23.10.2014

ENTREVISTA A SORAYA POST: “El Parlamento debería convertir la inclusión de los gitanos en una de sus prioridades”


Soraya Post (Woman Suffrage)

La europarlamentaria gitana Soraya Post nos cuenta que quiere crear un grupo interno dedicado a los rromà en el Parlamento Europeo y que los Estados miembros que no respeten la directiva contra la discriminación deberían ser sancionados.

 

Usted es una de los dos diputados gitanos del Parlamento Europeo. ¿Cuál es su estrategia política con respecto a los rromà? ¿Tiene intención de proponer nuevas iniciativas sobre las cuestiones gitanas? ¿Cuáles serían?

“En primer lugar, ya he presentado una propuesta para crear un grupo interno dedicado a los rromà en el Parlamento Europeo, que tendrá como objetivo el reconocimiento de la discriminación contra las personas gitanas. Este intergrupo será una buena base para que todos los diputados interesados y  los representantes de la sociedad civil puedan estar en contacto, de manera frecuente, e intercambiar sus puntos de vista. No es necesario decir que, como diputada gitana, trabajaré para dar mi firme opinión en aquello relativo a los rromà en cada ley que adopte el Parlamento.

En segundo lugar, me gustaría sugerir que se incluya la historia y la cultura gitanas en el plan de estudios de los países de la UE. Además, es importante asegurarse de que, en Europa, todos los acontecimientos relacionados con los gitanos ofrezcan interpretación al rromanò. En las conferencias y reuniones, sucede a menudo que los gitanos no pueden `participar en los debates debido a la falta de servicios de traducción.

Por último, mis dos metas principales durante esta legislatura serán trabajar para que se nombre a un representante especial de la UE para los Rromà y para que se cree una Plataforma Gitana.

Este representante especial deberá coordinar el trabajo que se realiza en las instituciones de la UE en relación con los rromà. La persona a cargo debe servir como puente entre los rromà, la sociedad civil y los políticos”.

 

Se ha dicho mucho sobre la integración de los gitanos y la necesidad de hacer más a todos los niveles. Pero, ¿qué se podría hacer en los casos en que los rromà se resisten a aceptar la ayuda que se les ofrece?

“El fomento de la confianza es el punto de partida para una estrategia de integración efectiva. La comunidad gitana lleva décadas sufriendo discriminación y necesita tiempo para creer que lo que se hace en su nombre es por su propio beneficio. En mis 30 años de trabajo con los rromà, todavía no me he encontrado a ninguno que no quiera una vida mejor. Pero, para que un país sea capaz de mejorar su futuro, tiene que reconocer primero su pasado.

En Suecia, por ejemplo, el Gobierno y los gitanos atravesaron un proceso de reconciliación. Ambas partes mantuvieron largas discusiones y negociaciones durante meses antes publicar un Libro Blanco sobre los Rromà. En este documento se describe la historia y la cultura gitanas entre 1900-2000. También se reconocieron las leyes y actos discriminatorios que sufrieron los rromà.

Para los gitanos fue muy importante hablar sobre ello. También estamos utilizando este material para informar de lo que le sucedió a los niños en las escuelas y a la gente en las calles. También es una manera de romper con los estereotipos”.

 

¿Cómo se fomenta la confianza?

“Involucrando los derechos gitanos desde el principio en las actividades y proyectos locales. Muchas organizaciones ya tienen listos proyectos a medida para mejorar la vida de la comunidad gitana. Pero nadie sabe mejor que un rromà qué se necesita para reducir esta brecha. Consultar, informar, compartir y escuchar, es el camino correcto hacia la creación de esa confianza. Es un proceso largo, pero hay que empezar por alguna parte”.

 

¿Cree usted que el Parlamento tiene un papel en la conformación de la política gitana en el ámbito de la UE? ¿Qué deberían hacer los diputados?

“El Parlamento debería convertir la inclusión de los gitanos en una de sus prioridades. También debería presionar a la Comisión y al Consejo para ofrecerle a los rromà un seguimiento en las iniciativas relacionadas con ellos.  Hay demasiados proyectos que piden dinero en nombre de los gitanos, y que, en realidad, no se gastan ni un centavo en ellos.”

 

Desde su experiencia, ¿cuál es la mejor manera de que las autoridades locales se involucren y  colaboren en la inclusión de los rromà?

“Las autoridades locales que no respeten las leyes contra la discriminación y que actúen contra la inclusión de los gitanos deben ser sancionadas. Tenemos que fortalecer la legislación contra la discriminación y hacer que los gobiernos la apliquen de manera estricta”.

 

Como rromà, ¿te has sentido discriminada?

Toda mi vida, pero me siento muy afortunada. Soy rubia y de ojos azules. No encajo en el estereotipo, pero mis hijas sí y mi madre y mi marido también. Me crié entre el miedo, la misericordia y la enorme desconfianza hacia la sociedad. Cosa que hizo que me convirtiera en un activista de derechos humanos y en política, porque no estaba de acuerdo con la imagen que tenían de mí.

Siempre me presiono para demostrar que soy tan inteligente como el resto y que puedo tener éxito. Hace quince años, decidí que nunca más me volvería a sentir como una ciudadana de segunda clase. Es importante conocer tus derechos, pero también ponerlos en práctica”.

 

En las elecciones nacionales suecas del mes pasado, el partido demócrata antiinmigrante y antigitano, se convirtió en el tercero más votado del país. Los partidos populistas también han sido elegidos en otros países de la UE. ¿Cómo influirá esto en las políticas de integración de los gitanos en la UE y a nivel nacional?

“Todo depende de cómo se enfrenten los otros partidos políticos a una situación de este tipo.  La gente votó por ellos porque Suecia no está acostumbrada a ver a mendigos en las calles. Había gente sin hogar y personas con adicciones, pero la pobreza nunca antes había sido tan visible. Hubo debates sobre la prohibición de la mendicidad, pero nosotros no queremos tener una situación como la que se vive en Dinamarca. Cuando Dinamarca prohibió la mendicidad por ley, los rromà se compraron trompetas y salieron a la calle a tocar. Esto se convirtió en una doble humillación, porque ninguno de ellos sabía tocar. No fue beneficioso para nadie”.

 

(Ecaterina Casinge; Euractiv)

 

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