03.06.2015

Entrevista a Jorge M. F. Bernal: “Los gitanos hemos encontrado buenos países anfitriones en América”


Jorge M. F. Bernal

El argentino Jorge M. F. Bernal lleva años rescatando del olvido las tradiciones de los gitanos que fueron llegando a América en las distintas olas migratorias de los pasados siglos. Descendiente de gitanos rusos, Bernal ha escrito varios libros sobre su pueblo y preside la primera asociación gitana creada en Argentina.

 

Sabemos muy poco de los gitanos que viven en Latinoamérica, ¿cómo es vuestra situación actual?

“La situación depende del país, por supuesto, hay muchos países en Sudamérica y en América Central, pero en reglas generales, en el continente americano, incluida Norteamérica, los gitanos hemos encontrado buenos países anfitriones. En la mayoría de los países americanos, por el hecho de haber recibido flujos migratorios de varios continentes, hizo que nuestro colectivo pasase desapercibido, o que, como en Argentina, fuéramos tomados como otra población más procedente de Europa, como otra etnia europea más. Esto no significa que los inmigrantes europeos no hayan traído a las Américas sus prejuicios en contra de nuestro pueblo, los estereotipos y prejuicios siguen estando, aunque en menor grado. Sin embargo, en los países donde los inmigrantes superaron a la población local, como en Uruguay y Argentina y en menor grado Chile y Paraguay, los inmigrados tuvieron que preocuparse más por insertarse en la sociedades locales que en mantener sus odios ancestrales”. 

 

Tu último libro ‘Historias, leyendas y tradiciones gitanas’ te transporta a la época más bucólica de los gitanos: los carromatos, los campamentos, las conversaciones alrededor de la hoguera... ¿Queda algo de aquello en vuestra tierra?

“En nuestra tierra ya no queda casi nada, esas historias son las transmitidas por mis abuelos, mis padres y otros miembros ancianos de la comunidad. El propósito del libro, de alguna manera, es hacer que éstas prevalezcan en el tiempo y que sean conocidas por las generaciones futuras. El nomadismo en América en general sigue existiendo por razones económicas, no como tradición. Los gitanos tuvimos la posibilidad de abandonar ese nomadismo, que más que romántico era pesado, sin agua, sin electricidad, sin las comodidades básicas, etc. Generalmente el recuerdo del nomadismo en la mayoría de las familias gitanas no es un buen recuerdo. Existen gitanos nómadas en Chile, pero con todas las comodidades que pueda tener esa vida, y en Brasil también, los Kalons deportados de Portugal en el siglo XVI, que en su mayoría continúan siendo nómadas, pero que también hace años que se están sedentarizando en las grandes ciudades”.

 

Aquí todavía hay población gitana que vive en barrios de chabolas, lo que allí llamáis villas miseria. En Sudamérica, ¿los gitanos también viven en ese tipo de asentamientos?

“No, es muy raro encontrar gitanos viviendo de esta manera, no digo que no los pueda haber, pero las posibilidades económicas que tuvo nuestro pueblo, debido a los oficios que practicaban y practican, nos facilitaron la ascensión en el campo de la economía individual y comunitaria. Un claro ejemplo de esos antiguos oficios son los gitanos Kalderash de Colombia, que siguen vendiendo caballos y enseres relativos a la equitación, y que poseen fincas propias y un buen estándar de vida”.

 

¿Hay algún otro oficio que desempeñen tradicionalmente los gitanos en Sudamérica?

“De los oficios antiguos quedan muy pocos. Los comunes ahora son el comercio de automóviles nuevos y usados, la compra y venta de chatarra a gran escala, la reparación de maquinaria hidráulica, y luego muchos oficios o profesiones nuevas: mecánicos, tenderos, ingenieros, médicos, etc. Brasil es un país que tiene una gran mayoría de gitanos profesionales. De lo antiguo queda la venta de caballos y monturas en Colombia, tal como expuse en la respuesta anterior”.

 

¿Qué podrías decirnos del rromanò en Sudamérica? ¿Se conserva? ¿Se estudia? ¿Lo hablan los jóvenes?

“Cada grupo conserva su lengua en muy buen estado. Hay que tener en cuenta que el grupo principal en toda América es el Kalderash, luego existen los Rom Jorajané, que conservan su variante, los Lovaria también, los Boyash siguen hablando un antiguo dialecto derivado de la lengua rumana, los Kalons de Brasil hablan un caló más antiguo que el de España, y los gitanos de origen español se expresan mayormente en español, salpicado de algunas palabras en caló, lo mismo que en España”.

 

Creo que has viajado por varios países de tu continente conociendo las realidades de las familias gitanas. ¿Crees que vivís de forma parecida o hay muchas diferencias entre un país u otro? ¿Hay países donde se os discrimina más que en otros?

“Hay más discriminación en ciertos países, pero a nivel institucional, y paradójicamente, muchas veces los países que más discriminan son los países que recibieron menos influencia migratoria europea. Hay países como Colombia que en sus leyes reflejan la protección de la minoría gitana, de su lengua y costumbres, pero en reglas generales el nivel de vida del gitano es similar en todo el continente, desde Alaska a Tierra del Fuego, y hay mucha migración gitana todo el tiempo. La mayoría de las familias tienen parientes en otros países americanos o en Europa, los contactos son permanentes y reforzados desde hace algunos años por la Iglesia Internacional Pentecostal Gitana”.

 


Portada del último libro de Bernal

Una batalla grande en España es la de los medios de comunicación, que tratan de forma peyorativa las informaciones sobre los gitanos. Por las pocas noticias que nos llegan desde Argentina, allí tampoco se os trata de forma imparcial. Tú que eres escritor y publicas en diversos medios, ¿por qué crees que el sensacionalismo mediático en torno a lo gitano está tan arraigado?

“No sucede tanto como en Europa, pero el trato de la prensa para con nuestro pueblo generalmente se parece al de muchos países europeos. Esto se lo atribuyo, principalmente, a los prejuicios que trajeron los europeos a estas tierras y que aún persisten, como ya expliqué anteriormente, y al desconocimiento general y desinformación que existe sobre nuestra etnia”.

 

Aquí en España los gitanos se han organizado bastante bien en asociaciones y entidades que hacen de interlocutores entre la población gitana y las administraciones. Tú presides la Asociación Civil Romaní, que se creo en el año 2000 y fue la primera asociación gitana en Argentina. ¿Ahora hay muchas más? ¿Crees que es indispensable el asociacionismo como forma de representación de la comunidad? 

“Creo que es indispensable el asociacionismo para luchar en contra de los prejuicios y estereotipos existentes, y para darnos a conocer a nosotros mismos y a nuestra cultura. En la mayoría de los países hay al menos una asociación gitana o gente activa en el tema de la promoción de nuestro pueblo. Las iglesias también contribuyen en la divulgación de lo que es el gitano, nuestras creencias, etc., ya que estas tienen también muchos contactos con otras entidades de la sociedad mayoritaria”.

 

Como federación amplia para representar los intereses de todos los gitanos sudamericanos existe el Skokra. ¿Cómo nació este organismo?

“SKOKRA nació en el Congreso Internacional en contra del Racismo y la Xenofobia, que se celebró en Quito, Ecuador, en Marzo de 2001. La Federación SKOKRA fue ideada con el propósito de aglutinar a todas las asociaciones existentes, todavía no la hemos inscrito como tal, pero esta federación ha quedado como emblema del movimiento político gitano y a través de nuestro documento “El Pueblo Rom, el otro hijo de la Pacha Mama”, hemos influido en muchas asociaciones europeas con nuestras ideas. Una de ellas es la de pueblo global, entre otras. La idea que nunca ha progresado en Europa es la autofinanciación de las asociaciones gitanas, hacer lo mismo que los judíos hicieron y hacen con las propias”.

 

Hablando de administraciones, ¿se interesan las vuestras por vuestros problemas? ¿Os dan soluciones?

“Se interesan, pero las soluciones llegan a paso de tortuga, al menos en Argentina, donde existen problemas laborales, de educación y vivienda. Los políticos prometen, nos invitan a eventos, pero cumplen con cuentagotas”.

 

Latinoamérica es un crisol de culturas y supongo que los gitanos allí sois unos más dentro de tantas minorías étnicas. ¿Sin embargo, crees que la sociedad mayoritaria os conoce, o por el contrario os sentís invisibles, a pesar de lo rápido que se os identifica, en algunos casos?

“Hay mucha desinformación sobre nuestra gente, todavía no nos conocen. Muchas instituciones o sus responsables piensan que ser gitano es una forma de vida, una elección, ni siquiera nos ven como un pueblo ancestral con su propias leyes, lengua, tradiciones y cultura. Hay países como Colombia, Chile y Brasil que tienen cierto reconocimiento institucional hacia nuestro pueblo. Colombia es el que tiene más reconocimiento legal y de tipo institucional respecto al Pueblo Gitano. En muchos países muchos grupos gitanos han optado por la invisibilidad para evitar la discriminación y/o la confrontación”.

 

Volviendo a tu libro, rescatas en él los cuentos e historias que tus antepasados te relataban en las noches comunes bajo el mismo techo. A la que no haya escritores como tú preocupados por este legado, ¿crees que se corre el riesgo de perder toda esta riqueza oral?

“Creo que se corre el riesgo de perder esta riqueza cultural y hasta la lengua por la presión que ejercen las mayorías en los distintos países de este continente, aunque poco a poco mucha gente está tomando consciencia de esto y están trabajando mucho en el aspecto de la preservación cultural dentro y fuera de sus respectivas comunidades”.

 

En cuanto a la identidad, creo que procedes de una familia rrom del este que emigró a Sudamérica. ¿Hay mucha diferencia entre vuestras tradiciones y las de las familias gitanas de ascendencia española, por ejemplo?

“Las leyes fundamentales son las mismas en todos los grupos, el respeto a los ancianos, el respeto a los antepasados, a las tradiciones, el respeto a la mujer gitana como pilar de nuestra sociedad, el casamiento, el cuidado de los niños, la solidaridad, el respeto a la palabra dada, etc. Las diferencias son más que nada lingüísticas, a veces de vestimenta”.

 

Te he preguntado mucho sobre los gitanos en América del Sur, pero, ¿qué informaciones os llegan a vosotros de los gitanos de Europa, o de España concretamente?

“Recibimos toda la información, principalmente a través de noticias que difunden los medios, y como ya he explicado por el contacto que tienen las familias con sus parientes en los distintos continentes. En Barcelona existe una pequeña comunidad Rom argentina desde hace unos años, que está en contacto con algunos Kalé catalanes. Esto sirve para el reconocimiento mutuo y este contacto se ha trasladado a Argentina, más que nada con Kalé  de origen madrileño y andaluz que viven aquí”.

 

Por Silvia Rodríguez Gómez

 

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