16.10.2012

“Y ¿tú quién eres para impedirme hablar rromanò?”

por Grattan Puxon

Toma Nikolaev Mladenov le replicó a un policía que le prohibió hablar su lengua materna con su mujer en una comisaría. No hubo violencia, ni malas palabras; sin embargo, gracias a este incidente, Toma se ganó una sentencia de un año de prisión.

Después de siete años de tribunales y audiencias, en Sofía y Londres, el caso de Bulgaria contra Mladenov va en camino de convertirse en una causa célebre. Es un caso que todavía sigue siendo incomprensible, hasta que uno tiene en cuenta el creciente clima político en contra de los rromà y los inmigrantes.

Al inicio, a Mladenov las cosas le fueron bien y obtuvo una primera victoria en un caso de discriminación contra el oficial de policía, que fue posteriormente despedido de su puesto de trabajo. Pero, como era de esperar, la policía no se contentó con dejar pasar el asunto. Haciendo referencia al mismo incidente, que ocurrió el 17 de septiembre de 2005, acusaron a Mladenov de desorden público, y alegaron que él había insultado tanto al oficial como al Estado. Un tribunal de Sofía, tras escuchar el testimonio de tres testigos, desestimó la acusación.

Mladenov abandonó el país, sin saber que la policía apeló la decisión. Fue juzgado de nuevo, en su ausencia y sin representación legal, y fue detenido cuando regresó de Alemania. Durante la apelación consiguió que su condena fuera reducida a seis meses. Actualmente se enfrenta a la extradición desde el Reino Unido, porque las autoridades búlgaras dicen que todavía le faltan por cumplir siete semanas.

“He vuelto a mi país muchas veces”, afirma Mladenov. “Ahora es demasiado peligroso. Nuestro movimiento ya ha sido casi aplastado. Temo por mi vida, sobre todo en una cárcel de Bulgaria”.

Pero, a menos que tenga éxito en su apelación contra la extradición o que se le permita finalizar su condena en una prisión británica, Mladenov deberá volver. Allí le haría compañía a muchos activistas políticos y a otros rromà que ya cumplen condena, puesto que casi el 25% de la población carcelaria de Bulgaria está compuesta por rromà.

La audiencia celebrada recientemente fue mal, pese a los argumentos aparentemente concluyentes de su abogado, Marcos Somers, quien en varias ocasiones hizo referencia a la sentencia del caso Julian Assange.

Somers alegó que este caso es de una naturaleza tan trivial que no era concebible que se estuviera considerando la posibilidad de extraditarle. Se habla de un delito que, bajo la ley británica, a lo sumo se resolvería con una multa, mientras que la legislación pertinente los contempla como delitos graves que justificarían su ingreso en prisión. Tanto la sentencia inicial, como la actual, son, sin lugar a dudas, desproporcionadas.

Sin embargo, el juez de distrito, John Zani, indicó que no estaba convencido. Mladenov fue declarado no culpable por un tribunal búlgaro. La justicia británica consideraría el asunto cerrado puesto que los fiscales, normalmente, no tienen derecho a solicitar un segundo juicio. Sin embargo, habrá que esperar hasta la nueva audiencia programada para el 25 de octubre, en la que recibirá una notificación escrita en relación con su extradición. Si la resolución es desfavorable, el caso se llevará al Tribunal Supremo.

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