25.07.2011 - MÁLAGA

CONDENAN A UN POLICÍA LOCAL POR EMPUJAR Y LLAMAR «GITANA DE MIERDA» A UNA MUJER

La víctima fue a pedirle explicaciones al agente que había agredido a su padre

 

Que nadie entienda que estamos contentos al divulgar esta noticia. Lo ideal sería que no se hubiera producido porque el guardia urbano malagueño no se hubiera comportado de la forma que lo hizo. Pero, habida cuenta de que esta vez la justicia nos ha dado la razón (y no es la primera vez. Acordémonos de Cortegana) tenemos especial interés en difundir la sentencia con el fin de que sea noticia aleccionadora para los guardias que nos maltratan -que todavía los hay- y para todos los gitanos que padeciendo agravios como los sufridos por la familia gitana malagueña, no se atreven a denunciar a los policías agresores.

La noticia tiene los siguientes antecedentes, como nos recuerda Montse Martín, periodista del diario SUR.es. Un agente de la Policía Local de Málaga empujó bruscamente a una mujer a la que insultó llamándola «gitana de mierda» cuando ésta fue a pedirle explicaciones al agente, que momentos antes había agredido a su padre por negarse a mostrarle la documentación. El tribunal de la Audiencia Provincial de Málaga le ha impuesto al policía una multa de 800 euros por dos faltas de lesiones y una de vejaciones y le obliga a indemnizar a padre e hija con un total de 625 euros.

El gitano también ha sido condenado por una falta leve de desobediencia a la autoridad al pago de 90 euros de multa.

Los hechos ocurrieron el 15 de octubre de 2009, cuando el agente ahora condenado se dirigió a la mujer, que era conductora de un coche de caballos, para ponerle una multa, ya que obstaculizaba el tráfico en el Paseo de los Curas de la capital. Una vez impuesta la sanción, el mismo agente se dirigió a otra parada de coches de caballos situada enfrente de la entrada al puerto donde se encontraba el padre de la mujer, al que requirió la documentación. El hombre se negó a mostrársela, entregándosela posteriormente al otro agente que le acompañaba. Pese a ello, el policía le cogió por la camisa y tirando de ella le golpeó en el hombro con el puño.

Al ver lo que estaba sucediendo, la mujer se acercó al agente y le pidió explicaciones. Éste entonces la empujó bruscamente al tiempo que le decía: «Vete de aquí gitana de mierda». Debido al empujón la mujer se golpeó en la zona lumbar con uno de los coches que estaba aparcado. Como consecuencia de la agresión, la mujer sufrió lesiones que tardaron tres días en curar, mientras su padre estuvo diez días impedido.

La sentencia de la Audiencia de Málaga, que ratifica la dictada el pasado mes de febrero por un juzgado de la capital, por lo que ya es firme, desestima el recurso presentado por el policía local, a quien reprocha «un uso incorrecto del ejercicio de sus atribuciones» y a quien culpa, junto con otro hombre, de ser «parte desencadenante del altercado» y de haber obrado «en reacción iracunda». En ese sentido, afirma que su comportamiento fue contrario al de su compañero, quien «haciéndose respetar en su condición de agente de la autoridad y respetando los derechos del ciudadano al que requería, instruyéndole de forma educada y debidamente del motivo de la solicitud de identificación, logró el resultado perseguido con su intervención».

Nos reiteramos en nuestras palabras del principio: No todos los policías actúan como el urbano de Málaga. Es más, los que se comportan como este guardia condenado, son una minoría, pero una minoría que existe. Negarlo sería negar la evidencia. Todavía quedan elementos en nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que actúan con violencia y desprecio de cuanto supone el respeto a los derechos cívicos y ciudadanos de nuestra comunidad. Abusan del uniforme que llevan y descargan sobre nuestra gente sus frustraciones personales o sus convicciones racistas.

Por otra parte es bueno difundir el resultado de nuestra denuncia para que las gitanas y los gitanos que sean víctimas de abusos de autoridad como el que nos ocupa pierdan el miedo y se animen a presentar sus denuncias en el Juzgado más cercano al lugar donde hayan sido agredidos. Bien sabemos como todavía hoy nos invade un miedo heredado de épocas no demasiado lejanas en las que el guardia nos clavaba la punta de su bota negra en las costillas.

La sentencia de la Audiencia de Málaga ha supuesto una magnífica noticia siquiera sea para ratificarnos que el artículo 14 de la Constitución también nos ampara a nosotros, los gitanos, como ciudadanos españoles.

 

Juan de Dios Ramírez-Heredia

Presidente de Unión Romaní

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