22.07.2016 - RUMANIA

Conmemoración del Holocausto Gitano: una ocasión para aprender y mirar hacia adelante

Por Snežana Samardžić-Markovic

(Directora General para la Democracia, Consejo de Europa)


Miembros de la comunidad gitana de Bucharest (Rumania) inauguran una escultura en recuerdo de las víctimas gitanas del Holocausto / NewEurope

¿Qué es el Porrajmos? Incluso en el 2016, muchas personas todavía no han oído hablar del Holocausto Gitano, en el que, según coinciden los expertos, murieron al menos medio millón de rromà bajo las políticas de exterminio de la Alemania nazi. Teniendo en cuenta las dificultades de la obtención de datos fiables, esta cifra puede ser incluso mayor.

Muchos gitanos fueron asesinados en cámaras de gas. Muchos murieron de agotamiento por los trabajos forzados, las enfermedades y el hambre en los campos de concentración y guetos o en las “marchas de la muerte”.

Niños y adultos fueron asesinados en experimentos brutales. En algunos países, ningún gitano sobrevivió al final de la Segunda Guerra Mundial. En la víspera del 2 de agosto –fecha conmemorada por varios países y organizaciones no gubernamentales como el Día en Recuerdo del Genocidio Gitano- debemos preguntarnos, no solo cómo pudieron suceder este tipo de atrocidades, sino también por qué se reconoce en tan pocas ocasiones el Holocausto Gitano, y si la actitud hacia los rromà en Europa de verdad han cambiado.

Hoy en día, entre unos ocho y doce millones de gitanos viven en Europa. Son la minoría más extensa del continente y la más desfavorecida y marginada y la que sufre mayores abusos. El antigitanismo está muy extendido, va en aumento y, con frecuencia, se manifiesta acompañado de violencia.

Este racismo es individual –en forma de abusos y ataques personales– e institucional: desalojos forzados, esterilización forzada, segregación en las escuelas y ataques y asesinatos, incluso bajo custodia policial. Tal y como el Consejo de Europa y Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha dictaminado, una y otra vez, estos hechos son graves violaciones de los derechos humanos.

Y, sin embargo, a pesar de las contundentes leyes sobre derechos humanos existentes, se siguen cometiendo abusos de forma continua sobre las personas gitanas y se consideran como algo normal o de poca importancia. Son de alguna manera invisibles.

Por eso, este problema debe tratarse de forma concreta. Así pues, el Consejo de Europa ha convertido la  inclusión de la población rromà en una prioridad. Empezamos a centrarnos en la población gitana en 1969 y el primer curso de formación para líderes de jóvenes gitanos se impartió en 1995. El trabajo se aceleró con la Declaración de Estrasburgo sobre los Gitanos de octubre del 2010 y, un año después, con el Plan de Acción de la Juventud Gitana, que permite que los jóvenes líderes gitanos participen en el proceso democrático e incidan en las decisiones que afectan a sus vidas.

Hemos realizado progresos, en particular en el campo de la educación. Nuestros manuales educativos enseñan a los jóvenes –tanto gitanos, como no gitanos– cómo pueden marcar una diferencia aplicando los derechos humanos a este asunto. El manual Derecho a recordar ayuda a los estudiantes a explorar las actitudes predominantes que provocaron el Holocausto Gitano y a que sean conscientes del grado en que estas mismas actitudes persisten hoy en día. Nuestro manual de reciente publicación, ‘Espejos’, ayuda a los jóvenes combatir el racismo, tanto individual, como institucional, contra los gitanos.

El Consejo de Europa lleva desde el 2012 trabajando a nivel local para mejorar la inclusión social de los gitanos a través de ROMACT y ROMED. Se ha formado a casi 1.500 mediadores ROMED en 24 países, para ayudar a construir puentes entre las autoridades públicas y las comunidades rromà.

Pero –y es un gran pero– las expresiones de odio contra los gitanos y la estigmatización por parte de los medios de comunicación, que crean un terreno fértil para la violencia física, siguen siendo un gran problema. Para hacer frente a esto, debe darse un cambio de actitud. No tenemos soluciones instantáneas, pero nuestras campañas que combaten los estereotipos ‘Movimiento en contra del discurso de odio’ y ‘Dosta!’ están creando conciencia de los problemas.

Una posibilidad que nuestro secretario general, Thorbjørn Jagland, y el filántropo, George Soros, están explorando es la creación de un Instituto Gitano Europeo para luchar contra los prejuicios, superar los estereotipos y mejorar la cobertura de los medios. El instituto también promovería el arte y la cultura gitanas, para poner de relieve su contribución positiva a las sociedades europeas. Esto es algo importante: las personas gitanas quieren participar y contribuir. No quieren que se las considere eternamente víctimas. Así pues, que el 2 de agosto sirva para recordar y aprender de los horrores del Holocausto Gitano. Pero también para mirar hacia el futuro y valorar a nuestros conciudadanos rromà.

 

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