13.07.2011 - FERROL

Profesores y padres se encierran en un colegio de Ferrol contra los recortes

La decisión de la Consellería de Educación de meter tijera a la plantilla del colegio de San Xoán de Ferrol ha sublevado a la comunidad escolar. Profesores, padres y alumnos de este Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) de la ciudad participan en un encierro por turnos en sus aulas y advierten que no cejarán en su protesta hasta que la Xunta atienda su única demanda: mantener su plantel docente tal y como estaba.

Terminaron el año escolar (2010-2011) con 189 escolares y 25 profesores en plantilla, entre personal fijo y de apoyo. El próximo curso 2011-2012 tendrán 18 alumnos más (207 niños) y siete maestros menos. El recorte que plantea la Xunta supone un 28% menos de personal docente para educar a un alumnado que crece un 10%. El colegio de San Xoán de Filgueira está en la frontera entre los barrios y la zona rural de Ferrol. A esta escuela acuden 52 niños gitanos de tres campamentos chabolistas de la zona y 16 alumnos inmigrantes de ocho nacionalidades, algunos, con muchísimas dificultades con el idioma.

La oposición del centro a los recortes de Educación es frontal. Defienden que no son un colegio corriente y que su singularidad radica en la composición del alumnado: el 30% son gitanos y hay un 11% de inmigrantes. La dirección de San Xoán todavía exhibe otro dato contundente para justificar su protesta: el 48% de los escolares tienen necesidades educativas especiales, proceden de familias en riesgo de exclusión social o precisan clases de apoyo para saltar de curso con el nivel curricular exigido. "Somos un centro inclusivo en situación especial y lo que pedimos es que se respeten nuestras particularidades", explica su directora, Marián López.

"No pedimos más que lo que ya teníamos", apunta el profesorado, que invierte parte de su tiempo en tutorías especiales "muy personalizadas" y educación en valores. Exigen a la Xunta que "reconozca su singularidad y profundice en su realidad educativa" en lugar de aplicar estrictas ratios. "Esto era un paraíso educativo", resume Marta Suárez, una de las profesoras de refuerzo especializada en alumnado gitano. Lamenta la poca sensibilidad del Gobierno por preservar los éxitos de este colegio ferrolano en la integración social. "Aquí los niños gitanos están escolarizados desde los tres años y son un alumno más. No ocurre en todos los colegios y eso es de destacar", dice Suárez.

 

(De Lorena Bustabad; El País)

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