Contra el antigitanismo, ¡ni un paso atrás!

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Desde las Organizaciones del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, órgano máximo de relación e interlocución del movimiento asociativo gitano con el Estado Español, queremos manifestar nuestra máxima condena y repulsa ante la decisión publica adoptada por el Gobierno de la República de Italia, proclamada por su vicepresidente de Gobierno y Ministro del Interior, líder de Liga Norte, Matteo Salvini, contra la población Rromá/Gitana de Europa y especialmente de la ciudadanía italiana que es gitana, recogida en los principales medios de comunicación nacionales e internacionales, aludiendo literalmente a la creación de “un censo étnico gitano, lamentándose de quedarse con los gitanos italianos”.

Ante las masivas reacciones de rechazo de facto contra su proyecto inconstitucional y racista no solo no ha rectificado, sino que, a día de hoy, se ha reafirmado en sus intenciones de gobierno, amenazando con no rendirse ante su infame plan de sometimiento y persecución, y ejecutar su proyecto de supremacía nacional.
Desgraciadamente estamos ante hechos que vulneran los principales fundamentos de la génesis del proyecto europeísta, los valores que defienden la Carta de Derechos Fundamentales, así como los tratados internaciones que defienden la libre circulación de los ciudadanos pertenecientes a la Unión Europea. Es más, en un ámbito local, propuestas de este calado violan de manera flagrante la propia Constitución de la República de Italia, que en su Artículo 3, defiende que “todos los ciudadanos tendrán la misma dignidad social y serán iguales ante la ley, sin distinción de sexo, raza, lengua, religión, opiniones políticas ni circunstancias personales y sociales. Constituye obligación de la República suprimir los obstáculos de orden económico y social que, limitando de hecho la libertad y la igualdad de los ciudadanos, impiden el pleno desarrollo de la persona humana y la participación efectiva de todos los trabajadores en la organización política, económica y social del país”.

La Europa de hoy no puede permitir que esa vieja bestia del racismo y la xenofobia siga golpeando nuestras libertades ciudadanas protegidas y defendidas por los poderes establecidos desde las sociedades democráticas y de derecho, independientemente de las condiciones étnicas, religiosas, políticas o económicas de sus ciudadanos.

Basta ya. Es inaceptable que dejemos de cumplir los acuerdos europeos pactados, que nacieron fundamentalmente después del más trágico e inhumano período, no hace tanto, con la II Guerra Mundial. Ya sabemos cómo la maquinaria nazi actuó para alcanzar su proyecto de aniquilación justamente con el diseño y planificación de los censos gitanos y judíos, cuyo fin culminó en aquel aberrante y maldito Holocausto. No se juega con esto. Ya es suficiente lo que hemos pasado con nuestras generaciones anteriores frente al terror al que fueron sometidas para lograr la limpieza étnica como para pasar en este momento por alto la amenaza constante que existe actualmente hacia nuestro pueblo.

La historia no se puede olvidar para que nadie, desde el poder político, vuelva a atentar contra la población gitana. El objetivo de estas iniciativas es principalmente destruir la convivencia, la diversidad y la pluralidad del proyecto que todos los Estados miembros han firmado para la defensa de los valores humanos. No se puede entender ni aceptar que los partidos que plantean estas propuestas racistas estén legalizados al amparo de la libertad de pensamiento y la libertad de expresión. El racismo no es libertad de nada, solo de aquellos que quieren imponer el odio a través del poder institucional.

Afirmamos, por tanto, que todos aquellos representantes políticos que alientan y acuden a las estrategias racistas de Estado lo hacen para ocultar y distraer su inepta gestión pública. Lo que significa que no solo son malos políticos, sino unos fracasados dirigentes sin futuro alguno. Por ello, los Estados miembros tienen la obligación de dar respuestas sancionadoras y punitivas para eliminar todo este tipo de conductas antidemocráticas que incitan al odio contra nuestra gente, apartando a estos representantes de su actividad pública. Sería un gravísimo error estar aplicando medidas y estrategias para eliminar las desigualdades y la discriminación de la población gitana europea si no se sancionan y condenan todos estos actos racistas.

Nuestro país desgraciadamente ya tiene antecedentes en su historia de censos étnicos cuyo fin era la liquidación física y cultural del Pueblo Gitano. Y por eso, desde España, no podemos estar sino alarmados ante la tolerancia y permisividad que se respira en Europa contra la discriminación hacia las personas gitanas que forman parte de una ciudadanía de pleno derecho de la Unión Europea. No entendemos cómo no se castiga a aquellos partidos políticos que en sus fundamentos ideológicos promueven el odio y la apología racial en sus indignantes discursos propagandísticos con las expresiones xenófobas, amparadas por el derecho a la libertad de expresión. Derecho no absoluto y cuyo límite está en el respeto de los derechos de los otros, tal y como se defiende en la Decisión Marco 2008/913 del Consejo de la Unión Europea.

Por ello, desde las organizaciones del Consejo Estatal del Pueblo Gitano queremos reiterar nuestra más firme y contundente condena frente a las abominables declaraciones públicas del Vicepresidente de Gobierno italiano y ministro del Interior, líder de Liga Norte, Matteo Salvini, que, entendemos, merecen la más enérgica respuesta internacional de nuestros gobernantes para no contribuir a convertirse en cómplices desde el más sórdido silencio.

 

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