Hace más de 600 años que el Pueblo Gitano convive con otros pueblos en tierras catalanas, a pesar de todas las políticas antigitanas que ha sufrido desde el mismo siglo XV. Cataluña no ha sido una excepción; todos los países europeos han legitimado en algún momento de su historia la persecución, el maltrato, la esclavitud e, incluso, el exterminio de la comunidad gitana.
Los esfuerzos políticos para mejorar la situación social del Pueblo Gitano en todo Europa son numerosos y han experimentado cambios positivos en los últimos años. Por ejemplo, en 2015 el Parlamento Europeo aprobó una Resolución casi sin precedentes que pedía a todos los estados miembros que reforzaran la lucha contra el antigitanismo.
Lejos de este marco de lucha y rechazo contra el antigitanismo, el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, quiere hacer un censo de personas gitanas para echar a todas las que se encuentren en situación irregular. Además, se lamenta que Italia “se tenga que quedar” las que han nacido en aquel país. No hace falta que diga cuáles son los prejuicios, estereotipos y la visión xenófoba que hay detrás de lo que dice Salvini. En nuestro país también tenemos deberes por hacer: continúa habiendo discriminación y cargamos sobre las personas del Pueblo Gitano toda una serie de recelos y clichés.
Las contribuciones fundamentales de la comunidad gitana
No sólo estoy en total desacuerdo con la visión de Salvini, o de todas las personas que tienen ideas prefijadas sobre el Pueblo Gitano, sino que quiero reivindicar los buenos resultados de los sucesivos Planes integrales del Pueble Gitano en Cataluña, que desde el año 2006 impulsa la Generalitat de Cataluña.
Gracias a la incorporación de la comunidad gitana en el proceso de renovación, diseño, implementación y evaluación del Plan integral, y también de sus actuaciones, este pueblo es el protagonista clave en la mejora de sus condiciones sociales, a la vez que hace contribuciones fundamentales al conjunto de la sociedad catalana.
Desde la Administración podemos comprobar, día a día, como cada vez más personas gitanas consiguen con éxito continuar estudios postobligatorios o llegar a la universidad.
Pudimos vivir también como más de 350 mujeres gitanas venidas de 16 países europeos, incluido Italia, así como de diferentes ciudades y pueblos de todo el Estado español y Cataluña, participaron en el II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas. Estas mujeres no siempre tienen espacio para poder expresarse, y muchas veces no han sido escuchadas. Ellas son generadoras de unos cambios importantísimos en toda la sociedad en el camino hacia la igualdad y la lucha por los derechos de las personas gitanas. Es esencial que las mujeres gitanas se empoderen, sean protagonistas sociales y ganen voz. Muchos prejuicios sobre el Pueblo Gitano nacen porque la sociedad no hemos sabido escucharlas.
El antigitanismo, una forma de racismo que hay que combatir
Podría mencionar muchos más ejemplos que desmontan los prejuicios y estereotipos hacia el Pueblo Gitano. En la misma línea, la Resolución que ha aprobado el Parlamento de Cataluña este mes de junio manifiesta su rechazo a las declaraciones y políticas antigitanistas, una forma específica de racismo que hay que combatir institucionalmente y socialmente.
Quiero remarcar que, en el departamento de Treball, Afers Socials i Famílies, nuestro trabajo se ve mejorado por personas gitanas que son profesionales de los servicios sociales y personas del Pueblo Gitano que lo hacen como ciudadanos y miembros de los movimientos sociales de nuestro país. Todas ellas están haciendo una aportación para mejorar la eficiencia de nuestro servicio público, nuestras instituciones y el conjunto de la sociedad catalana. Están demostrando cada día su excelencia y profesionalidad, y que su cultura y valores gitanos son un ejemplo de solidaridad, respeto y concordia.
Creo que, sólo con este ejemplo de aportación de personas del Pueblo Gitano a la mejora de la calidad de las tareas del departamento del que soy consejero, puedo decir que las políticas de Salvini no sólo perjudican las persones gitanas de Italia, sino el resto de ciudadanos de Italia. Este error no lo cometeremos en Cataluña.