En apenas una generación, al menos en el movimiento asociativo, las mujeres gitanas han pasado de ser colaboradoras a ser protagonistas. Creo sinceramente que este cambio nos beneficiará a todos. El movimiento gitano, que ha sido liderado por hombres durante mucho tiempo, tiene síntomas de agotamiento provocado por múltiples causas, muchas de ellas vinculadas a costumbres anquilosadas que obviamente no tienen cabida en sociedades modernas y que solo traducen al asociacionismo patrones masculinos no homologables en el siglo XXI.
Las mujeres gitanas son una nueva oportunidad para quienes creemos que el Pueblo Gitano tiene futuro. Ojalá no cometan los mismos errores endogámicos y conviertan el espíritu de aire fresco que representan en el nuevo tiempo de los gitanos con propuestas ilusionantes y sensatas. Opre romnia, arriba las mujeres gitanas.