16.09.2013 - ITALIA

Síntesis del Segundo Congreso de las Comunidades y Asociaciones Gitanas


Celebración del Congreso /  Fundazione Romanì

La Fundazione Romanì organizó a principios de septiembre el Segundo Congreso de las comunidades y asociaciones gitanas en Silvi Marina. Las actas de dicho congreso se elaborarán junto con un número especial de la revista cultural Roma, que estará disponible a mediados del próximo octubre.

El reconocimiento de la minoría lingüística gitana; la transición de la mediación a la participación activa y la necesidad de una política de la cultura gitana, fueron los temas centrales de la primera jornada de la comunidad rromà, a la que acudieron un centenar de participantes, en representación de las asociaciones gitanas y no gitanas, un representante de la Unar y varios profesores de la Universidad de Bolonia.

La búsqueda de soluciones prácticas para mejorar la situación de la población gitana, “sin atribuir responsabilidades a los demás” y sin “refugiarse en un peligroso fatalismo persecutorio” fue el objetivo de este congreso, según afirmó Nazareno Guarnieri, presidente de la Fundazione Romanì, entidad que promovió la iniciativa.

Guarnieri inauguró el evento diciendo que “esto no pretende ser una nueva conferencia para denunciar la responsabilidad de los demás y continuar diseñando estrategias que han demostrado ser infructuosas”.

Guarnieri también abordó la cuestión del reconocimiento de la minoría lingüística gitana, petición solicitada, durante los últimos años, en varios proyectos de ley: “todos lo quieren pero nadie lo lleva adelante”, afirmó y también señaló que será un tema clave en el futuro porque es un “requisito previo para cualquier política cultural y de inclusión”.

El presidente de la Fondazione Romanì también abordó el tema de la mediación, afirmando que se debe “pasar de la mediación a la participación activa y del multiculturalismo a la interculturalidad”. “No puede haber ninguna mediación de por vida”, añadió.

Guarnieri también declaró que “actualmente no existe una política para la cultura gitana. Si nos centramos en la sociedad civil, el folclore es muy rico, pero la cultura gitana no es sólo la gastronomía, la música y la vestimenta. Es un conjunto de valores que conforman una identidad cultural. La evolución de la cultura gitana es urgente y necesaria para evitar la destrucción de nuestra identidad. En particular, el desarrollo de la mentalidad asistencial está destruyendo a la población gitana”.

 

La participación activa, en especial de los jóvenes, en las políticas y proyectos en beneficio de los gitanos

Este tema fue debatido en primera persona por los chicos formados gracias al proyecto “fuegos activos” de la Fondazione Romaní, cuyo objetivo es capacitar a líderes gitanos conscientes de su propia cultura y que sean capaces de relacionarse profesionalmente con las instituciones y organizaciones italianas, para promover la emancipación de una cifra cada vez mayor de niños y jóvenes de la comunidad.

El problema planteado por Jon Ion Dumitru, de Roma, y por Fiore Manzo, de Cosenza, fue que “para romper el círculo vicioso de autodiscriminación, victimización, pasividad e ilegalidad, nos vemos obligados a negar nuestra identidad gitana”. “El hecho de ser rromà todavía se considera una enfermedad, que provoca un alejamiento. Hay una necesidad urgente de salir de esta situación de violencia y discriminación, y de ayudar a los niños”, afirmó Marco Bevilacqua, de Reggio Calabria. “Es necesario luchar para salir de los campamentos, luchar contra el asistencialismo y promover el reconocimiento del idioma”, dijo. “Demostrar que el problema es cultural y no social. Hacer comprender a los jóvenes que hay vida fuera de esos ámbitos”. Para ello “el punto fundamental es la escolarización, para que los rromà puedan ocupar en el futuro puestos importantes en el mundo laboral. De lo contrario, permanecerán abiertos al chantaje”.

 

Al acabar la reunión se leyeron algunos puntos en los que las asociaciones tienen que trabajar en el futuro:

 

1.- la superación de la victimización y del fatalismo persecutorio;

2.- la recuperación de la cultura gitana;

3.- el empoderamiento de la mujer;

4.- el reconocimiento de los rromà como minoría lingüística;

5.- la responsabilización y el debate sobre la legalidad, “puesto que, si no, solo lo hacen los extremistas de derecha”.

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