14.02.2012 - PAÍS VASCO

La pelota también habla calé

La final del torneo vizcaíno de Encartaciones contó con tres jugadores de etnia gitana

 


Mariano, Mikel y Daniel, de izquierda a derecha, antes de jugar en el frontón de Gallarta / Santos Cirilo; El País

Dos pelotaris de Sestao, Mariano Silva y Daniel Borja, se enfrentaron en el frontón de Gallarta al dúo bilbaíno formado por Mikel Ramírez e Iker Abrisqueta en la final cadete del torneo escolar de Encartaciones, una primera fase del Campeonato de Bizkaia. Hasta aquí, nada extraño. El duelo pudo haber sido uno más de los muchos que se juegan cada poco en Euskadi y Navarra. Pero hubo algo que lo convirtió en especial: tres de los protagonistas, Silva, Borja y Ramírez, son de etnia gitana.

“¿Qué más da qué o de dónde sean? Les gusta la pelota y punto”, sostiene Xabier Sainz de la Maza, entrenador de Silva y Borja en la escuela municipal Lagun Artea de Sestao. Los chicos son los primeros pelotaris gitanos del club en sus más de 50 años de historia. Sainz de la Maza reconoce que “no es habitual” que chavales de esta etnia se interesen por la pelota. En su opinión, es un signo de integración y de que “algo está cambiando” en el deporte.

Ramírez también ha sido pionero en la escuela Bilbotarrak, con sede en el frontón de La Esperanza, a la que llegó siendo alevín. “Vino su padre y preguntó si había algún problema en que su hijo jugara con nosotros. Le dije que en absoluto”, rememora Luis Rodríguez, director de la escuela.

En unas actividades organizadas por el Ayuntamiento el pasado verano, Mikel, el monitor, hijo de Sainz de la Maza, les vio jugar y les animó a apuntarse en la escuela. A Borja le pareció buena idea, pero le daba apuro dar el paso en solitario. Al final, convenció a su amigo, “que es más atrevido”, y se inscribieron juntos. Sus alrededor de 80 compañeros les han recibido “muy bien”, destacan. "Hay mucho compañerismo", agregan casi al unísono.

Ambos coinciden en señalar al estellés Patxi Ruiz como su ídolo, más por su origen gitano que por sus cualidades como pelotari, y también comparten el mismo sueño: poder dedicarse el día de mañana a la pelota. “Estaría bien ganarse el pan con algo que te gusta”, señala Silva, quien juega de zaguero.

 

(Luis Mingallón; El País)

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