, su propio ejército.

Nosotros no tenemos nada de esto, sino nuestra cultura, nuestra libertad y nuestra irrefrenable aspiración a la paz”.


Carla Osella (quinta por la izquierda) junto a sus colaboradores / SERGIO ZATTA

Para luego añadir que ahora la noticia de lo que ocurrió tenía que ser difundida entre todas las comunidades gitanas del mundo.

El público estaba reunido sobre las graderías del magnifico anfiteatro abierto sobre el valle, que se recoge alrededor de la Campana dei Caduti. Participaron a la ceremonia gitanos procedentes de España, de Serbia, de Kosovo y de Italia, los representantes de AIZO, la asociación que organizó el evento de estos días con la “Fondazione Campana dei Caduti”. Luego le siguió una exhibición de los niños del coro de Rovereto y de un grupo de jóvenes gitanos que improvisaron una canción con el maestro Santino Spinelli.

“Había también amigos del Trentino, orgullosos de acoger este evento que se tiene que definir atrevido - explica Michele Nardelli, Presidente del Forum Trentino per la pace.

 

Entonación del himno gitano

Al cierre de la ceremonia - y de los dos días de eventos y espectáculos organizados por la Associazione italiana zingari oggi (AIZO), con el patrocinio de la Provincia autónoma de Trento y el Ayuntamiento de Rovereto, e introducidos por el asesor provincial a la solidariedad internacional, Lia Beltrami, y por la intervención de la diputada Letizia Detorre - el profesor Santino Spinelli entonó el himno gitano “Gelem, gelem”.

Un espacio de música y palabras que habla de calles, carpas, dolor, holocausto. Y de la necesidad de volver a levantarse.

 

(Traducción de Mª Rosaria Antrodicchia)

16.06.2010 - ROVERETO

Discurso del senador, Alberto Robol, en la ceremonia de la bandera del Pueblo Gitano


El Regente Alberto Robol, durante su discurso / SERGIO ZATTA

Hoy, en la colina Miravalle, somos testigos de un momento valuoso y novedoso: alrededor de Maria Dolens no se añade la bandera de un Estado, sino la bandera de un organismo transnacional que no se puede definir teniendo en cuenta los confines y las unidades administrativas; la bandera del pueblo romaní.

Un pueblo desde siempre en movimiento, desde siempre presente también en nuestro país, cuyos miembros están separados por grandes distancias, sin embargo orgullosos de reconocerse en una única bandera.

Amigos de la delegación del pueblo Gitano, Diputado Juan De Dios Ramírez Heredia, la decisión de admitir vuestra bandera sobre la colina Miravalle llega en efecto al final de una reflexión profunda, elaborada por nuestra Fundación, con el intento de seguir fiel al ideal que hace 85 años Don Antonio Rossaro quiso representar con el bronce de la Campana dei Caduti.

¿Quién son, en efecto, aquellos caídos que la admonición cotidiana de Maria Dolens os invita a recordar?

El mensaje sonoro de la Campana tiene valor universal, se endereza a todas las personas, en cada momento de la historia y en cualquier lugar del planeta; he aquí, entonces, que el concepto de “caído” se extiende hasta incluir no sólo quien perdió su propia vida mientras combatía la guerra, pero también hacia los que son víctimas del terrorismo y que mueren trabajando.

El terrible holocausto sufrido por el pueblo Gitano durante la Segunda Guerra Mundial y las innumerables persecuciones padecidas en las rutas de sus migraciones aparecen en todas partes.

Para quien, como nuestra Fundación, aspira crear un mundo de paz, son razones validas para que esta bandera pueda sumarse a la larga teoría de estandartes nacionales que ondean ad aeternum alrededor de Maria Dolens.

Desde hoy el pueblo Gitano ofrece, con su bandera, la prueba concreta de la propia adhesión a la voluntad de hermandad y convivencia pacífica, a la obra de paz de los miembros de la familia de Maria Dolens, según los principios inspiradores y constitutivos de los dos máximos organismos que se dedican a la consecución de la paz y los derechos humanos: la ONU y el Consejo de Europa.

Nuestra Fundación colabora y dialoga con ambas instituciones, nacidas después de la Segunda Guerra Mundial para concentrar el esfuerzo de la comunidad internacional contra las discriminaciones, las agresiones, los actos llevados a cabo para desestabilizar el vivir común y diseminar focos de conflicto.

También el organismo que representa el pueblo Gitano, el IRU, tiene relaciones con ambas instituciones, construyendo un vínculo que hoy adquiere nueva fuerza simbólica, gracias a Maria Dolens, y que une los propios estandartes.


Miembros de la policia de Rovereto hacen guardia junto a la campana Maria Dolens y la bandera gitana / SERGIO ZATTA

….”dum aere jungo populos” es la frase que Don Antonio Rossaro quiso incidir sobre el manto de la Campana de los Caídos, para resumir la fuerza inspiradora, el despertar de la conciencia y la profundidad de reflexión que la Campana transmite a la humanidad entera.

El sonido de la Campana dirige al mundo una llamada a la hermandad, a la comparación dialéctica y productiva, a la valorización de las diversidades del género humano como patrimonio inestimable, e invertirlo en la creación de una realidad de paz.

La bandera Gitana ondea desde hoy para simbolizar la adhesión de todo el pueblo Rom-Sinto a esta misión de divulgación y manifestación de una cultura de paz, con el empeño moral de transformarla en elemento clave de la educación impartida a las nuevas generaciones.

Eso es, representantes del Pueblo Gitano, el sentido de los cien repiques de la Campana dei Caduti, que desde hoy acompañarán los pasos de vuestro pueblo en todas las migraciones y los desplazamientos, dándoos, en cualquier sitio que estéis, la tranquilidad de sentirse como en casa, en el interior de la familia de las naciones de la paz.

Paz, perdón, reconciliación: hace 85 años don Rossaro quiso empezar por este tríptico indisoluble para sentar las bases de la esperanza en un futuro de amistad entre los pueblos.

En aquellos tiempos se dirigió a los jefes de Estado y de Gobierno para que asumieran la obligación de orientar la vida de su propia nación en un camino de paz; hoy, introducimos un nuevo elemento en el proyecto originario del nuestro fundador y somos testigos de la suscripción de este empeño por nuestra parte, de un pueblo en camino hacia la paz de los corazones.

Acabo esta celebración enviando  este saludo a todos los países, y desde hoy también a los pueblos que entran a formar parte de la familia de Maria Dolens: ¡bienvenidos, amigos del pueblo Gitano!

Espero que el ojo y el oído del espíritu os hagan ver y sentir, dónde quiera que estéis, la Campana y su sonido, que ahora es también nuestra, es Maria Dolens, madre de todos los que sufren, para que no estén ni se sientan nunca solos, con la esperanza de que ella pueda contribuir a la progresiva cancelación de los prejuicios, de las incomprensiones recíprocas, de los muros nuevos y viejos que se entremeten entre nosotros.

Que la inteligencia de los derechos y deberes y el calor del corazón solidario, inspirados por Maria Dolens, nos acompañen en los momentos y ritmos de nuestra vida cotidiana.

 

Páginas negras

Amigos gitanos, en la última década del siglo pasado, en la ex Yugoslavia atormentada por la guerra, fuisteis considerados carne de cañón en un ejercicio terrible de inhumanidad; 50 años antes, como ya he recordado, en la Segunda Guerra Mundial, los hornos crematorios de Auschwitz- Birkenau destruyeron espíritu y cuerpo de 500.000 personas pertenecientes a vuestro pueblo, padeciendo atroces sufrimientos.

Estos dos eventos que acabo de citar constituyen páginas negras del siglo veinte, escritas por una parte de Europa que ha perdido y traicionado su vocación originaria, su historia de fe y de arte, su camino de civilización.

 

Perspectiva humanística

Tenemos esperanza y trabajamos para que el siglo XXI escriba otra página de la historia, obedezca a una misión de paz, solidariedad, unificación.

“…dum aere jungo populos”, esta es la misión de Maria Dolens, que en su majestuosa, solemne y también familiar unicidad simbólica vela siempre, con su 100 repiques, sobre toda la humanidad, sobre vosotros y nosotros juntos.Bienvenidos amigos gitanos, bandera nº89 alrededor de Maria Dolens aquí en la colina de Miravalle.

En este día histórico y en perspectiva humanística mucho más importante de lo que puede parecer, se ha abierto el puente de la comprensión, del estar juntos como estilo de vida decoroso en la integración, todos unidos contra los miedos, que en la oscuridad de los corazones y en el silencio de las palabras se pueden despertar.

Nunca más oscuridad o silencio, nunca más miedos, que Maria Dolens nos recuerde siempre la felicidad de encontrarse y relacionarse en el respecto de la diversidad.

16.06.2010 - ROVERETO

Exaltación de la bandera
Discurso de Juan de Dios Ramírez-Heredia


foto: SERGIO ZATTA

Hoy es un día único en la historia del Pueblo Gitano mundial.

Hoy es un día irrepetible. Un día grande, hoy es un día inolvidable para nosotros y para las futuras generaciones.

Que la bandera gitana, una bandera que representa a 14 millones de ciudadanos extendidos por todo el mundo, hoy, solemnemente, en este marco incomparable, sea izada con la solemnidad de un acto tan maravilloso como este, es algo que nunca pudieran soñar nuestros antepasados.

Por eso mis primeras palabras hoy, porque estoy seguro que mis palabras recogen el sentimiento de todos los gitanos del mundo, tiene que ser para nuestros antepasados; para mi familia ya muerta para los gitanos muertos que desaparecieron a lo largo de los siglos, hoy ellos están arriba en el cielo y están contemplando este acontecimiento porque hoy estamos rindiendo justicia y memoria a un pueblo que cree, por encima de todo, en el bien supremo de la libertad.

Esa campana que nos ampara, la campana de Maria Dolens, en este maravilloso pueblo de Rovereto se inviste hoy con el ropaje sagrado de un pueblo que cree fundamentalmente en la paz y que rechaza la guerra. Un pueblo, como el pueblo gitano que un día, hace muchos años ya, salió de la India inundó el mundo con un mensaje de libertad y de amor a la naturaleza.

Permitidme que sueñe, una vez más, con aquellos primitivos gitanos que salieron de la india precisamente por no ser esclavos y por disfrutar de un aire nuevo en el resto del mundo, para ellos desconocido.

Hoy es el día de la bandera. En este sitio único, inconcebible, maravilloso y creo que no hay pintor, por más artista que sea, que pueda con sus pinceles plasmar, la alegría, el mensaje, el colorido que le da fondo a esta bandera maravillosa.

Esta es la bandera que ampara nuestro pueblo, la bandera que vamos a izar, dentro de unos minutos, en este mástil que está a mi espalda y que es una bandera preciosa.

Dejadme que os diga que estoy enamorado de mi bandera.

Pero estoy seguro de que todas las personas de buena voluntad del mundo han de estar enamorados de esta bandera. Una bandera que tiene dos trozos de tela del mismo tamaño siendo la de arriba azul y la de abajo verde.
Las únicas posesiones que tiene el pueblo gitano. Esta bandera, permitidme que os lo diga, la bandera del pueblo gitano debería ser la bandera de la humanidad! Toda la humanidad debería tener como bandera un símbolo como este que representa las únicas dos posesiones de la gente de buena voluntad que tiene por techo el azul del cielo y por suelo, el verde de los campos.

Pero es que yo lo miro y estoy viendo la bandera gitana, estoy viendo el azul del cielo que acompañó a los gitanos desde la India hasta aquí durante mil años.

Está ahí la bandera gitana; debajo, está el verde de los campos por los que atravesamos, durante tantos siglos, toda la geografía del mundo y junto a nosotros el fuego, el agua, los elementos sustanciales de la inteligencia de la naturaleza de todo aquello que transmite paz y belleza.

Aquí estamos los gitanos hoy, casi no sería necesario izar la bandera gitana porque la bandera gitana está aquí, en este paisaje impregnando de colorido y de belleza el acto que hoy estamos celebrando.


Los niños del coro de Rovereto, junto al presidente de la Unión Romaní, que interpretaron el himno nacional italiano / SERGIO ZATTA

Pero es que además, queridos amigos, la ceremonia de hoy transmite, a su vez, un mensaje complementario; es el reconocimiento de la realidad del pueblo gitano. Hasta ahora hemos vivido en Italia, en Francia, en España, en Servia, en la antigua Yugoslavia, en América...bueno, un pueblo reconocido, están ahí, son los gitanos, tienen su lengua, tienen su cultura,... pero el reconocimiento oficial que hoy se va a producir, que en estos momentos ya se está produciendo en este lugar junto a más de cien banderas de otros estados miembros que, solemnemente, con la autoridad que les corresponde como representantes legítimos de sus respectivos países han pasado por aquí en una ceremonia de reconocimiento a la paz y de tributo de pleitesía a la campana de María Dolens, todas estas banderas significan comunidadepoderosas del mundo.

Comunidades que tienen estado propio, que tienen parlamentos propios, que tienen ejército propio...que tienen todos los elementos que configuran, en democracia, a los Estados de Derecho.

Cien banderas de todo el mundo rindiendo culto a la paz, rindiendo culto a la belleza. Y de pronto, de pronto, queridos amigos, aparecemos los gitanos, los gitanos que no tenemos ejércitos, que no tenemos territorio, que no tenemos parlamento, que no tenemos símbolos de la fuerza legal de todos estos países.

Y aparece un pueblo detrás de una bandera, que lo único que tiene es su cultura, su historia, su amor a la vida y su deseo, irrefrenable, de paz. Por que el pueblo gitano, queridos amigos, es un pueblo que, por encima de todo, ama la paz.

Querido presidente de esta fundación, querida Carla Ossela, hermano mío Joija, Diputado en tu tierra, máxima autoridad representada hoy aquí democráticamente, entre todos nosotros. Hoy es un gran día para nuestro pueblo. Hoy es un día emocionante para nuestro pueblo.

Hoy es el día en que los gitanos de todo el mundo se sienten compensados de tanta tragedia, de tanto dolor y de tanta persecución porque, por primera vez, en una ceremonia que hará historia; nuestros muertos, nuestros antepasados que sufrieron para que nosotros hoy, gitanos del mundo, podamos estar aquí orgullosos de ser los que somos, hoy ellos pueden sentirse felices allí dónde estén, desde dónde nos puedan oir porque los deseos de paz de un pueblo, los deseos de convivencia de un pueblo, los deseos supremos de libertad de un pueblo, han encontrado hoy aquí, en Rovereto el mejor marco y el mejor mensaje que ofrecemos a toda la humanidad.

Gracias!

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