17.10.2017 - PAÍS VASCO

El origen gitano de la Feria de Sevilla

Por Ramón Vázquez Salazar (Ravazsa)

La historia de Sevilla me apasiona. Uno de los emblemas de la ciudad, que es la llamada Feria de Sevilla, tuvo su origen sobre 1846, cuando un catalán y un vasco, los dos afincados en la ciudad, propusieron al ayuntamiento hacer una feria de ganado en la capital andaluza durante tres días del mes de abril.

Una cosa que no sabe casi nadie es que sobre aquella época los gitanos chalaneros (tratantes de ganado) eran la hegemonía del mercado ganadero, muchos eran ricos y estaban muy bien posicionados. Siempre se asocia a los gitanos con la pobreza, pero de aquella época, de 1840 a 1950, los gitanos chalaneros eran una verdadera fuerza económica del país.

Es por ello que la Feria de Sevilla, al principio, estaba llena de gitanos, sobre todo extremeños, pero bueno tampoco podemos darle una ubicación clara a esos gitanos chalaneros, porque se movían de un lugar a otro. Sin ir más lejos, según una investigación particular que hice de mi familia por parte de padre, llegué a encontrar la partida de nacimiento de una hermana de mi abuelo, y resulta que ella, como mi abuelo, nacieron en Extremadura, pero su padre en Salamanca, y su abuelo en un pueblo de Córdoba. Por eso digo que es difícil ubicar la procedencia de estos gitanos, ya que se movían constantemente y cambiaban de lugar según su negocio.


Primera feria, año 1847

Pero no solo había gitanos chalaneros, también estaban propiamente los gitanos de la ciudad, los sevillanos, y sobre todo los trianeros que era donde más gitanos se concentraban, en la vieja y mítica Triana, barrio de los gitanos en aquella época.

Toda esta gitanería es lo que daba duende a la feria. Primero todo consistía en un mero mercado ganadero, pero los gitanos (que iban con toda su familia) cuando los tratos le iban bien, lo celebraban, imaginaros que juergas de gitanos de aquellos entonces. Y España, una gran parte de España, estaba enamorada de la gitanería, sobre todo en Andalucía, y en especial esa parte tan fundamental para aquella época que era la tauromaquia. Los toreros estaban completamente identificados y admirados de la cultura gitana, para ellos el kaló (lengua gitana) era primordial, tenía mucha más importancia que cualquier otro idioma, estaban enamorados de la gitanería.

La feria de ganado en Sevilla fue un tremendo éxito desde el principio, el mercado funcionó maravillosamente, es por ello que surgían las celebraciones, las juergas gitanas. Por aquel entonces uno de los estilos musicales que estaban de moda eran las seguidillas manchegas, que gracias a lo flamenco, a lo gitano, se convirtieron en sevillanas. Podéis hacer la prueba si queréis, coged un audio de una seguidilla manchega y luego coged un audio de unas sevillanas, comprobaréis que tienen un mismo origen, pero que luego en las sevillanas encontramos más flamencura.

Y luego el traje típico de las mujeres que le da esa estética tanto a la feria de Sevilla como demás fiestas de Andalucía, llamado traje de gitana o de flamenca (que viene a ser lo mismo) era la forma de vestir que tenían las gitanas de aquellos tiempos.

La Feria de Sevilla es un símbolo de la gitanería, de lo gitano. Es un pedazo viviente de la cultura gitana, del Romipen, de su deambular por la península, de esta parte de su vieja historia que es su estancia en esta parte del mundo.

Podemos imaginarnos aquella Feria Sevilla, en el Prado de San Sebastian que era las afueras de la ciudad, y que hoy es el centro. Aquella época sin contaminación, sin altavoces haciendo ruido, solo el sonido de las palmas, de las guitarras, de las voces humanas, que juergas serían esas que han dejado huella y que hasta hoy permanece su eco.

 

Ramón Vázquez Salazar (Ravazsa)

 

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