El color de los gitanos

1065
Diego Fernández Jiménez

En este año 2017 casi ha coincidido  la Semana Santa con el Día Internacional del Pueblo Gitano.  Ambas celebraciones, además del artículo “Al Cristo de los gitanos, con el corazón encogío” y el número especial de Nevipens Romani dedicado al 8 de Abril  me llevan a reflexionar sobre el color de los gitanos. Es verdad que  muchas imágenes de procesiones en toda España tienen la cara y el color gitano. Ocurre con el Manué, pero también con el Prendi en Jerez o con el Cristo de los gitanos de Granada cuyo recorrido realicé este año camino de la Abadía del Sacromonte con la luna llena al fondo, coloreando la Alhambra mágica, mientras escuchábamos martinetes en la puerta de la cueva de Curro Albaycín. Es verdad que muchas gitanas con la pasión del momento reivindican que el color del Cristo es el mismo que el de su padre, aunque cuando lo vuelven a mirar ven el color de sus hijos.

Pero, ¿tenemos algún color los gitanos? Muchos poetas con el mejor de los deseos escribieron sentidos versos sobre este tema. El Tío Rafael que era un gran sabio y un gran escritor, manifestaba que los gitanos somos del color del bronce. Y Federico García Lorca siempre iluminaba a los gitanos con el verde aceituna o con una bellísima metáfora que demuestra la brillante lírica lorquiana cuando describe a Antoñito el Camborio, símbolo de la identidad gitana, como “moreno de verde luna”.

Los racistas también nos pusieron colores. Fanáticos antigitanos inquisitoriales en la línea del catedrático de escritura sagrada de la Universidad de Toledo Sancho de Moncada creían que los gitanos eran enjambres de delincuentes blancos que se pintaban la cara oscura para delinquir sin ser reconocidos. Y los nazis insistían en el color negro para referirse a los gitanos, incluso nos obligaron a llevar un triángulo negro identificativo de la gitanidad, del mismo modo que los judíos eran obligados a llevar la estrella de David. Esta tradición de un supuesto color negro se ha mantenido en muchos escritos a lo largo del tiempo. Cuando yo era niño, otros niños intentaban insultarme llamándome a veces gitano negro o negruzco.

En fin, queridos hermanos ¿Cuál es el color de los gitanos? ¿Cuál es el color que nos describe mejor? ¿Cuál es el color que diremos cuando nos pregunte algún formulario atrasado o algún insulto atemporal? Creo que el color de los gitanos es el que está más cerca de nuestro corazón  y éste es verde y azul donde confluyen venas y arterias rojas.  Así fue definido en el histórico Congreso de Londres de 8 de Abril 1971. Color verde como la yerba de los bosques y los campos donde descansamos como hijos del viento, donde trotaron nuestros caballos veloces a través del verde prado,  donde nos ocultamos en tiempos de silencio y azabache. Color del cielo azul donde duermen las estrellas cada noche e iluminan las aguas del mar y de los ríos sobre ruedas rojas teñidas de sangre a través de los caminos. Ese es nuestro color, color gitano.