17.09.2010

A LOS GITANOS Y GITANAS DE LA UNIÓN ROMANÍ NOS EMBARGA UNA PROFUNDA TRISTEZA

Lo dice el sabio refrán castellano: “Qué poco dura la alegría en la casa del pobre”. Eso es lo que nos ha sucedido a nosotros. Hace tres días lanzamos las campanas al vuelo cuando supimos que la Comisaria de Justicia de la Comisión Europea, señora Viviane Reding, quería proponer al Presidente de la Comisión  la apertura de una demanda ante el Tribunal de Justicia Europeo de Luxemburgo por la política de deportaciones masivas contra los gitanos llevada a cabo por el Gobierno francés. Por esa razón, felicitamos a la Comisión Europea. Animamos a la Comisaria de Justicia a que no decayera en su empeño al tiempo que reclamábamos al Presidente de la Comisión, señor Joao Barroso que secundara la iniciativa de su Comisaria.

Pero algo malo nos temíamos. Nuestra satisfacción no podía durar mucho y nuestro miedo a estar ante un espejismo nos hizo decir que “nos ratificábamos en nuestra voluntad, como organización gitana, de personarnos igualmente ante el Tribunal de Luxemburgo para ejercitar nuestro derecho a la defensa de nuestra comunidad tan injustamente maltratada”.

Y nuestro temor se ha cumplido. Leer los titulares de las portadas de la prensa española y europea ha sido como un chorro de agua fría que ha caído sobre nuestras sufridas y perseguidas espaldas. Hasta nuestro subconsciente llegaban los gritos de los racistas de todos los colores diciendo ¡Viva Sarkozy! Y tienen motivo para regocijarse, porque la lectura que han hecho de las declaraciones de los Jefes de Gobierno en la Cumbre de Bruselas ha sido que Sarkozy se ha salido con la suya y que apoyan su política antigitana, -sí. antigitana- frente a la postura inicialmente adoptada por la Comisaria de Justicia.

Lo sucedido, por lo tanto, exige de nuestra organización, una serie de precisiones:

 

Primera: No nos consta que tan altos mandatarios hayan entrado en el meollo de la cuestión, es decir, en el análisis del comportamiento del Gobierno francés que a juicio mayoritario del Parlamento Europeo, ha violado las leyes francesas, los acuerdos internacionales y la Constitución Europea. Toda su fuerza, que es inmensa, la han destinado a proteger al presidente francés que sentía herido su honor y malparada la “grandeur” por las palabras pronunciadas por la Comisaria Reding.

 

Segunda: Todo el mundo se ha enterado de que el Presiente de la Comisión Joao Barroso y Nicolás Sarkozy han tenido un fortísimo enfrentamiento. Fuentes dignas de crédito aseguran que se han gritado mutuamente. Barroso defendiendo a su Comisaria y Sarkozy diciendo que la señora Redding había ofendido a todos los franceses. En este punto poco ha importado el dolor de centenares, posiblemente miles, de niños y ancianos deportados sin haber hecho nada malo que justificara semejante violencia gubernamental. El presidente francés sabe muy bien manejar los resortes populistas y el resto de Jefes de Gobierno, no sabemos si consciente o inconscientemente han caído en la trampa. Los gitanos rumanos y búlgaros pasaron a un segundo lugar del que nunca salieron. Ahora se trataba de condenar a la Comisaria y de camino dejar a Sarkozy con las manos libres para seguir deportando gitanos a pesar de que el Parlamento Europeo le ordenara parar inmediatamente las expulsiones masivas.

 

Tercera: Nosotros, desde la Unión Romani, antes de que el presidente Sarkozy provocara este enfrentamiento en el seno de la Cumbre, ya dijimos que la comparación efectuada por la señora Reding era exagerada y en absoluto comparable a las deportaciones de judios y de gitanos efectuadas por el gobierno colaboracionista francés que envió a las cámaras de gas nazis a miles de personas inocentes. Por lo tanto nadie nos podrá acusar del populismo demagógico que sí observamos en los dirigentes franceses jaleados por la mayoría de los gobernantes asistentes a la Cumbre.

 

Cuarta: Nosotros entendemos que los Jefes de Gobierno, reunidos en cónclave, tengan una especial predisposición a entenderse entre ellos. Es humano y es natural. Pero no compartimos las afirmaciones de algún  dirigente europeo que ha dado por buenas las explicaciones de su homólogo francés como si las afirmaciones de quien es ahora mismo acusado, nada más y nada menos que por el Parlamento Europeo y por la Comisión, fueran Palabra de Dios, fuera de toda duda.

 

Quinta: Manifestamos nuestra pena y decepción porque los dirigentes europeos en la Cumbre no hayan tenido el coraje necesario para pararle los pies al presidente francés. Hubiera sido suficiente con que alguno hubiera valorado positivamente la Resolución aprobada por el Parlamento Europeo y la voluntad de la Comisaria de investigar sobre la circular enviada por el Ministerio del Interior a las comisarías de policía francesa dando instrucciones de desmontar los campamentos de los gitanos. Es decir, dando una orden racista, anticonstitucional, antieuropea, inhumana y de claras connotaciones nazis. Pero, lamentablemente, no fue así.

 

Sexto: Pero los gitanos tenemos fe en la gente de buena voluntad de Europa que son la inmensa mayoría. Ciudadanos tanto de izquierdas como de derechas, liberales o conservadores que en absoluto están de acuerdo con el comportamiento del Gobierno francés, -que no de los franceses-, que en estos momentos dan al señor Sarkozy un 32% de expectativas electorales frente al 53% que otorgan a su oposición.

 

Séptimo: Pero nosotros, sacando fuerzas de donde ya no nos quedan, llegaremos hasta el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Y serán los jueces, los 27 jueces del Tribunal, quienes dictarán una sentencia que nosotros no dudamos que será ejemplar y condenatoria contra el Gobierno francés y contra quienes pretendan tomarse impunemente la justicia por su mano.

 

Juan de Dios Ramírez-Heredia

Presidente de la Unión Romaní

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