18.09.2014 - BARCELONA
La 'Capilla Gitana' de Helios Gómez, semilla de un museo de arte político en La Modelo Oculto en una celda cerrada y bajo una capa de pintura, la prisión del Eixample alberga el único mural que queda del artista, impulsor del cartelismo catalán El cierre de la prisión Modelo ya está en marcha, aunque no esté claro el calendario ni el futuro uso de esta enorme parcela del Eixample. Tras el anuncio de la nueva fecha de clausura, vuelve a aflorar la reivindicación de convertir una de las seis galerías en un museo de arte social o político, que tendría como joya central la obra completa de Helios Gómez (Sevilla 1905 - Barcelona 1956). La Capilla Gitana, como se la conoce popularmente, es el único mural que ha sobrevivido de este controvertido artista de los años 30 y 40, impulsor del cartelismo republicano en Catalunya y España. La obra, un encargo del párroco de la prisión, resiste precariamente en una celda cerrada, escondida bajo una capa de pintura blanca desde 1996. Apenas media docena de los trabajadores penitenciarios de la Modelo conocen su existencia. La Asociación Cultural Helios Gómez reclama al Ayuntamiento de Barcelona dignificar y abrir al público este legado y promete ceder gratuitamente toda su colección si la capital catalana habilita al fin un espacio de exposición para el cartelismo catalán. Ya recibió una oferta para trasladar y exponer el fondo en Madrid, que rechazó por la vinculación profesional y sentimental del artista con la ciudad. "Hemos expuesto la obra de Helios en ciudades de media Europa, pero en Barcelona no hay manera, no lo entendemos", se queja Gabriel Gómez (Barcelona, 1943), presidente de la entidad y único hijo del autor. En la actualidad no hay ningún equipamiento en Barcelona centrado en divulgar las mejores obras y autores del cartel propagandístico catalán y español, una producción de sobrado reconocimiento internacional y que tuvo una notable influencia artística y política durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Quizá el más especializado sea el modesto archivo-biblioteca que la UB tiene en el Pavelló de la República, en Vall d'Hebron, donde pueden verse una veintena de carteles de la época –uno es de Helios Gómez– y que almacena una importante colección gráfica. Pero, como reconocen sus responsables, "es un edificio pequeño, sin espacio para realizar exposiciones". "La Modelo, por su simbolismo y versatilidad arquitectónica, es el mejor sitio para exponer las obras de este periodo y además es una oportunidad para el turismo cultural", sostiene Gabriel Gómez, que es interiorista de profesión y ha comisariado numerosas muestras sobre su padre. Apunta que así la ciudad ganaría "un nuevo espacio y un nuevo tema en el circuito expositivo", situado entre Montjuïc y el centro, "con el aliciente de una historia tantos años escondida". Por ello, ofrece a las autoridades catalanas realizar una exposición para testar si un museo de arte político-social suscitaría suficiente interés: "Sólo pido a los señores Mas, Mascarell y Trias que nos dejen un local en condiciones para exponer una selección de la obra de Helios Gómez, ya verán como la visitan muchísimos barceloneses y también turistas, habría cola para entrar". La selección que mostraron el año pasado en el Saló del Còmic de Barcelona tuvo muy buena acogida. Génesis El museo que plantean no surge de la nada. A finales de los 90, la amenaza de la venta del terreno para edificar pisos activó una notable oposición ciudadana. La reivindicación concreta de habilitar un museo nació en círculos intelectuales próximos al Ateneu Barcelonès, sumó la pericia de la asociación SOS Monuments –capitaneada por Salvador Tarragó– y cristalizó en las protestas de la plataforma La Modelo per la Cultura –que cortaba la calle Entença cada semana–. Contó con el apoyo de numerosas personalidades catalanas, como Antoni Tàpies, Joan Manuel Serrat, Josep Maria Huertas Clavería, Lluís Permanyer, Abel Paz, Josep-Lluís Carod-Rovira o Teresa Pàmies. Los ánimos se apaciguaron en mayo del 2000, cuando el Ayuntamiento se comprometió a conservar la estructura panóptica de la cárcel para darle un uso cultural y derribar los muros y edificios no originales para convertirlos en unos Jardines de la Libertad. Con el paso de los años y al encauzarse la vía institucional, la reivindicación se diluyó. La actual generación de jóvenes activistas apenas la recuerda y desconoce por completo la obra de Helios Gómez. La cuarta galería El proyecto de museo, que incluso cuenta con dossieres y esbozos, imagina la reconversión de toda la cuarta galería de la Modelo –unos 1.400 m2 repartidos en tres plantas y con acceso desde los jardines– en un centro de exposición y documentación. En su interior está la Capilla Gitana (1950) –que sería restaurada–, pintada por el autor libertario-comunista durante su última estancia en la Model (1948-54), cuando fue encarcelado sin juicio bajo la acusación de asociación y propaganda ilegal. Ya había estado en la prisión del Eixample en 1930, a raíz de una detención masiva de activistas políticos de la ciudad, estancia durante la que entabló amistad con el futuro presidente Lluís Companys. El espacio mostraría las obras y permitiría almacenar en buenas condiciones la numerosa documentación (prensa, fotografías, efectos personales, manuscritos…) recolectada por la Asociación Cultural Helios Gómez. "Aportaríamos todo el fondo de Helios Gómez y empezaríamos la recuperación de la producción dispersa del resto de cartelistas del Sindicato de Dibujantes Profesionales (SDP)", explica Gabriel Gómez. "No pretendemos ningún beneficio, sólo queremos que no se pierda este legado que costó tanto rescatar y que sirva para explicar a nuestros hijos y nietos la historia social del país", añade. "Consiguió que la historia les olvidara" Nombres hoy aclamados internacionalmente como Carles Fontseré o Max Aub quedarían cojos sin la influencia estética e ideológica de Helios Gómez, que impulsó el cartelismo político catalán como fundador y primer presidente del Sindicato de Dibujantes Profesionales (SDP). Sin embargo, su huella ha quedado completamente difuminada. En la Modelo de forma literal. "El Franquismo silenció de tal forma a aquella generación de artistas comprometidos que consiguió que la historia les olvidara por completo, incluso en democracia", lamenta Gabriel Gómez. Él mismo conoció la trayectoria artística de su padre en los años 80, gracias a lo que le contaron artistas clandestinos e intelectuales que le conocieron de jóvenes. Santi Barjau, responsable de la sección de Gráficos del Arxiu Històric de Barcelona y especialista en cartelismo catalán, subraya el valor artístico del creador sevillano, sobre el que asegura que "hay un consenso académico claro": "Fue uno de los dibujantes políticos más importantes de la época, porque su estilo era muy particular, muy vanguardista; viajaba mucho y estaba en contacto con las nuevas corrientes de los años 30 en Alemania, Austria, Bélgica, Francia…". "Por eso la primera monografía sobre él la publicó una investigadora alemana, Ursula Tjaden", añade. "La mayoría de sus dibujos son a una tinta [en blanco y negro] y se publicaban en la prensa de la época, aunque también publicó algunos álbumes de ilustraciones", explica Barjau. Elaboraba viñetas y cabeceras para periódicos y revistas, escribía poesía, diseñaba panfletos sindicales y portadas de libros y realizó las decoraciones murales del Jazz Colón y la Residència Sant Jaume [ambas desaparecidas]. También diseñó la puesta en escena del multitudinario funeral de Durruti en 1936. Barjau, que es doctor en historia del arte, lamenta que "las instituciones no hagan caso a alguien que les propone una exposición así" y advierte que "hay docenas de cartelistas de los años 30 aún más olvidados que Gómez". "No sé porqué Barcelona no quiere a Helios", suspira su hijo. "Quizá porque era gitano. O quizá porque sus carteles son demasiado vigentes", remacha. (Meritxerll Pauné; La Vanguardia) |