09.01.2013

La violencia que no cesa contra los gitanos

Por Juan de Dios Ramírez-Heredia

70 individuos atacaron un barrio gitano incendiando seis viviendas y cuatro vehículos.

Otros tres han degollado a un gitano, miembro de Unión Romani, que permanecía vivo.

 

Grecia

Ocurrió en Etolinkon (Grecia). La propia policía ha confirmado que  unos 70 habitantes de este pueblo, muchos de ellos encapuchados, atacaron un barrio habitado por gitanos, donde incendiaron seis viviendas y cuatro vehículos. Se desconoce si hubo heridos aunque en este caso se pudieron evitar porque las familias gitanas que habitaban el barrio huyeron despavoridas cuando vieron acercarse a la multitud de agresores armados y encapuchados.

Según los medios locales, en la agresión participaron un grupo de militantes del partido neonazi Amanecer Dorado, entre ellos el diputado Konstantinos Barbarusis. A este diputado se le retiró la inmunidad parlamentaria tras participar el pasado otoño en un ataque contra vendedores inmigrantes ambulantes, una agresión que está pendiente de juicio.

Este municipio  griego llegará a constituirse en el líder municipal del racismo europeo. El pasado mes de agosto, en este mismo pueblo se registraron graves disturbios cuando 200 vecinos atacaron el barrio gitano en un suceso en que el se usaron armas de fuego y que terminó con cinco heridos.
Tenemos noticia de que la Policía griega ha detenido a cuatro personas y trata de localizar a otras nueve, sospechosas de haber participado en los incendios.

 

Eslovaquia


Daniel Horváth / Noviny

El degüello sucedió en Žihárec, Eslovaquia, el 1 de enero de 2013. El país se ha sentido sacudido cuando ha conocido el brutal asesinato de Daniel Horváth, miembro del Partido Unión Romani, un hombre joven de 37 años, gitano, que fue decapitado en vida, según se ha anunciado tras la autopsia judicial. El asesinato tuvo lugar hace una semana y el cuerpo decapitado fue encontrado varios días después cerca de la aldea de Šoporňa.

La familia lo estuvo buscando durante varios días hasta que descubrieron el bar donde había estado. Allí encontraron una camiseta del desaparecido. Al final descubrieron que en ese local tres hombres de 17, 18 y 39 años le dieron una paliza a Daniel y se lo llevaron en una carretilla a la cercana casa del propietario del bar donde le habrían decapitado cuando aún estaba con vida. Los asesinos transportaron su cuerpo a Šoporňa y lo arrojaron en un pozo negro que hay detrás de la aldea. Su cabeza fue encontrada allí.
František Tanko, presidente de Unión Romaní en Eslovaquia (Strana romské unie na Slovensku) ha manifestado que “el odio por parte de los gadyè contra nosotros, los gitanos, es cada vez mayor.” La policía acusa al dueño del bar local, de 39 años, que es un carnicero entrenado, a su hijo de 17 años, y al amigo de su hijo de 18 años de edad.

Desde la Unión Romani española lamentamos tener que difundir estas tristes noticias de forma tan persistente. Pero nos preguntamos ¿ganamos algo ocultando la realidad? ¿Hará más fácil la vida de nuestra gente vivir en la ignorancia de lo que nos sucede en algunos países europeos que, para mayor inri, forman parte de nuestro entorno político comunitario? ¿Podría llegar la sociedad mayoritaria a insensibilizarse ante la cotidianidad de tantas y tan crueles noticias?

Gracias a Dios ya no impera la cruel costumbre romana de “matar al mensajero” que era portador de malas noticias. Nosotros decimos que preferimos que nuestros conciudadanos se sientan conmocionados ante el conocimiento de los desmanes que se cometen ante el altar de la pureza étnica o racista a que vivan bobaliconamente en la ignorancia de tanta tragedia y tanto dolor.

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