20.07.2011

Juan de Dios Ramírez-Heredia intervino ayer ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados en defensa de la proyectada Ley de Igualdad


Con la intervención del presidente de Unión Romani se puso fin en el día de ayer a la serie de comparecencias que los diferentes Grupos Parlamentarios habían propuesto con el fin de que los representantes de la sociedad civil y del movimiento asociativo pudieran ofrecer a los Diputados y Diputadas una visión precisa de lo que ellos entienden que debería ser la Ley que en estos momentos se tramita en el Congreso.

El presidente de la Unión Romaní, primer gitano español parlamentario en España y en el Parlamento Europeo, representación que ejerció durante veintitrés años continuados de su vida parlamentaria, cifró su intervención en tres puntos que, a su juicio, consideró indispensable para que la Ley tuviera buena acogida en la sociedad y tropezara con la menor cantidad de impedimentos posibles.

Primero manifestó que esta Ley no debería ser identificada como una Ley de las minorías. Insistió en que si alguien entendía que la ley lo era para defender a los gitanos, a los inmigrantes, a los negros, a los gays o lesbianas o a cualquier otra minoría se habría hecho un flaco favor a esos grupos y al resto de la sociedad. Para Ramírez-Heredia la Ley de Igualdad debía ser una Ley para todos los ciudadanos. Una ley superadora de las diferencias y, sobre todo, una ley para proteger  dignidad.

En segundo lugar hizo un llamamiento a la generosidad de todos los Grupos Parlamentarios. Dijo que nadie debía patrimonial izar la ley. La sociedad debía entender que una ley como esta, de tan ambiciosos contenidos, no podía ser una ley solo de los socialistas, ni de los populares, ni de cualquier otro grupo representado en la Cámara. La importancia de una norma de tan amplio alcance como esta debía constituir motivo de orgullo de todos los representantes de la sociedad.

En tercer lugar se refirió a la necesidad de que el contenido de la Ley no quedara exclusivamente en la formulación de una serie de buenos principios, sino que se arbitraran la herramientas jurídicas necesarias para que fuera efectiva. Juan de Dios Ramírez Heredia se manifestó conforme con la frase que corre entre los defensores de la ley: “discriminar no puede resultar gratis”. A este respecto hizo a sus señorías un recuerdo del positivismo jurídico como teoría sustentada por Hans Kelsen, que da valor a las leyes en la medida en que detrás de ellas está el aparato del Estado para hacerlas cumplir.

Finalmente el compareciente contestó a las preguntas que le hicieron los portavoces de los grupos parlamentarios Socialista y Popular.

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