15.09.2015 - ANDALUCÍA

Las escuelas de verano de Unión Romaní acogieron a más de 200 menores

Se han realizado cuatro escuelas ¡Akí hay Kaló!, dos en Sevilla y dos en Huelva

 

El grupo de la escuela de verano de ¡Akí hay Kaló! en Dos Hermanas disfruta de su salida al parque de Isla Mágica / Unión Romaní

Las vacaciones deberían ser siempre divertidas e inolvidables, sobre todo para los más pequeños. Con esta intención, Unión Romaní realiza las escuelas de verano ¡Akí hay Kaló!, que entre los meses de julio y agosto acogieron a 220 menores de edades comprendidas entre los 3 y los 12 años.

En total, se han realizado cuatro escuelas ¡Akí hay Kaló!, una en el CEIP Menéndez Pidal del barrio sevillano de Torreblanca; otra en el CEIP Ibarburu del municipio de Dos Hermanas (Sevilla); y dos en la ciudad de Huelva, concretamente en el CEIP Andalucía, en el Distrito V (barriada El Torrejón); y en el CEIP Juan Ramón Jiménez, en el Distrito VI (barriada Pérez Cubillas).

En las escuelas, financiadas por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, la diversión está asegurada con actividades muy variadas: juegos, talleres, manualidades, deportes y excursiones a la piscina, al acuario, o a Isla Mágica, pero también se hace refuerzo escolar durante 45 minutos al día, gracias al cual se ayuda a afianzar los hábitos y conocimientos adquiridos durante el curso. Además, las escuelas de verano garantizan una alimentación sana y equilibrada, ya que los menores reciben desayuno, comida y merienda, dando respuesta a las necesidades económicas de algunas de las familias que inscriben a sus hijos en las escuelas.

Talleres de manualidades con barro, en el CEIP Ibarburu, de Dos Hermanas / Unión Romaní

“Concebimos ¡Akí hay Kaló! no solo como una alternativa para el ocio y el tiempo libre, sino como una oportunidad para reforzar la formación que los niños y niñas reciben durante el periodo lectivo, al mismo tiempo que ofrecemos una respuesta a una situación de pobreza, garantizando a los menores una alimentación básica”, resume Consolación Carballar, responsable del Área de Educación de la Unión Romaní. Asimismo, agrega, “se facilita la conciliación de la vida familiar y laboral de aquellas familias que tienen que trabajar durante las vacaciones o buscar empleo, poniendo a su disposición un equipo de profesionales que den respuesta a la necesidad de atender a los menores en dicho periodo”.

Carballar destaca que otro aspecto importante que se trabaja en ¡Akí hay Kaló! es la prevención del absentismo, ya que “para que los menores seleccionados puedan beneficiarse de las diferentes actividades desarrolladas, deben cumplir una serie de requisitos, tales como haber asistido diariamente a clase durante el curso escolar y que su rendimiento y comportamiento en el aula hayan sido los apropiados, en caso contrario, no se les permite participar”. Además, para poder realizar las actividades más esperadas, como son las excursiones y las salidas a la piscina, se debe acudir a diario a la escuela de verano y realizar el refuerzo escolar.

Los pequeños saborean la comida en el CEIP Menéndez Pidal, en Torreblanca / Unión Romaní

En las actividades más lúdicas se trabajan muchos aspectos educativos que contribuyen a mejorar el ambiente de trabajo y el nivel de convivencia, “creando un ambiente de participación, colaboración y afectividad, lo que estimula la posterior continuidad de los menores en el centro educativo”, apunta Carballar, quien también señala que los talleres “fortalecen destrezas, habilidades, valores y actitudes necesarias para el desarrollo integral de nuestros destinatarios”. ¡Akí hay Kaló! también fomenta el conocimiento de la cultura gitana mediante diferentes acciones que potencian la identidad gitana de forma positiva y a través de referentes.

Las escuelas de verano de la Unión Romaní cuentan con una buena acogida por parte de los menores y sus familias, “de hecho, cada año son más los adultos que contactan con la Unión Romaní antes de que comiencen para saber si van a desarrollarse de nuevo”, reconoce la responsable de Educación. Durante la realización de las escuelas, las familias participan como acompañantes durante las excursiones, y en Huelva también apoyan en el comedor. Por otro lado, el equipo que ha trabajado en las escuelas de verano ha estado formado por 21 técnicos, y también han colaborado voluntarios, alumnado en prácticas y personal de la entidad. Entre todos, han hecho posible que los más pequeños hayan disfrutado, y al mismo tiempo, aprovechado sus vacaciones. 

 

Silvia Rodríguez Gómez

 

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