13.07.2016 - COMUNICADO

El Puente Aéreo está prohibido

El ministro de Hacienda prohíbe que los voluntarios que trabajan en las ONG puedan viajar en el puente aéreo

 

Los dirigentes y los voluntarios de las ONG que desarrollan su trabajo de forma altruista y que no cobran ni un céntimo por la labor que realizan, tienen prohibido utilizar el Puente Aéreo Barcelona-Madrid-Barcelona.

Esta es una medida atentatoria contra quienes dedican una parte de su tiempo a luchar con eficacia en los más diversos campos del voluntariado social. Cuando el aprovechamiento del tiempo es la mayor exigencia que los tiempos modernos imponen en todos los ámbitos de la ciencia y de cualquier tipo de actividad, los responsables de las Secretarias de Estado de Administraciones Públicas y de Presupuestos y Gastos han dicho que hay que ahorrar y en su virtud han empezado a hacerlo perjudicando a quienes más trabajan en favor de la sociedad sin esperar nada a cambio, más que la satisfacción de la buena obra realizada.

El Puente Aéreo es el símbolo de la modernidad en el transporte. Su eficacia y rapidez no ha sido eclipsada por el AVE y la facilidad que ofrece la altísima frecuencia con que opera –en horas punta hasta tres aviones a la hora– hace que sea el medio más utilizado por quienes tienen la vida muy ocupada.

Esta es una orden arbitraria que contradice las más elementales normas de eficacia y rentabilidad
Efectivamente, los dirigentes de las ONG de acción social, sobre cuyos hombros pesa la responsabilidad altísima de hacer que los programas funcionen y que el dinero público sea bien gestionado en beneficio de los más necesitados, no pueden viajar en el Puente Aéreo que hace el trayecto de Barcelona a Madrid en 50 minutos. El señor Montoro obliga a ir en AVE, aunque un viaje de ida y vuelta suponga estar subido en el tren seis horas y media.

Sin embargo, sí autoriza a viajar en avión, siempre que se haga en la oferta más económica del día. Por ejemplo: Para asistir a una reunión que empieza a las 11 de la mañana y que termina a las tres de la tarde, obliga a coger un avión que sale del aeropuerto del Prat a las seis de la mañana y volver desde la T4 a las 10 de la noche. Lo que supone cuatro horas de inactividad en Madrid antes de empezar la reunión y siete horas de espera inactiva por las calles de Madrid antes de que salga el vuelo de vuelta.

 

Pero el Ministerio de Hacienda no predica con el ejemplo

Efectivamente. El señor ministro y los señores secretarios de Estado –que cobran un buen sueldo por lo que hacen– sí pueden coger el Puente Aéreo. Los responsables de los programas de lucha contra la pobreza, contra la exclusión social o contra los déficits sanitarios –que no cobran nada por lo que hacen– esos son constreñidos a viajar en las condiciones más deplorables.

Los señores y señoras diputados y senadores que viven en Barcelona o en Madrid –y que igualmente cobran, como es natural, un sueldo muy digno– pueden coger un Puente Aéreo. El secretario general de Cáritas, o el presidente de Cruz Roja, por ejemplo, si solicitan al Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales un billete de Puente Aéreo, les dicen que ni hablar.

Llevo casi dos años denunciando esta situación. Y otras veleidades mucho más graves y comprometidas mediante las cuales el Ministerio de Hacienda machaca literalmente la labor altruista y solidaria que realizamos desde las ONG.

Ni caso. Como quien oye llover. Este es un buen terreno para planteárselo al señor Rajoy en la conformación de su nuevo Gobierno. Pero para que la propuesta de racionalidad prospere es imprescindible hacer desaparecer de la escena política a don Cristóbal Montoro y a sus directos colaboradores a quienes supongo culpables, en alguna medida, de que los más de tres millones de voluntarios que hay en España, se lo hayan pensado mucho a la hora de votar el pasado 26 de junio.

 

Juan de Dios Ramírez-Heredia

Abogado y periodista

Presidente de Unión Romaní

 

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