17.09.2012 - ITALIA

Fallece Bruno Nicolini, fundador de Opera Nomadi


Bruno Nicolini / EveryOne Group

La muerte de Bruno Nicolini es una noticia muy triste pero, sin embargo, se puede tener la certeza de que, si alguien ha sido bien recibido en la gloria en compañía de aquellos que han pasado su vida sirviendo a Dios y a los demás seres humanos, luchando por la liberación de la humanidad, sin duda es él. A pesar de los reveses políticos que han tenido lugar durante la última década en Italia, la colaboración de Bruno Nicolini con los rromà, con su culminación en la Audiencia Papal para los  gitanos y nómadas del 26 de septiembre de 1991, llevó, a través del trabajo de la Comisión Pontificia para las Migraciones, al apoyo de la lucha política de la Unión Romaní Internacional, y el respeto por el idioma y la cultura rromà, y por la diversidad cultural de las poblaciones que apoyan las políticas gitanas.

Bruno Nicolini siempre trabajó en red, siempre apoyó a los líderes de la comunidad gitana, y nunca pretendió suplantarles celosamente, como hacen muchos colaboradores gadyè. A pesar de que su pasión por la causa le llevó a protagonizar algunos episodios algo temperamentales (como cuando rechazó su primera invitación al Vaticano porque los guardias no le permitieron la entrada a sus compañeros gitanos), era un gran hombre, muy sociable y cuya compañía era siempre de agradecer.

La declaración papal, negociada por él mismo, Nicolae Gheorghe y otros líderes de la Unión Romaní Internacional ante la Comisión Pontificia para las Migraciones, es un recordatorio de su persona. Como hecho destacable cabe remarcar que en torno a diez de los cuarenta rromà presentes aquel día eran pentecostales liderados por el imponente Maximoff Mateo. Nicolini fue fundamental en su insistencia para que los pentecostales fueran tratados como hermanos en la fe de Cristo, y no como un culto satánico, como muchos ancianos católicos habían hecho anteriormente. El buen trato del Papa con Bruno Nicolini en aquella ocasión no deja duda de su respeto por la pasión, integridad y el juicio de Nicolini, como su capellán personal de la diócesis de Roma para los gitanos.

 

(Thomas Acton)

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